Lyon | En la previa del partido Antonio Conte repitió en más de una ocasión que quería sobre el campo sacrificio y que lo suyos no se arrepintieran de nada. Arenga hacia una batalla que planificó al milímetro. Orden táctico, disciplina y una idea muy clara para competir contra los futbolistas técnicos de Bélgica. Una victoria de carácter pero también ganada en la pizarra.
La azzurra llegaba al debut de la Euro 2016 con muchas papeletas para convertirse en una decepción. Un centro del capo sin líder – Marchisio y Verratti fuera por lesión – y un ataque sin gol les hacía presagiar un difícil debut ante De Bruyne, Hazard, Lukaku, Felliani y compañía. Sin embargo, Conte tenía un plan, y lo sigue teniendo. Y con ello se explican sus elecciones de dar el mando de la medular a De Rossi.
Apoyándose en la mejor defensa del continente. Bonucci, Barzagli y Chiellini rayaron a un nivel superlativo, también Buffon que apareció cuándo se le necesitaba, fue el origen para construir una Italia competitiva. Robar, salir en vertical y sobre todo buscar la espalda de la desprotegida zaga belga. En fase defensiva, bastó con que Candreva y Darmian hicieran su trabajo y evitar dejar balones rechazados en zona de peligro.
Una idea que recuerda mucho a la Juventus, con Allegri y con Conte. Bonucci ha crecido y tiene capacidad para realizar desplazamientos largos de gran precisión. Así llegó el gol. Giaccherini, que conoce bien a Leonardo de su época de bianconero, atacó al espacio, Vertonghen no cierra bien y en el mano a mano llega el primero gol.
En el segundo tiempo se sufrió mucho más, varías pérdidas de balón permitieron a Bélgica encontrar espacios y disponer de ocasiones. No estuvieron finos, ni siquiera la salida de Mertens que sirvió para agitar el muro blindado italiano. El 5-4-1 no dejaba agujeros. Mucha culpa de ello también tiene un sacrificadisímo Eder, que se insertaba en la línea medular en fase defensiva para evitar la salida rápida del rival.
En los últimos instantes se vio la azzurra más pragmática, gestionando el resultado y buscando el segundo saliendo con Immobile en conducción. Característica del juego que el napolitano domina tras las lecciones de Ventura. Esto sirvió para que llegará el 2-0 definitivo, un premio para Pellé que también tuvo la complicada labor de mantener al equipo ‘alto’ para evitar encerrarse demasiado.
El comisario técnico italiano puede estar orgulloso. Sus jugadores mostraron la garra y el espíritu de grupo que pidió en la previa. Contra equipos más técnicos deberá seguir en esa línea y quizá más de uno se lleve una sorpresa con una Italia sin talento pero con mucho oficio y personalidad. Al frente de todos ellos, el sargento Conte.