Síguenos de cerca
Meyba x Sphera Sports Oferta

Champions League

Tomar partido

Musiquita ilustre y bufandas por el Viejo Continente. Es tiempo del manido ‘dos entran y uno sale’ y de rendir tributo a los ‘Juegos del Hambre’. Hay 72 horas por delante para definir los 24 clubes que acceden a los octavos de Champions, Europa League y Conference, y que otros 24 seguirán viendo la competición por la televisión. A mi señal ira y fuego. Es probable que en la mayoría de las eliminatorias abiertas a esta hora no tengas un equipo por el que decantarte. Eso es maravilloso. Ponte cómodo.

Cualquier contienda sin tu equipo (o su némesis) en liza, te permite disfrutar del partido con ‘plena objetividad’, además verás el choque con una dosis de nervios menor o incluso nula, y por último, hace que te sientes ante la televisión con el básico aliciente de ver un buen espectáculo. Ahora bien, estimado lector, eso es solo de inicio, porque es algo empírico que una vez empiece a rodar el balón, el propio devenir del cruce va a hacer que tomes partido por uno de los dos contendientes. Es un instinto básico.

Tomar partido es algo inherente al ser humano. Hay quien lo hace por una cuestión cromática o textil (la camiseta más bonita), otros se decantan por el club donde haya jugadores con mayor carisma, muchos optan por el de hinchada más ruidosa y otros tantos por ‘el que juega mejor’ o el que ‘más lo merece’, como si este diabólico deporte premiara esas cosas. Luego está el ‘mainstream’ y el ‘underdog’. Unos acaban apoyando al club de mayor caché continental e historia, haciendo bueno aquello de la ‘cabra tira al monte’, pero otros muchos se abrazan a la opción de decantarse por el club más modesto. Estos últimos lo hacen por dos motivos esencialmente: puro romanticismo, lo cual es muy loable, o puro egoísmo, pues a menor entidad de los rivales, mayores opciones de título para los tuyos.

Y por último, y no menos importante, entran en liza cuestiones ‘random’: un Erasmus glorioso en Róterdam, una ex de Milán, un fin de semana que pasaste en Brujas, un imán de nevera y una taza que te trajeron de Da Luz, Ana Moura, el fado o un águila (se llama Vitória’) con aura que te pone ojitos. Cualquier razón es buena para decantarte. Hazlo. Uno ya peina canas para saber que la vida y el fútbol son más divertidos cuando tomas partido.

Papá de Miranda. Orgulloso hijo de gallego y asturiana. Dejé 13 años como abogado por fundar y dirigir Sphera Sports, con lo que ello supone. Asumo las consecuencias. Hice 'mili' en Pisa y en Bristol. Me gustan las orcas, los países escandinavos y un gol en el 90'.

Comparte la notícia

No te lo pierdas

Más sobre Champions League