El Barcelona tiene un problema en el eje de la zaga. Si bien los números avalan la retaguardia culé hasta ahora, la lesión de Umtiti pone patas arriba el engranado defensivo azulgrana. Con un Piqué en baja forma, un Mascherano falto de minutos y un Vermaelen de cristal, Valverde teme el futuro a corto plazo.
(Getty)
El Barcelona ha ganado en solidez. Jugará mejor o peor, pero los resultados le avalan. Ter Stegen, Umtiti y Messi han hecho del conjunto azulgrana uno de áreas. La baja del central francés, una de las tres patas sobre las que se sostiene el equipo, por tanto, puede costar cara. Dado este contexto, Valverde es consciente que necesita rastrear alternativas. Una prueba de ella es precisamente el partido de Champions contra el Sporting, en el que probó a Busquets de central. La falta de efectivos, causada entre otras cosas por la inexplicable cesión de Marlon en verano, conlleva ello.
Acudir o no ahora al mercado es el gran dilema. Valverde no cuenta con los centrales del filial, Mascherano seguramente marchará a final de temporada y Vermaelen pasa más tiempo lesionado que sobre el terreno de juego. En este contexto, es evidente que el Barcelona deberá reforzar la posición tarde o temprano. No sirve con una hipotética recuperación de Marlon, falta más material. El no haber hecho los deberes en su momento tiene sus consecuencias: una de ellas es que ahora se debe tomar una decisión a contrarreloj.
La temporada es larga y que el Barcelona anda falto de efectivos es algo que todo el mundo sabe. La cuesta de enero pesa, la Champions traerá curvas y la Liga es siempre dura de roer hasta el final. Valverde necesita cuanta mayor y mejor competencia mejor. En este sentido, el Barcelona SÍ debería plantearse acudir al mercado ya este invierno. Piqué y Umtiti necesitan un recambio de garantías, alguien que permita que si uno de los dos se resfría el equipo no se resienta. Vermaelen y Mascherano no son suficiente para lo que se le viene encima al Barcelona.
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