Montar un equipo de ensueño, afirman, es sencillo si se dispone de los medios adecuados. Dinero, un buen equipo de trabajo, y a la aventura. Sobre el papel, fácil. Pero no siempre es así. Cuando se carece de cosas innatas, que no se pueden comprar, la naturaleza acaba imponiendo su ley, y los ricos lloran impotentes al ver que su mitificado dinero no es suficiente.
Históricamente, la ciudad de Manchester ha tenido a uno de los claros referentes del fútbol británico, europeo y mundial. Con epicentro y sede en Old Trafford, el Manchester United era considerado uno de los equipos más potentes. Sin embargo, un buen día de septiembre, allá por 2008, sus vecinos que vestían de azul y no habían supuesto mayores molestias, fueron comprados por un grupo inversor que cambiaría el horizonte.
A base de talonario, de inversiones, de años de trabajo, el Manchester City se ha convertido en una potencia deportiva dentro del mundo del fútbol. Una inversión estratosférica procedente del Abu Dhabi United Group for Development and Investment ha hecho que en el Etihad Stadium hayan llegado en los últimos 6 años algunos de los mejores jugadores del mundo, que han dotado a los Citizens de una solvencia considerable.
Los resultados han llegado, los títulos han ido quitando telarañas en la vitrina de trofeos, y ese vecino silencioso que molestaba lo justo para el Manchester United se ha convertido en una auténtica amenaza. Sin embargo, no todo brilla en el seno del Etihad, pese que el oro reluce allá donde se mire.
Un club rico, sin problemas económicos, que invierte con inteligencia, que negocia por futbolistas importantes con la tranquilidad de tener un respaldo monetario sobresaliente, que ha encontrado en las Islas Británicas su gran foco de comodidad. Los títulos a nivel doméstico han llegado. Es indudable que los de Pellegrini a día de hoy son un equipo temido, a tener en cuenta en Inglaterra, pero cuando Europa llama a la puerta y se instala, el clima húmedo de la ciudad se acentúa.
Los torneos europeos son el gran talón de aquiles de este Manchester City. Su rendimiento en torneo continental deja mucho que desear, rozando el ridículo en alguna ocasión, y pese a ello, siguen sin encontrar soluciones.
Tras varios fiascos que quedaban en eliminaciones prematuras (teniendo en cuenta las expectativas creadas por un proyecto de semejantes dimensiones) los Citizens lograban dar un paso adelante la pasada temporada. Pequeño, pero adelante. Sin embargo, el Barcelona se cruzaba en su camino en la eliminatoria de Octavos de Final, y sentenciaría su destino. Pero había que analizarlo con sentido. Habían progresado algo, debían valorarlo así, pese a no haber ganado nada.
Sin embargo, en la presente edición de la UEFA Champions League, las cosas vuelven a no pintar bien. Pese a que siguen con opciones, pese a que no están eliminados, sus resultados no convencen, y su último partido en Rusia frente al CSKA de Moscú fue un claro ejemplo de ello.
Los de Manuel Pellegrini suman sólo 2 puntos de 9 disputados, habiendo conseguido 2 empates y 1 derrota en sus 3 partidos jugados. Pero en Moscú ocurrió algo intolerable para un megaproyecto como este equipo. Los Citizens tuvieron en su poder una ventaja de 0-2 al descanso, que calmaba la presión de tener que ganar, pero acabaron sufriendo el empate 2-2 casi sobre la bocina. De nuevo pinchaban, de nuevo perdían puntos importantes que les deja en una situación complicada.
Todavía restan 3 encuentros, y la (abultada) derrota de la Roma contra el Bayern de Múnich fue el resultado más favorable para el Manchester City. De los italianos depende el futuro de los del Etihad Stadium. Los de Pellegrini deberán ganar al CSKA en Manchester y que los de Guardiola vuelvan a vencer a los romanistas. Eso es lo que esperan en la parte azul de Manchester. Así, entonces, podrían encarar con opciones de solucionar problemas en el duelo directo contra la Roma en el Olímpico de Roma. Tarea nada sencilla, pero el mal inicio de temporada en la máxima competición continental hace que deban exprimir sus posibilidades hasta el final. Ya no se permiten más errores. Han actuado mal hasta ahora, con cifras preocupantes, pero la toalla sigue en su mano.
La dinámica del Manchester City en torneos europeos parece no pagarse con todo el dinero del que disponen. Su gran lastre, su mayor hándicap. ¿Conseguirán retomar el rumbo?
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