Es el epílogo de la gloriosa historia del Parma. Tras el final anunciado de manera definitiva el pasado 23 de junio, llega el momento de la liquidación total de las posesiones del club: todas ellas se han puesto a subasta para cubrir la quiebra del equipo ducal y hasta el 11 de septiembre será posible realizar ofertas.
Una lista interminable de 12 páginas, detallados por los dos supervisores del último respiro del Parma designados por el juez. Un frío inventario, que se puede descargar aquí, en el que se refleja toda la historia del club emiliano. De los escritorios de las oficinas a los cubiertos, de los teléfonos a las sillas, de las televisiones a las impresoras, pasando por camas, armarios, sofás, hamacas, aparatos de gimnasio, cuadro y la propia marca del club. Absolutamente todo.
Incluidos, claro, los ocho trofeos conquistados por el Parma, la mayoría en su época dorada, la década de los 90: tres Copas de Italia, una Supercopa italiana, dos Copas de la UEFA, una Recopa y una Supercopa de Europa. Un pedazo de historia del fútbol y de recuerdos de un club, a la venta. Un triste final… abierto.
No todo está acabado. Hace unas semanas se presentó el Parma Calcio 1913. Una suerte de ave fénix que, de las cenizas del viejo Parma, tratará de resurgir desde la Serie D, la cuarta categoría del fútbol italiano. Lo hará de la mano del artífice de la más laureada época del club, el entrenador Nevio Scala, junto a un grupo de empresarios locales pero también con una importancia capital del accionariado popular.
La respuesta de la masa social de la ciudad ha sido masiva. De hecho, ya se ha superado la marca de los 7.500 abonados, doblando el anterior récord de la Serie D -detentado precisamente por la refundación del Siena la pasada temporada- y se espera que la cifra siga creciendo.
Con el apoyo de las instituciones, de personajes carismáticos de la historia del club -también el capitán Alessandro Lucarelli, que liderará al equipo sobre el campo- y de los aficionados, el destierro del Parma puede durar menos de lo que se podía prever. Ilusión y esperanza.
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