Más allá de Danilo Cataldi, al que las lesiones le han abierto las puertas de la selección a última hora, la gran novedad inicial de la lista de Mancini de cara ante Suiza e Irlanda del Norte es Tommaso Pobega. El centrocampista del Torino, que ya hizo una temporada más que positiva el curso pasado en el Spezia y que todavía es propiedad del Milan, con quien tiene contrato en vigor hasta 2025, es un tipo de futbolista que encaja de pleno por características en la simbiosis de fútbol técnico y agresivo sin pelota de la campeona de Europa. Y no precisamente por sus virtudes asociativas sino por la segunda parte de esa particular mezcla.
La elección de Pobega en la convocatoria se explica por varios motivos. En primer lugar, porque parecía que Pessina no iba a entrar en la convocatoria por lesión y Pobega es un tipo de centrocampista similar en ciertos aspectos, 100% llegador, con una capacidad altísima para moverse en profundidad sin balón, desordenar a la defensa rival, generar espacios para el resto del colectivo y atacar aquellos vacíos. En segundo lugar, por su proyección. A sus 22 años, es uno de esos jugadores en pleno crecimiento que Mancini necesita observar de cerca para comenzar la siempre necesaria pero delicada renovación de una selección campeona. Y para seguir, por su adaptabilidad.
Pobega no es un tipo medio especialmente técnico ni con dotes de filtrador o con una especial visión de juego, pero no desentona en absoluto en labores asociativas en corto si puede jugar de cara. En el Toro está jugando como segundo mediocentro en una medular de dos integrantes en el 3-4-2-1 de Ivan Juric, aunque su demarcación más natural sería la de interior izquierdo (y zurdo) con libertad para soltarse hacia la última línea en un 4-3-3 y también puede desenvolverse puntualmente como trequartista para enfatizar más si cabe su pegada desde la frontal y su particular talento para acompañar al punta a la hora de rellenar el área y sumarse al remate por arriba para capitalizar el juego exterior y los centros laterales. En definitiva, su valiosísima cuota de gol.
Juric, sin embargo, para subrayar su principal seña de identidad, que no es otra que la presión al hombre a todo campo y un feroz pressing en la mitad rival de los que se alimenta tanto ofensiva como defensivamente (el Toro es tras el Napoli el equipo de la Serie A con menos goles esperados en contra), está utilizando a Pobega en un rol que recuerda en parte al que tiene Sergej Milinkovic-Savic en la Lazio, es decir, como recurso al que lanzar el balón en largo desde el portero a una posición situada a la misma altura o incluso por delante del nueve, en algunas ocasiones.
Precisamente Vanja, el hermano de Sergej, es el guardameta de la Serie A que más balones en largo juega, prácticamente el 95% de sus saques de meta sobrepasan los 35 metros de longitud. Además, el Torino es el segundo equipo que más pases largo da de todo el campeonato. Una acción asidua que busca aumentar los duelos individuales y las segundas acciones al máximo, a fin de presionar los balones sueltos con todo el bloque, y que tienen un destinatario recurrente en Pobega y sus casi 190 centímetros.
En este mismo sentido, en las ocasiones en las que el rival consigue sortear la presión granata, el uso de la falta táctica es evidentemente fundamental para cortar ataques que encontrarían toda la mitad de campo del Torino totalmente desprotegida a la espalda de sus tres centrales. Tanto a nivel colectivo, como en el caso de Pobega a título individual, lideran los registros de faltas cometidas por partido de la Serie A. Una labor poco agradecida que encuentra su razón de ser en el compromiso táctico, la fortaleza física, el recorrido y la mentalidad colectiva que el futbolista triestino lleva dentro de su ADN futbolístico.
Una serie de virtudes que casa a la perfección con la idea de juego y el estilo “atalantino” de Juric, que funciona a base de fuerza física, de intensidad, de duelos permanentes, de verticalidad por dentro y por fuera, de plagar de efectivos la mitad rival, de movilidad y de una voluntad persistente de llevar la iniciativa y ejercer el dominio desde una actitud sin balón muy coral y de una búsqueda de la anticipación totalmente marcada, sea cual sea el rival que tenga enfrente. Para Juric la presión constante no es tanto una cuestión de resistencia y físico. “Es un gasto sobre todo de concentración, porque tienes que estar siempre con los ojos bien abiertos y concentrado”. Y tanto en una como en otra cuestión, Pobega es como un soldado.
Con más pinta de ser el estudiante más aplicado de cualquier clase universitaria que de futbolista profesional, Tommaso Pobega no para de crecer dentro del rectángulo de juego. Mientras tanto, el Torino está siendo uno de los equipos de la Serie A con una propuesta de juego más estimulante con él como uno de los protagonistas más destacados, Mancini empieza a contar con su presencia al tiempo que se abre la oportunidad increíble para la carrera de cualquier futbolista de tener un Mundial en el horizonte cercano, y el Milan, por su parte, lo monitora muy de cerca desde hace tiempo, sin perderlo nunca de vista, para recuperarlo cuando esté preparado para dar el salto de nivel definitivo. Y si nada cambia, será más pronto que tarde.
Imagen de cabecera: @TorinoFC_1906
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