La selección peruana de fútbol realizó este martes su última práctica y quedó lista para el trascendental partido de este miércoles ante Nueva Zelanda, que podría significarle el regreso a un Mundial después de 36 años.
El técnico de los peruanos, el argentino Ricardo Gareca, se abstuvo e confirmar las múltiples especulaciones que señalan que, contrariando su estilo, introducirá varios cambios en la titular para potenciar su ofensiva.
Aún así, en fuentes cercanas a Gareca se da como hecho que Raúl Ruidíaz entrará de «9», que Jefferson Farfán volverá a su puesto de extremo derecho y que Luis Advíncula será un marcador derecho más dedicado a atacar que a defender.
Pero las especulaciones van más allá: se dice que André Carrillo iría de segundo delantero y que Yoshimar Yotún sería sacrificado, con lo que el clásico 4-2-3-1 del Perú pasaría a ser un inédito 4-1-3-2.
Tras el 0-0 del sábado en Wellington, Perú está forzado a ganar. Otro empate sin goles lo obligaría a una definición por disparos desde el penal y una igualdad por otro marcador o una derrota lo pondría a ver el Mundial por televisión como desde 1982.
De ahí la presunta apuesta ofensiva, alentada además por el hecho de que Nueva Zelanda, incluso como local, se mostró como un equipo que privilegia el rigor defensivo y que limita su ataque a contragolpes que apuntan a la cabeza de su espigado goleador Chris Wood.
El técnico de Nueva Zelanda, el británico Anthony Hudson, ha demostrado en Lima que domina perfectamente el español, lo suficiente como responder a las preguntas de los reporteros con finas gambetas que impiden conocer sus planes.
La pelota está en campo del Perú, país eminentemente futbolero que afronta su partido más importante en 36 años. Los peruanos están de fiesta, aunque el entusiasmo parece haber disminuido tras el partido de ida, que demostró que su selección tiene muchos problemas de gol y que los neozelandeses no son tan aprendices como muchos creían.
Esta vez no se ha visto a Gareca ponerle la mano en el hombro a una novia que se dirige al altar, como hace siempre desde que una vez lo hizo y ganó. Y no se sabe si les prohibió otra vez a sus jugadores escuchar al cantante puertorriqueño Marc Anthony, a cuya música culpó una vez de una derrota. Son sus cábalas más conocidas.
Esto es serio. Se juega la suerte de un país cuyos pobladores de menos de 36 años no saben lo que es tener a la blanquirroja en un Mundial y tienen que revivir por videos los tiempos de los Teófilo Cubillas, Héctor Chumpitaz, César Cueto, Hugo Sotil, Juan Carlos Oblitas, entre otras leyendas.
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