Rocío VILLA GARCÍA – Una plantilla desesperada, tres meses sin cobrar, sin posibilidad de poder hacer frente a las hipotecas, viajes en autobús de más de 12 horas, economía de guerra y una incesante salida de compañeros de equipo o casos como el de Omar (portero del Racing B) que duerme en un colchón ubicado en la Ciudad Deportiva sin calefacción, son las situaciones que tienen que vivir día a día cada uno de los jugadores del Racing de Santander, hoy por circunstancias complicadas en la Segunda B del fútbol español.
Tras numerosas promesas -se las lleva el viento- por parte de la Directiva cántabra, el lunes la plantilla decidió salir a rueda de prensa para dar un ultimátum: o dimiten Ángel Lavín y el Consejo de Administración del Racing al completo o, este jueves, no jugarán el partido de Copa del Rey ante la Real Sociedad. Chantaje, órdago o simplemente justicia. La calificación ya corresponde a cada uno.
A falta de 36 horas para el partido, el club santanderino aún no se ha pronunciado al respecto y la incertidumbre ante la situación va aumentando. Los jugadores siguen siendo un ejemplo para todos con su lucha en el campo y liderando su grupo en Segunda División B. Su espectaular desempeño en la Copa del Rey, apeando a Sevilla y Almería, no deja de ser la guinda del pastel.
Por una vez, el árbitro no es el que saca la tarjeta y han sido directamente los jugadores los que han «amonestado» al palco. Veremos si también acarrea expulsión.
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