Ivan Rakitic es una pieza
imprescindible en el 4-4-2 de Valverde. El croata goza de menos protagonismo
que otros compañeros, pero el papel que desarrolla es igual o más importante.
Sin ego, sin quejarse nunca, siempre comprometido, Rakitic es el ejemplo
perfecto de sacrificio personal: renunciar a ser el líder de un equipo para sumar
a la sombra de los mejores en el Barcelona.
Desde su llegada en verano de
2014, Rakitic ha sido una pieza clave tanto en el 4-3-3 de Luis Enrique de
interior diestro como en el 4-4-2 de Ernesto Valverde en el doble pivote. Es
por ello que en sus tres primeras temporadas siempre superó la barrera de los
50 partidos y esta va camino de ello: ha participado en 42 de los 44 disputados
y completados el 80% de los minutos. ¿Por qué? Rakitic representa
principalmente el equilibro. Él tuvo gran parte de la culpa de que el Barcelona
fuera tan superior entre enero y junio de 2015. La ‘MSN’ brilló, se llevó todos
los halagos, pero sin actuaciones como las de Rakitic la historia difícilmente
habría sido lo mismo.
“Nos equilibra, es como una
balanza y tiene de todo: gol, estrategia y trabajo. Es un lujo tenerlo»,
afirmó Valverde tras el triunfo vs Atlético.
Algo similar está ocurriendo esta
temporada. La transformación del 4-3-3 a un 4-4-2 hizo que Rakitic centrara su
posición y pasara al doble pivote con Busquets. En un Barcelona donde destacan
los Piqué, Alba, Busquets, Iniesta, Messi o Suárez, el papel del croata pasa más
desapercibido pese a estar cuajando su mejor campaña en Can Barça. La dupla
Busquets-Rakitic se ha convertido en el muro del Barcelona, un seguro de vida
en la que el de Badía, más liberado, saca su mejor versión. Ambos, junto a
Piqué-Umtiti forman lo que futbolísticamente es conocido como “el cuadrado
mágico”, disposición que Del Bosque ya usó en el Mundial 2010 para garantizar
la seguridad defensiva y una buena salida de balón.
En este contexto, la duda es qué
pasará en verano. Me explico. Si bien es cierto que el Barcelona ingresó más de
200 millones de euros por el traspaso de Neymar, también lo es que ya lo gastó
en las contrataciones de Paulinho, Coutinho y Dembélé. Si la idea del club, por
tanto, como parece que es, es traer en verano a Arthur y Griezmann, esto
obligará al Barcelona a vender. Y todos sabemos que esta no es la mejor virtud
del club.
Si el Barcelona quiere llevar a
cabo el proyecto del Nuevo Espai Barça, no puede permitirse tirar la casa por
la ventana cada verano. Si quiere gastar, necesita primero ingresar. No vale
solo con los descartes. Y aquí entra en escena Rakitic. ¿Qué hacer con él a sus
30 años? El sentido común dice que venderle sería futbolísticamente un grave
error. No obstante, de los teóricamente intocables, es quizá la pieza más
suculenta para traspasar. No tiene la jerarquía de un Piqué, Busquets o Messi, está
la duda de si a sus 30 años ha tocado ya o no techo y sí tiene el prestigio y el cartel para
sacar una cantidad más que suficiente para encarar el resto de objetivos para
la próxima temporada: central joven , Arthur y Griezmann, en un principio.
Si se decidiera venderle, el problema
para Valverde será serio. ¿Qué jugador de la plantilla puede reemplazar el
trabajo oscuro que hace Rakitic? A simple vista, a día de hoy, no parece que
exista nadie que pueda aportar lo mismo que él. Y ese es un problema, pues sin
Rakitic el Barcelona podría quedarse huérfano de equilibrio. El dilema de qué
hacer con él será, a buen seguro, un rompecabezas para el club.
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