No se engañen. Esta Copa América Centenario no tiene valor deportivo. No es más que un negocio con intención de espectáculo. Un invento oportuno de la CONMEBOL antes de que cayeran todos sus capos corruptos para hacer más y más negocios -sucios sin duda- a costa de los hinchas y de jugadores agotados que hace dos años que no tienen el descanso que les corresponde en junio por venir jugando las competiciones oficiales más importantes en esa fecha con sus selecciones. Cuando todos pensábamos que era un disparate y que seguramente varias selecciones afrontarían este torneo honorífico con equipos secundarios, vino la caída de todos los jefes corruptos de FIFA, CONMEBOL y sus distintas federaciones. La idea del torneo se vio inoportuna y peligrosa para dirigentes aún libres que pudieran estar involucrados en corrupción y que tuvieran que viajar al país que está investigando y desarticulando toda la mafia. Con eso, algunos pensamos aliviados que todo se suspendería porque era lo razonable. Pero claro, los derechos de televisión ya estaban licitados y el dinero involucrado en los contratos era demasiado para cancelar e indemnizar en un momento tan bajo. Como norma de transparencia, los nuevos dirigentes (o mejor dichos, los pocos que van quedando libres y limpios en CONMEBOL y CONCACAF) decidieron volver a negociar los derechos y seguir adelante con el invento conmemorativo para dar una señal de fortaleza.
Yo creo que es un error y que siempre lo fue.
La Copa América Centenario no es más que un título honorífico, una competencia creada con el pretexto del aniversario para ordeñar más dinero de la “vaca lechera” que todavía es el hacer negocio con los derechos televisivos. Pero ¿validez competitiva? para mí no tiene ninguna. Dicho en buen chileno, la Copa América Centenario es un “cacho”: Algo que está ahí, que no gusta ni convence, pero que no se puede evadir ni evitar, algo con lo que hay que cumplir a la fuerza. Claro, los dirigentes que aprobaron todo, no juegan. La intención es que las selecciones vayan con lo mejor que tienen “para la televisión”, pero las grandes estrellas de estas selecciones juegan en su mayoría en Europa donde apenas habrán terminado sus temporadas y luego tendrán que cruzar el océano una vez más para seguir entrenando, viajando y jugando por una Copa de mentira, una Copa de cumpleaños, conmemorativa, pero sin valor deportivo real.
Y los hinchas no son tontos, saben que este invento no es igual de importante que la Copa América que se disputa cada cuatro años, y mucho menos más importante que las clasificatorias a Rusia 2018, que es donde realmente esperan ver a sus selecciones rendir. Ya estoy viendo a jugadores agotados, frágiles físicamente, que por tercer año consecutivo tendrán que hacer el viaje y el esfuerzo de unirse a sus selecciones, sin darse el descanso apropiado, porque en 2014 la mayoría jugó el mundial de Brasil y en 2015 la Copa América “real” -la que se juega por los puntos y el título oficial- y la Copa de Oro.
Para Chile, el único beneficio puede ser el de practicar y adaptarse más al juego del nuevo técnico, Juan Antonio Pizzi, que antes de eso apenas habrá tenido un par de semanas y los dos partidos frente a Argentina y Venezuela (el primero sin cuatro titulares) para comenzar su trabajo con el grupo. Pero, más allá de eso, pienso que la Copa América Centenario sólo reventará a los jugadores de las selecciones participantes. Estoy segura que muy adentro, la mayoría de ellos no quieren venir por una copa que no tiene mayor validez deportiva. Y más segura estoy de que antes de que comience el campeonato, comenzarán a aparecer, desde varias selecciones, las quejas -más o menos- explícitas, las lesiones reales y las conversaciones para no venir.
Además, en el caso de Chile específicamente, tampoco es que se vaya a arriesgar el título ganado el año pasado. No es que La Roja tenga que defender la Copa América obtenida en 2015. No sería posible pensar que un campeón sólo tenga derecho a tener su título durante un año para revalidarlo en una competencia conmemorativa. Pero para probar mi punto, hago un ejercicio muy sencillo: Si a los hinchas de los países participantes les preguntaran qué prefieren ¿ir a ganar la Copa América Centenario o clasificar al Mundial de Rusia? creo que la respuesta sería rotunda. Al menos yo lo tengo claro… Y tú que estás leyendo también.