Estamos en pleno parón internacional por los compromisos de las selecciones nacionales. Momento marcado en el calendario que se aprovecha para organizar partidos benéficos, pachangas de diferente pelaje y encuentros entre ‘leyendas’.
Hay pocas cosas que desconcierten más a un futbolero que volver a ver a iconos del pasado vestidos nuevamente de corto. A muchos les perdiste el rastro, y el volver a saber de ellos es como recibir un mensaje bonito que no esperabas. Besos robados y cervezas compartidas. Vida extra. La nostalgia se dispara y el corazón se acelera. Muchos de ellos están más calvos y más gordos, pero nos da igual. Juegan andando y piden el cambio a los 20 minutos. No importa, el carisma sigue intacto. Quien tuvo, retuvo. Las calles no olvidan.
Fueron tus héroes y merecen respeto. Que en pleno 2024, con un fútbol orbitando mucho más edulcorado, artificial y sintético, podamos volver a ver fotos de ‘acción’ de Edgar Davids, Jari Litmanen, Steven Gerrard, Fernando Torres, Zinedine Zidane, Clarence Seedorf o Luis Figo es una bendición, un maravilloso error en ‘Matrix’.
Volver a ‘encontrarte’ con ellos, aunque sea fugazmente, es conectar con los más íntimo y primitivo de tu amor por el fútbol. Una pequeña cortesía del hoy que, a través de referentes del ayer, te reconcilia con el mañana. Somos lo que vivimos y de quién nos ilusionó. Disfrutar de sus fotos con una sonrisa dibujada en el rostro tiene algo de mística, bastante de nostalgia y mucho de gratitud.
Gracias por tanto y perdón por tan poco.