En su segundo año al frente del Sassuolo, Roberto De Zerbi está intentando mejorar la respuesta del grupo para implementar el juego de posición del que el entrenador bresciano es actualmente el principal -casi el único- defensor a alto nivel en el fútbol italiano.
El equipo romagnolo, basándose en estos principios futbolísticos, intenta salir con el balón jugado desde atrás a través de una construcción elaborada, la creación de triángulos alrededor del poseedor del balón y la utilización del tercer hombre para superar las líneas de presión rivales.
En este contexto táctico, la pérdida de Stefano Sensi en verano, traspasado al Inter, ha supuesto un problema para los neroverdi, que se han encontrado sin un elemento importante técnicamente y de un jugador asociativo particularmente adaptado al juego de De Zerbi. Este traspaso, unido a una plantilla aceptable pero no excepcional, contribuye a explicar el inicio irregular del Sassuolo, que ha encontrado dificultades en el desarrollo de su idea futbolística.
La falta de calidad individual se ha visto sobre todo a nivel defensivo. El Sassuolo es la tercera peor defensa de la Serie A por goles encajados (28, como Brescia y Bologna) y la cuarta peor por expected goals en contra (28,15, como el Cagliari).
A estas dificultades han contribuido una fase de presión que no parece tan eficaz como la temporada pasada. De hecho, si bien los datos de PPDA (Passed allowed per Defensive Action), la relación entre los pases realizados por el equipo rival y las intervenciones defensivas propias se mantiene invariable respecto al año pasado (10,70 el año pasado, 10,05 este), los datos InStat muestran que el Sassuolo tiene una distancia media desde la portería rival de recuperación del balón de 75,4 metros, apenas por encima de la media de la Serie A.
Los problemas sin balón se han acentuado en partidos contra equipos como Juventus, Atalanta o Inter, que efectúan una presión ultraofensiva para desarbolar la fase de construcción neroverde. En especial contra estos dos últimos, con una presión orientada al hombre, el Sassuolo tuvo muchísimas dificultades para controlar la posesión. Todo esto ha ocurrido pese a los cambios de sistema
realizados por De Zerbi durante la temporada (4-3-3, 4-3-1-2 y 3-4-2-1) para
intentar favorecer una salida más limpia del balón desde atrás.
En fase ofensiva, el Sassuolo es un equipo que crea mucho (octavo por npxG con 21,77) y es especialmente eficaz en la finalización (+6,47 de diferencial entre npxG y goles anotados). Se da, sobre todo, gracias a la buena temporada de Caputo (8 goles en 12 disparos a puerta con 4,63 xG) y de Berardi (8 goles con 4,99 xG generados).
Los neroverdi intentan dominar el partido a través de la posesión, con un 54% de media, acompañado de la búsqueda de la verticalidad a través de la fluidez. Se demuestra a través del dato de pases medios realizados en acciones de gol (12,4), segundo en Serie A por detrás de Atalanta. Fluidez que se aplica sobre todo en corto: junto a la Juve,el Sassuolo es el equipo que tiene una media más baja de longitud de pases (16,8 metros).
La buena fase ofensiva del equipo de De Zerbi pasa también por el crecimiento de jugadores como Boga (4 goles, 2,51 xG, 63% de regates con éxito), Duncan, Obiang y Traoré, que, independientemente de los minutos jugados, se están desarrollando como elementos asociativos en ataque.
El caso de Traoré es especialmente interesante: el futbolista marfileño ha anotado tres goles, ha producido 1,74 pases clave por partido y ha contribuido a la fluidez ofensiva del Sassuolo en ocupación de posiciones en ataque posicional.
De cara a la segunda parte de la temporada, el crecimiento del Sassuolo para llegar a un definitivo salto de calidad tendrá que pasar por la mejora de la fase defensiva -sobre todo a nivel individual-, el mayor desarrollo de los jugadores más importantes y de algún fichaje en enero de elementos ya preparados para integrarse en el juego de De Zerbi.
You must be logged in to post a comment Login