Jessica Pegula es una de las tenistas del momento en el circuito WTA. Acaba de ganar su primer título WTA 1000 en Guadalajara (México) y ya es la mejor jugadora estadounidense del 2022. Pero en su ascenso meteórico se esconde un ejercicio de resiliencia.
“Estoy muy emocionada, aliviada y feliz. Lograr un gran título era algo que realmente quería y era una de mis metas para este año”, aseguraba con el entorchado en la mano. Un trofeo que sabe a gloria después del calvario de lesiones a las que se ha enfrentado en una pugna contra su propia salud que ahora la hace sonreír desde la zona alta del ranking mundial.
Pegula, hija de los empresarios y dueños de la corporación Pegula Sports and Entertainment (propietarios del Buffalo Sabres de la NHL y de los Buffalo Bills de la NFL), se inició en el tenis con tan solo 7 años.
La raqueta fue su mejor acompañante desde una edad temprana y hasta la Universidad. La norteamericana vio materializado su esfuerzo con su estreno en la fase clasificatoria del US Open 2011. Su carrera profesional comenzaba a despuntar cuando se vio frenada en seco por una dura lesión en Wimbledon 2013.
En su duelo de primera ronda ante Cagla Buyukakcay, Pegula realizó un mal movimiento en la pierna que la obligó a retirarse de la pista. Lo que en principio parecía una lesión de menor gravedad, se complicó hasta el punto de no poder competir en las temporadas 2013-2014.
Las soluciones quirúrgicas parecían no ajustarse a lo que requería la lesión y la búsqueda de soluciones fue un camino tortuoso mientras otras jugadoras se abrían paso en el tour.
Finalmente, se sometió a una complicada operación para limpiar toda la zona articular de su rodilla. Pegula tuvo una una estricta rehabilitación que puso en duda su retorno a las pistas porque la evolución de su rodilla no era la esperada.
Sin embargo, en 2015, consiguió relanzar su periplo en torneos ITF (la categoría más baja del mundo profesional) para acumular algo de rodaje. Lo importante era comprobar si la zona dañada estaba fuera de peligro y su movilidad volvía a ser la de antes.
Cuatro años más tarde, 100% recuperada, su tenis comenzó a brillar de nuevo. Fue en Washington 2019 donde estrenó su palmarés WTA apartando a la italiana Camila Giorgi en la final del torneo. En 2021 consiguió acceder a los cuartos de final del Abierto de Australia y alcanzó la segunda semana también en Roland Garros y el US Open.
Su nombre comenzaba a resonar después de unos cursos difíciles en los que su vuelta a la competición parecía imposible. En este 2022 se le escapó el título en Madrid pero no en Guadalajara.
Realizó un torneo inmaculado de principio a fin, pese a que estuvo a punto de sucumbir contra la kazaja Elena Rybakina en su debut en el torneo. Su tenis creció a medida que iba pasando rondas hasta culminar en una final impoluta donde no dudó para concretar el título más importante de su carrera deportiva.
Ahora, instalada entre las cinco mejores jugadoras del planeta y clasificada para las finales WTA de Texas, Pegula buscará hacer Historia y reivindicar la resiliencia como mejor arma para transgredir y dejar huella.
Imagen de cabecera: @JLPegula
