Barça – Sevilla, Sevilla – Barça. Así empezó la temporada 2015-2016 a nivel europeo y así terminará a escala nacional. El primer duelo se lo llevaron los azulgranas en un partido al que no le faltó de nada: buen fútbol, exhibiciones individuales, dos equipos que se dejaron la piel y, sobre todo, mucha emoción en el tramo final; el 21 de mayo ambos volverán a encontrarse e intentarán cerrar la temporada con un título bajo los brazos. La batalla está servida.
La ambición de unos y otros no tiene límites. El Barça lleva desde 2008 ganando títulos año tras año – excepto la 2013/14 – y no se cansa: acumula un total de 21; este dato es incluso más impactante si nos fijamos únicamente en la Copa: los blaugranas disputarán su tercera final consecutiva y la sexta en 8 años. El Sevilla, por su parte, con un presupuesto humilde y una estrategia agresiva pero eficaz (en los últimos 5 años ha vendido 121 jugadores por 251 millones), ha alcanzado hasta 13 finales en las últimas 10 temporadas, de las cuales ha ganado 8. Poca broma. Se trata, por tanto, de dos equipos con sed de títulos, como así lo demostraron en agosto en Georgia en la final de la Supercopa de Europa. El resultado final, como todos sabrán, fue de 4-5 para los de Luis Enrique y, de aquel día, podemos extraer hasta 3 conclusiones: en primer lugar, que cuando el Barça está bien es casi imposible pararlo, tal y como se vio en la primera parte; en segundo lugar, que el Sevilla nunca se da por vencido, tal y como la remontada así lo evidenció, y, en tercer lugar, que los hispalenses saben cómo hacerle daño al Barça: de hecho, tanto es así, que la última derrota de los blaugranas antes de encadenar su racha histórica de partidos sin perder fue en el Sánchez Pizjuán el 3 de octubre de 2015.
Barça y Sevilla nunca se han enfrentado en la final de Copa, aunque sí en rondas previas: en total, 12 eliminatorias, de las cuales 8 se las llevó el Barça (16 victorias culés, 3 empates y 5 triunfos hispalenses). Además, se han visto las caras en tres finales de Supercopa: dos de Europa, con una para cada equipo (3-0 para el Sevilla en 2006 y 5-4 para el Barça en 2015), y una de España para el Barça con remontada incluida (3-1 en el Sánchez Pizjuán y 4-0 en el Camp Nou).
La final garantiza espectáculo y emoción hasta el final; el Sevilla es de los pocos equipos que sabe cómo competirle al Barça y así lo ha demostrado, salvo alguna que otra excepción, en las últimas temporadas. Gane quien gane se alzará con un merecido título.