Después del batacazo hace un año contra el Córdoba, pocos eran los que tenían fe en ascender un año más tarde. Sin embargo, durante la primera parte de la temporada 2014/15, la UD Las Palmas comenzó a un ritmo arrollador, siendo líder de la liga gran parte del curso, manteniéndose en ascenso directo otras tantas jornadas, pero con un pequeño bajón de forma en el tramo final al que supo darle la vuelta para terminar regresando a la máxima categoría del fútbol español. “Las Palmas solo puede subir sufriendo”, dijo Paco Herrera al término del encuentro contra el Zaragoza, y es cierto, en la historia amarilla, y más en la reciente, el aficionado amarillo está acostumbrado a sufrir con su equipo.
Con el ascenso de la UD a la Liga BBVA, el sexto en los 66 años de historia amarilla, el archipiélago canario recupera una plaza en la máxima categoría del fútbol nacional después del descenso del Tenerife en 2010. Un ascenso que más allá de lo deportivo, también trae consigo consecuencias positivas en lo que a nivel social y económico se refiere, y no solo para el club. Y es que el fútbol mueve a las masas, siendo uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad en pleno Siglo XXI.
En el plano deportivo, lo que está claro que la inyección de capital será mayor en Primera que la que la entidad grancanaria ha tenido este año en Segunda (11.133.000 euros), con lo cual el presupuesto para salarios y fichajes será mayor y permitirá a la directiva confeccionar una plantilla acorde para salvar la categoría, manteniendo como base la cantera, en donde se seguirá invirtiendo mucho dinero. Pero por otra parte, la subida de categoría del equipo pío-pío provocará que algunos de los jugadores que componen la actual plantilla tengan que buscarse destino, pues no contarán para el proyecto en Primera División.
Fuera de este marco, Augusto Hidalgo, alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, ha asegurado que el ascenso de la Unión Deportiva puede suponer un incremento del 2% en el PIB de la ciudad, pues la vuelta a la máxima categoría de Las Palmas supone un escaparate para la ciudad y la posibilidad de potenciar la actividad turística (de lo que se sustenta Canarias principalmente), con un impacto económico que se calcula en unos 40.000.000 de euros, según señaló Hidalgo en una rueda de prensa.
“En la Segunda División el estadio de Gran Canaria reunía unos 10.000 espectadores, en Primera habrá unos 20.000 y, cuando vengan los grandes, será un lleno total y hay que aprovecharlo como elemento de máxima proyección. Esto va a generar economía”, comentó el alcalde de la ciudad. Y es que la economía canaria, gracias a esto, se va a volver a activar, generando, entre otras cosas, muchos más puestos de trabajo y recibiendo cada dos semanas a las aficiones visitantes que acudan a Gran Canaria a acompañar a su equipo.
Son las cosas que esconde un ascenso a la Liga BBVA, cosas que resultan tan, o más importantes, que ver al Barça y al Real Madrid pisar el césped del Estadio de Gran Canaria. Cosas por las que la UD Las Palmas y su afición llevan peleando estos últimos tres años en cada Play-Off, retornar a la élite, un sueño conseguido 13 años después de la última presencia en Primera (2002). Era #ElSueñoDeTodos. Un sueño hecho realidad. Objetivo conseguido.