Déjà vu. Esa es la expresión que mejor define los partidos del Barça en este inicio de temporada. Semana tras semana, el equipo gana sin brillar mientras ve como los compañeros van lesionándose uno detrás de otro. Ya se sabía que iba a costar y que iba a hacerse largo el camino hasta enero, pero tanto no: la situación es límite por falta de efectivos y el parón de selecciones vendrá de lujo para recuperar gente. La sanción FIFA es, a día de hoy, una pesadilla para Luis Enrique.
Con apenas dos meses y medio de competición los azulgrana acumulan ya cerca de 15 bajas por lesión, incluidos algunos jugadores determinantes como Bravo, Alves, Alba, Iniesta, Neymar o Messi, además de otros como Vermaelen o Rafinha que habían iniciado la temporada en forma y se habían consolidado como las alternativas al equipo de gala. No obstante, a pesar de todo ello, es justo remarcar que un club como el Barça nunca debe buscar excusas cuando las cosas no salen/no van como se esperaba: recordemos que los azulgranas, conocedores de la sanción, tuvieron el verano de 2014 para fichar a tantos jugadores como quisieran y que incluso en este 2015 han desaprovechado a futbolistas como Halilovic, Adama o Deulofeu. Igual aún estaban algo verdes, es cierto, pero los tres aportaban cosas que actualmente falta en la plantilla.
Actualmente, sin Iniesta ni Messi, Luis Enrique deberá continuar buscando alternativas para, a pesar de haber perdido la magia, sacar lo mejor de sus futbolistas. Como sucedió con la lesión de Alba, sustituir a Iniesta y Messi, en cuanto a nivel, a garantías y a prestaciones, es imposible. Los otros dos miembros del XI de gala que se perdieron unos cuantos partidos, Bravo y Alves, sí tienen, en cambio, suplentes de garantías en el banquillo: Ter Stegen, aunque no haya tenido su mejor inicio de temporada, y Sergi Roberto, la revelación hasta el momento. Neymar es un caso aparte, puesto que cuando fue baja Rafinha le sustituyó con éxito; ahora, pero, si se lesionará el brasileño todo sería distinto: sin Rafinha, al igual que con Messi, Munir y Sandro serían los relevos y están a años luz.
Ante esta situación, el técnico asturiano espera y desea que la dupla Neymar – Suárez dé un paso adelante. El uruguayo ya lo ha hecho y sus goles le han aportado bastantes puntos al equipo; el brasileño, sin embargo, anda lejos de su mejor versión. Sin Iniesta, Sergi Roberto se postula como el candidato número 1 a acompañar a Búsquets y Rakitic en la media, a pesar de que como interior prácticamente nunca se ha lucido; de hecho, el canterano destaca por lo que ofrece tanto de mediocentro defensivo como de lateral derecho.
Si Iniesta no se hubiese lesionado, una opción habría sido que Luis Enrique saliese con el XI de gala con el único cambio de Roberto por Messi: el canterano jugaría de lateral; Alves, de extremo. Sin Iniesta, pero, esto es imposible.
Todo hace indicar, por otro lado que Munir y Sandro relevarán a Leo Messi mientras éste esté de baja. Además de las diferencias, abismales (y nos quedamos cortos), ni uno ni el otro tienen nivel para jugar en el Barça.
En cuanto al sistema, Luis Enrique parte siempre del 4-3-3 tradicional, aunque ya es habitual verlo en los partidos variar los esquemas según las necesidades y las características del rival: por ello, el Barça ya ha jugado esta temporada, por ejemplo, con un 4-2-3-1, un 4-4-2 o un 3-4-2-1.
De cara al futuro cercano, la parada por selecciones beneficia claramente a los azulgranas, puesto que cada día que pasa queda uno menos para enero, cuando la situación cambiará y de qué manera. Si el Barça da la cara y se mantiene cerca del Madrid, cuando regresen Iniesta y Messi, puedan inscribirse Aleix Vidal y Arda Turán, y se fiche a algún que otro jugador, Luis Enrique contará con mayor fondo de armario y podrá, por tanto, afrontar adecuadamente el tramo decisivo de la temporada.