El Girona FC sufrió una dura derrota ante el Liverpool en la UEFA Champions League, cayendo 0-1 en un partido que dejó al equipo catalán en una situación muy compleja para avanzar a la siguiente fase del torneo continental.
Desde el inicio, el Liverpool mostró su dominio. Los ‘Reds’ no tardaron en poner a prueba a Paulo Gazzaniga, quien realizó varias intervenciones destacadas para mantener el marcador a cero durante la primera parte. Sin embargo, el equipo de Míchel, que llegaba con la presión de haber acumulado solo tres puntos en cinco partidos, sabía que necesitaba una victoria para seguir soñando con los playoffs.
El único tanto del encuentro llegó en el minuto 63, cuando Salah convirtió un penalti tras una revisión del VAR. Este gol fue un golpe devastador para el Girona, que había competido bien hasta ese momento y había creado algunas oportunidades, aunque sin concretar. La falta de eficacia ofensiva ha sido una constante para el equipo.
A pesar de la desventaja, el Girona no se rindió. Intentó reaccionar y buscar el empate, pero se encontró con un Liverpool bien organizado defensivamente. Las llegadas del Girona fueron esporádicas y carecieron de la claridad necesaria para superar a la sólida zaga de su rival.
La situación es crítica, y los próximos encuentros contra equipos como el Milan y el Arsenal se presentan como verdaderos desafíos para un equipo que ha mostrado destellos de calidad pero que ha sido incapaz de mantener la consistencia necesaria que exige una competición como la Champions League.