Durante esta temporada, el recital futbolístico del Mónaco no ha prescindido de un elemento en un altísimo porcentaje de sus presentaciones: La intensidad. Y es que dicho factor ha sido tan notorio en la identidad revelada por el equipo del principado que las estadísticas así lo avalan. Una a una, cada individualidad, ha realizado un aporte proporcional para que el colectivo se haya transformado en la fortaleza que hasta ahora continúa firme en la disputa de la Ligue 1, de la Copa de Francia, de la Copa de la Liga y de la UEFA Champions League 2016/17.
Además de ello, de las virtudes definidas en este sistema colectivo comandado por Leonardo Jardim, el Mónaco también se ha convertido en una auténtica exposición de nuevos referentes, de nuevas promesas que se valoran por donde se les mire, bien sea desde la utilidad en defensa o la explosión en ataque, bien sea desde su aporte en la nómina inicial o al instante de surgir como alternativas para solucionar determinado reto que haya surgido en algún partido.
La reciente serie en la que resultó airoso frente al Manchester City ha sido un punto de referencia interesante para analizar a este equipo de acuerdo a diversas necesidades, teniendo en cuenta lo impredecible y nutridos que estuvieron los duelos tanto en el Etihad Stadium como en el Stade Louis II. Allí, en medio de una docena de goles entre ambos duelos, pudimos evaluar a un Mónaco desde la iniciativa de tomar la ventaja en el marcador hasta la capacidad de reaccionar ante los apuros, desde la mencionada intensidad cuando desarrolló la vocación ofensiva hasta los instantes donde el instinto de preservación se dejó ver. Y en medio de tanto matiz, una de las actuaciones que llamó la atención (Como en toda la temporada) ha sido la de Benjamin Mendy.
El defensor oriundo de Longjumeau expuso una exhibición a dos caras ante el Manchester City de Pep Guardiola en el duelo del miércoles en el Stade Louis II. Durante el 1er tiempo, Mendy fue sólido en sus proyecciones ofensivas siendo un elemento que en dicho despliegue no finalizó entregando la pelota al azar. Interpretó los movimientos de los posibles definidores y asistió con tal precisión que el riesgo en la portería defendida por ‘Willy’ Caballero dijo presente. Ya en el segundo tiempo, cuando el instinto de preservación se hizo notar en el proceder del Mónaco y el Manchester City empezó a arrojar todos sus argumentos de ataque sobre Danijel Subasic, lo vimos argumentando un repliegue destacado por medio de un recursivo e imponente en el uno contra uno. No estuvo escaso en sus respuestas ante los retos defensivos y ofensivos, se destacó y sigue siendo una de las piezas trascendentales en el andamiaje del equipo francés.
Sin duda alguna, si algún chico está en proceso formativo, anhela ser un proyecto de lateral izquierdo y está en la búsqueda de un referente de la nueva generación del fútbol mundial, habría que mostrarle vídeos de Benjamin Mendy. A continuar tras la pista de este defensor categoría 1994.