Christian DÍEZ – 59 jornadas han tenido que cursar el calendario para ver de nuevo al Real Madrid en lo más alto de la tabla clasificatoria. La victoria del conjunto blanco 2-0 sobre el Granada en su estadio sirvió para echar aún más mordiente a una Liga que está más emocionante que nunca, con tres equipos luchando de tú a tú por el título.
Día redondo para el madridismo. Ese en el que su flamante estrella brindaba al público del Bernabéu su Balón de Oro. Un mosaico de 80.000 personas cartulina dorada al brazo, abría una tarde que se presagiaba plácida, pero en la que los madridistas tuvieron que sudar para sumar tres puntos más en su casillero.
Tras el brindis de Cristiano, llegó una primera parte insípida, sin argumento. Con un Real Madrid adormilado y con un Granada bien plantado sobre el césped que no concedía ocasiones. Algún atisbo desde fuera del área y un acrobático remate de Cristiano de chilena al filo del descanso fue de lo poco señalable.
El equipo posa con el Balón de Oro de Cristiano | Getty Images
Ni espectáculo ni emoción. Sólo Modric brillaba en los blancos. Cuando todo el mundo creía que su fútbol había llegado a la cúspide, el croata se supera cada partido un poco más. Brillantez, soltura, frescura y argumentos. El faro blanco alumbra con eficacia el centro del campo madridista. Eso sí, escudado por un Xabi Alonso, que en silencio maneja los tiempos. Esos que indican que desde que él regresara a la alineación merengue hace once jornadas les hayan permitido al Real Madrid ser el equipo que más puntos ha sumado desde entonces.
Un descanso y un cambio. Jesé por Bale. Una dura entrada de Murillo en la zona noble del galés le dejó KO. El canario ya es el jugador número doce, el primero al que busca Ancelotti en sus cambios. Entró él y subió la adrenalina. Sus ganas contagiaron a un equipo al que el rapapolvos de Ancelotti en el descanso había despertado. Eran otros.
Modric vs Granada. 60 pases de 65 bien (92%) | Squawka.com
Cristiano Ronaldo tenía claro que no se iría de su fiesta sin brindar un regalo más a todos los asistentes. El Balón de Oro no lo era todo. Él tenía que celebrar una victoria más, esa que acarició con el primer gol de la tarde tras una maravillosa jugada de Modric, haciendo que el croata sume ya seis asistencias en Liga. Un gol que dio tranquilidad, serenidad. Situación que fue total tras el gol de Benzema tras una bella jugada de Marcelo en banda izquierda. El trabajo estaba hecho.
Fiesta total en el Bernabéu. Los goleadores marcaban y Diego López rompía una lanza más a su favor. El gallego se convertía mediada la segunda mitad en el portero con más minutos imbatido de esta liga, superando los 378 minutos de Keylor Navas, y cerrando el encuentro con el premio de ser el único guardameta que acaba cuatro partidos consecutivos sin encajar un gol en esta presente temporada liguera. Un premio que no acaparará portadas, que no tendrá la repercusión que un sector del madridismo si le apremia. Él y Casillas consiguen que este Real Madrid no haya encajado ni un solo gol en los siete partidos de este 2014. Una mejoría sustancial que abre una lanza a dejar el debate de la portería aparcado, al menos, por un tiempo.
Ahora el Madrid se libera. Está de vuelta. Es líder.
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