Como quien no quiere la cosa, con más sufrimiento de lo esperado, Francia ha alcanzado las semifinales y se encuentra a dos partidos del objetivo. El obstáculo más difícil, pero, lo encontrará en semifinales ante una Alemania que ha demostrado también estar a un buen nivel. De superar este escollo, volver a ganar una Eurocopa, 16 años después, estará más cerca que nunca. A continuación, una serie de razones que pueden jugar a su favor.
1.- Llega descansada
Uno ve su calendario y, más allá de que haya sufrido más o menos, se da cuenta que no se ha enfrentado a ningún rival que ni siquiera se le acerque en cuanto a nivel. Rumanía, Albania, Suiza, Irlanda e Islandia le han permitido a Deschamps poder rotar y probar variantes. Al mismo tiempo, el equipo ha logrado encontrar su mejor versión a lo largo del torneo con Griezmann jugando por dentro. Para Francia su semifinal fue una final adelantada: en la final se encontrará un rival inferior que, además, habrá tenido un día menos para descansar.
2.- Capacidad ofensiva
El mediocampo pone el físico y la delantera, el talento. Los Payet, Griezmann, Giroud, Martial, Coman y, en menor medida, Gignac te garantizan ocasiones cada partido: marcan las diferencias. De hecho, la única dificultad pasa por equilibrarlo todo, porque talento hay de sobras. El mejor juego de Francia en esta Eurocopa, eso sí, se ha producido con el 4-2-3-1 con Griezmann liberado por dentro por detrás de Giroud, Payet partiendo por la izquierda y un centrocampista ocupando la plaza de extremo derecho.
3.- Griezmann-Payet.
Sin lugar a dudas, los dos mejores jugadores del torneo para el conjunto galo. Ambos se han convertido en imprescindibles en los esquemas de Deschamps. Una de las claves de que Francia haya recuperado su mejor juego ha sido colocar a Griezmann por dentro. De las botas de ambos depende, en buena medida, que gane o no Francia la Eurocopa. De hecho, entre ambos (seis y tres respectivamente) y Giroud (tres) han sumado 10 goles en cinco partidos, a dos por encuentro. Números que son una bendición para cualquier entrenador. Y más tras haber dejado fuera otros como Gameiro o Benzema.
4.- Factor sorpresa
La exhibición ante Islandia, con un sistema táctico diferente a los precedentes, abre el debate sobre qué debe hacer Deschamps de aquí en adelante. En efecto, contra los ‘vikingos’ el seleccionador francés aprovechó la baja de Kanté para pasar del 4-3-3 al 4-2-3-1 con Griezmann por dentro. Eso sí, sacrificó el extremo derecho para colocar a Sissoko. Con el jugador del Leicester recuperado, Deschamps debe decidir qué es mejor: no cambiar lo que funciona y, por ende, repetir el esquema ante Islandia o regresar al habitual. Ser menos previsible es siempre una ventaja.
5.- Juegan en casa
Sentirse apoyado o no por las gradas puede marcar las diferencias. Francia juega en casa, ante su gente y con la presión de saber que han de dejárselo todo para enorgullecer, como mínimo, a los suyos. Pero al igual que los jugadores son conscientes de la presión que tienen encima, también saben que si en algún momento algo falla ahí estará su afición para echarles un cable. Y eso hace mucho.