Enrique JULIÁN GÓMEZ – Entre la vergüenza de la final de Coppa Italia el sábado, la derrota por goleada de la Roma en casa del colista y el consiguiente nuevo Scudetto de la Juventus el domingo, el derby della Madonnina que se disputó en Milán esa misma noche pasó bastante desapercibido. Aunque tampoco ninguno de los dos equipos de la ciudad lombarda ofrecieron nada para atraer el público a presenciar el partido disputado en San Siro.
Ni Inter de los alemanes ni Milan de los holandeses, ni Rivera ni Mazzola, ni Helenio ni Rocco, ni siquiera las últimas plantillas italianas que han vencido la Champions League. El alma de esos equipos anduvo lejos del coliseo milanés, en un partido en el que ambos equipos se jugaban la Europa League. El Inter defendía su quinto puesto, ahora amenazado por Torino, Parma y el propio Milan, que con la victoria se acercó a apenas tres puntos de los nerazzurri.
El derby como tal dio tan poco de sí que cabe alarmarse por la decadencia en la que han caído ambos equipos. Especialmente decaído se vio al Inter, y es que el equipo del cada vez más protestado Walter Mazzarri fue incapaz de chutar ni una sola vez a portería en más de noventa minutos. Ni las carreras del siempre cumplidor Nagatomo en banda izquierda, ni la poca claridad que ofrecieron Kovacic y Hernanes, ni los movimientos de Palacio sirvieron para asustar a la habitualmente débil defensa rossonera.
Dentro del escaso fútbol, el Milan encontró sensaciones positivas y un triunfo en el derby que no conseguía en el campeonato desde hace más de tres años. Adel Taarabt, sin lugar a dudas el mejor jugador del equipo desde su llegada en enero, jugó a sus anchas con total libertad como trequartista, acompañado por un buen Kaka' que además lanzó un terrorífico disparo al larguero. Por detrás, el hombre-escoba Nigel De Jong, equilibrador del equipo, se convirtió en el protagonista del derby con su gol-partita.
La decepción continúa acompañando el juego y las andanzas de los dos equipos de la ciudad de Milán. De cara a la próxima temporada, los escasos brotes verdes deben servir para reconstruir dos equipos que llevan dos años en caída libre. Demasiadas dudas, eso sí, comenzando desde los banquillos, donde ni Seedorf ni Mazzarri tienen su continuidad asegurada. Sobre el campo, Hernanes y Kovacic deben ser clavos a los que agarrarse para el Inter. En el lado contrario, el alma de Kaka', la repesca de Taarabt y el talento innato de Balotelli son las esperanzas, confiando en que estos dos últimos sienten definitivamente la cabeza. Por lo demás, se esperan sendas revoluciones este verano, sobre todo con Thohir en el Inter. Por lo demás, el verdadero derby de Milán todavía no está disponible. Todavía en construcción.
Un último detalle. Javier Zanetti, capitán del Inter, no disputó ni un solo minuto en el que habría sido su último derby, tras el anuncio de su próxima retirada y entrada en la junta directiva del Inter. Desde el banquillo tuvo que ver un partido en el que Zanetti ha sido protagonista durante las últimas dos décadas. De hecho, es el segundo jugador que más derbis ha disputado, 47, solo por detrás de Paolo Maldini. Para la historia, el último derby del argentino será el jugado el pasado 22 de diciembre de 2013, con victoria 1-0 para su Inter.
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