La escudería francesa, que comenzó su andadura como equipo de Fórmula 1 en 1977, regresó en 2016 con el objetivo de ser un proyecto ganador en el medio-largo plazo. Era el inicio de su tercera etapa en la categoría. La primera comenzó en 1977, donde tuvieron una progresión ascendente, llegando a rozar la gloria en 1982 y 1983. Se quedaron a 10 puntos de Ferrari en 1983, firmando un segundo puesto en el campeonato de constructores. Este primer ciclo se cerró en 1985 con un total de 15 victorias y 41 podios.
Decidieron pasar a ser suministrador de motores. El proyecto no les fue mal: fueron el motor que llevaba el equipo del campeón del mundo desde 1992 hasta 1997. Nigel Mansell, Alain Prost, Michael Schumacher, Damon Hill y Jacques Villeneuve ganaron el título de pilotos motorizados por los franceses en este período. En 2002, Renault compró Benetton y regresó a la parrilla como constructor. Iniciaban así su etapa más gloriosa en la Fórmula 1. En 2005 y 2006 lograron los títulos de pilotos y constructores con Fernando Alonso al volante. Fue la cúspide de los franceses en la categoría.
Tras los dos dobles títulos mundiales, el equipo tuvo altibajos hasta marcharse en 2011, cuando fueron comprados por Lotus. No estuvieron mucho tiempo fuera de la parrilla, ya que en 2015 decidieron recomprar el equipo para volver a la parrilla en 2016. Renault iniciaba de este modo su tercera andadura en la Fórmula 1 con el objetivo de luchar por el título.
Obviamente, era un proyecto a largo plazo. El rendimiento del primer año fue bastante pobre: noveno en constructores y solo ocho puntos en su casillero. Durante 2017 y 2018 el equipo fue mejorando. Hace dos temporadas firmaron el sexto puesto y el año pasado fueron cuartos. Para esta campaña se esperaba que dieran un salto de calidad que les colocara más cerca de los tres primeros. Sería lo lógico si de verdad el proyecto tuviera un buen avance. La realidad es que no hay síntomas de que esto vaya a ocurrir.
Decir que quieres luchar por ganar el campeonato no te da los medios necesarios para hacerlo, es obvio. A lo que me refiero es que, si de verdad quieren llegar a los puestos punteros, este año deberían haber dado un paso al frente. Tras dos Grandes Premios disputados, la realidad es que este paso no lo han dado. Es más, parece que se han quedado estancados en el rendimiento de 2018. La temporada solo ha comenzado, pero los síntomas que muestra Renault es que van con retraso en su carrera por alcanzar los primeros puestos.
Por todos es sabido que el paso más difícil es recortar las últimas décimas que te faltan con los equipos de cabeza. Abrirse camino en mitad de parrilla no es tan complicado si se compara con alcanzar los primeros puestos. Es lógico que a los franceses les cueste encontrar esas mejoras que le permitan luchar con Mercedes y Ferrari, pero la realidad es que están todavía muy lejos de ellos. La brecha con los tres primeros equipos sigue siendo muy grande. Y el único problema de Renault no es este. Haas, Alfa Romeo y McLaren tienen un monoplaza con nivel muy similar, por lo que ni siquiera han conseguido ser los líderes claros de la zona media.
Tras lo visto en los primeros compases de la temporada, parece que su objetivo de luchar por victorias y campeonatos se diluye. El equipo ha apostado fuerte en materia de pilotos. La dupla Daniel Ricciardo y Nico Hulkenberg es de muy alta calidad. A pesar de todos los esfuerzos, tanto en personal como en material, no dan la sensación de que este año vayan a conseguir una gran mejora y el cambio de normativa de 2021 empieza a estar muy cercano. No se sabe todavía qué deparará la nueva normativa, por lo que solo se puede tener algo de certeza hasta final de 2020. Vista la progresión de la marca, una visión bastante optimista sería decir que podrían luchar por alguna victoria el año que viene.
A todo esto hay que sumarle que su unidad de potencia sigue un paso por detrás de Mercedes y Ferrari en cuanto a rendimiento. Y lo que es peor, su fiabilidad tiene un nivel muy preocupante. Que los dos monoplazas se quedaran parados al mismo tiempo cuando quedaban escasas vueltas para finalizar el Gran Premio de Baréin evidencia los problemas con el motor. Si le sumamos el abandono de Sainz en Australia, el 2019 del motor Renault está siendo muy preocupante.
Haciendo una visión de conjunto del proyecto, creo que es apropiado decir que los franceses están estancados. La temporada solo acaba de comenzar, pero el nivel que está mostrando el proyecto de Renault no es ganador a día de hoy. La progresión ascendente de los últimos años se ha visto parada, por lo que parece que esta temporada volverán a luchar por ser el mejor de la zona media. Luchar por los puestos punteros es un objetivo irreal para los franceses. Esto no quita que este año sumen algún podio, pero la realidad es que no mejoran lo suficiente como para luchar por el campeonato a corto plazo tras tres temporadas en la categoría.
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