Cuando Támara Echegoyen (Orense, 1984) decidió que continuaría en el 49er otro ciclo olímpico más, lo hizo pensando en la despedida que siempre soñó: rodeada de los suyos, en una ciudad (Marsella) cuya cercanía con nuestro país es casi un regalo, y sin las restricciones por covid-19 que dieron a los Juegos de Tokio un aspecto desangelado. Pero no se confundan: por entonces la gallega tendrá 40 años, pero aspirará a conquistar su segundo metal con casi total seguridad.
Prueba de ello es la brillante actuación de la pareja formada por ella misma y Paula Barceló (Palma, 1996) en los Campeonatos del mundo de Halifax (Canadá), donde han logrado asaltar el podio y conquistar una medalla de bronce que sirvió de revancha (en tierras niponas se quedaron a un solo punto del tercer puesto) y para confirmar que no han perdido un ápice de su competitividad. Y eso que el descanso y los estudios han sido prioridad prácticamente en nueve de los últimos 12 meses. En junio, Paula acabó los exámenes que le quedaban (estudia Medicina) y Támara entregó su trabajo de fin de máster. Pero meses atrás ya habían empezado los entrenamientos en Santander.
“Estamos sorprendidas con el nivel que estamos teniendo después de 7 meses paradas, eso es que lo tenemos bien interiorizado«, contó Támara a este mismo medio a finales de junio. Con vistas al Europeo las expectativas eran bajas y el objetivo, claro: «quitarse la presión del resultado y utilizarlo para saber qué tenemos que hacer para llegar preparadas al Mundial». A pesar de no estar del todo rodadas, lograron un meritorio quinto puesto en Aarhus tras una excelente última jornada, donde remontaron desde la undécima posición, siendo incluso terceras en la Medal Race. Ese último día sembró de nuevo la confianza en una pareja que estaba destinada a triunfar de nuevo en Halifax.
Dos años después de proclamarse campeonas del mundo contra todo pronóstico (Támara y Paula formaban pareja desde hacía solo un año y medio, y la balear nunca se había subido a un 49er) el bronce en aguas canadienses supo a gloria. Esta vez amarraron la medalla matemáticamente incluso antes de competir en la Medal Race, quitándose la espinita de Tokio y colocándose por delante de la otra pareja española aspirante (Patricia Suárez y María Cantero) en la carrera hacia París 2024.
¿El secreto de una compenetración que les ha llevado de nuevo al podio a pesar de la preparación express? Como dijo Támara al explicar el triunfo en el Mundial de 2020, «Éramos conscientes de que necesitábamos tiempo, aunque quizá menos que otras porque tenemos un método de trabajo que sigue marcando la diferencia”. Ni siquiera la diferencia de edad (12 años) supone una barrera. «Yo puedo aportar experiencia y ella batería para empujar al equipo en los momentos difíciles. En el día a día no lo notamos, seguramente porque Paula será más madura (risas). Al ser así de heterogéneo, el potencial es mayor”. Ganas de verlas en París.
Foto principal: Real Federación Española Vela
