Solemos dar valor a las cosas con el paso del tiempo, pero hay momentos en que una realidad se vuelve tan persistente que no queda otra que tratar de dimensionarla mientras uno es contemporáneo a ella. El fútbol es un mundo muy cambiante, pero de vez en cuando nos encontramos con equipos hegemónicos, capaces de lograr un dominio sobre el resto de rivales que, por momentos, parece infinito. Es lo que está ocurriendo con el Barça femenino, campeón rutinario de Liga y con el billete para su quinta final de Champions consecutiva, la sexta en siete años.
No, no es normal. Es un hito sin precedentes, especialmente si lo trasladamos al plano europeo; mayor incluso que el del Olympique de Lyon, teniendo en cuenta el aumento del nivel de competitividad del fútbol femenino europeo en los últimos años. Los grandes clubes han invertido mucho más dinero y tiempo en la construcción de sus plantillas, lo que nos ha permitido disfrutar de una competición de altísimo nivel como la UEFA Women’s Champions League. Pero, hay algunos que han ido un paso más allá. No es solo invertir en talento, es invertir en formación, idea y metodología. El Barça es el mejor ejemplo, nutrido de una generación única de jugadoras, pasando por hasta tres entrenadores distintos, pero manteniendo un mismo patrón de juego y espíritu competitivo.
Al camino que iniciaron de Alexia Putellas, Mapi León, Patri Guijarro o Aitana Bonmatí, se han ido sumando Salma Paralluelo, Vicky López, Jana Fernández o Claudia Pina, entre otras tantas jugadoras que la dirección deportiva del club ha fichado con gran criterio, como Irene Paredes, Fridolina Rolfo, Graham Hansen, Ona Batlle o Ewa Pajor. Haber levantado 3 Champions en 4 años, alcanzando una nueva final después de ganar 1-4 en Stamford Bridge es un premio, pero también una consecuencia. Consecuencia del trabajo, de la apuesta de club y, por supuesto, del gran talento que tienen todas estas jugadoras; probado también con un Mundial de selecciones ganado por varias de estas futbolistas.
Estos hitos deportivos son la inspiración para futuras generaciones de futbolistas, de mujeres, pero también de hombres. En Lisboa el Barça de Pere Romeu buscará la gloria otra vez. Enfrente, tendrá un Arsenal que nunca ha ganado la competición, pero que se ha cargado al equipo más laureado, el Olympique de Lyon.
