El día que nació el Real Madrid femenino, la mayor ilusión posible se concentró en las trabajadas categorías inferiores del CD Tacón. Toda la estructura de la que formaban parte aquellas jóvenes futbolistas pasaría a ‘La Fábrica’, la famosa cantera blanca, y con ello la oportunidad de debutar con el equipo de sus sueños. No debió ser fácil tener el deseo de jugar algún día en el Madrid y no poder cumplirlo por la falta de una sección femenina, al tiempo que Barça y Atlético acumulaban éxitos y arrastraban masas a una ola imparable. Para las que lograron superar el corte, cambiar el escudo del CD Tacón por el del mejor club del siglo XX fue la consecución de un deseo que hasta ese momento era inalcanzable.
Una de ellas era Ariana Arias (Madrid, 2003), la jugadora más prometedora del modesto club madrileño y que ya había conseguido debutar en Primera Iberdrola en la temporada anterior, antes del parón por el covid-19. Demostrando que la Preferente regional se le quedaba pequeña (marcó la friolera de 102 goles en 41 partidos, una media salvaje de casi 2,5 por encuentro) pronto David Aznar la hizo debutar, ya con el Real, el 11 de octubre ante el Valencia. El 13 de diciembre marcaba su primer gol ante el Espanyol y en el último partido del 2020 estrenó su primera titularidad. Hoy ya es una asidua en los entrenamientos del primer equipo y también en las convocatorias.
“Está claro que a principio de temporada te pones objetivos pero tampoco pensé demasiado porque el tema del covid también está por medio. Trato de vivir el día a día y hacerlo lo mejor posible, y así ha sido”, nos cuenta ‘Ari’ desde la concentración de la Selección española sub-19 en Marbella. Fue precisamente el coronavirus la que evitó su participación con la sub-17 y la posibilidad de jugar un Europeo por primera vez el pasado año. Pero la oportunidad le volvió a llegar dando un salto todavía mayor. “Trato ahora de aprovechar la experiencia. Estoy muy contenta de volver, siempre es un orgullo representar a España y que te vuelvan a llamar ilusiona”, cuenta una Ariana que tiene la palabra “aprendizaje” marcada a fuego. De las compañeras, del cuerpo técnico (Pedro López ya le ha dado algunas indicaciones sobre los desmarques y la recepción del balón) y de las referentes de la Selección absoluta. “Siempre se agradecen esas correcciones y yo estoy aquí para aprender y para disfrutar también. Coger muchos conceptos para ser mejor. Me gusta ser cada día ser mejor”, reconoce.
Cuando eres tan joven, lo mejor que puedes hacer es absorber cada experiencia como una esponja. Incluso si tienes un don, el del instinto. “No sé, es algo que es innato. Pillo el balón y ya estoy mirando a portería. No sé si es una virtud o no, pero es algo que me gusta”. Así empezó también Jenni Hermoso, desde este jueves la máxima goleadora de la historia de la Selección y una de las grandes referentes para ‘Ari’. “Me fijo mucho en ella”, nos dice cuando habla sobre los objetivos de la sub-19 después de un año incierto. “No pienso en un futuro. Es el presente lo que hay que vivir. Hay cosas de la absoluta que hay que coger y usar de referencia para poco a poco conseguir los éxitos”. Tiene claro que su próximo sueño por cumplir es el de debutar con la absoluta, pero con cautela… “Antes tengo mucho que aprender”.
Soñar y disfrutar
En plena adolescencia, llevar en la mochila el peso de los estudios y la presión de ser jugadora del Real Madrid y de la Selección española puede ser elevado. Pero Ariana está hecha de otra pasta, e incluso sabe sacar el lado bueno de su actual situación. “En el sentido de presión y eso no me ha cambiado mucho la vida. Más a nivel de estudios, porque ahora entrenamos por la mañana. Yo juego al fútbol, disfruto y me limito a hacer caso”. A la joven madrileña le basta un balón para ser feliz. “Disfrutar” ha sido el verbo más conjugado durante la entrevista, y es que por encima de todo ve el fútbol como algo que le mantiene la sonrisa de oreja a oreja. Incluso ahora, cuando gracias al convenio colectivo y al enorme crecimiento del fútbol femenino español permiten que las futbolistas puedan vivir de este deporte. “La verdad que el salto ha sido increíble. Yo lo valoro un montón porque hace unos años era impensable poder ganarte la vida con el fútbol. Me siento una afortunada. Pero a mí el dinero me da igual, solo quiero jugar al fútbol y disfrutar. En el momento en el que deje de disfrutar…”
Con su debut en el Real Madrid se convirtió en algo que hace años parecía imposible: la primera canterana del club en estrenarse en partido oficial. Ya es una pionera, la primera que ha derribado una puerta. Con 17 años y sin ficha del primer equipo se codea con estrellas como Asllani, Jakobsson o Marta Cardona. ¿Difícil de asimilar? “Siempre cuesta. Hasta que no lo tienes no valoras muchas veces las cosas. Es verdad que no me he planteado esto, viene así. Con trabajo y día a día aquí estoy y la verdad que es un orgullo. Debutar para mí fue un sueño y estoy segura de que van a venir muchos más”. Desde aquel día ante el Valencia se convirtió en un ejemplo, en la demostración de que es posible llegar al Madrid desde abajo. Por eso, sus palabras pueden servir de inspiración para esas niñas que hoy, como ella, sueñan en grande. “Es algo que cualquiera puede conseguir a base de trabajo, trabajo y más trabajo. A ellas les diría que si de verdad quieren eso que vayan a por ello, pero a muerte”. Palabra de Ari.
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