Anoche la Champions League bajó el telón hasta febrero. No tengo datos exactos, pero estoy casi seguro de que será el parón más largo de la historia reciente de la competición. La razón es evidente: el abyecto Mundial que se avecina, que ha reventado el calendario del balompié europeo. Cabe recordar que en tan solo dos semanas estaremos viendo cómo pelea Catar ante Ecuador.
Si hay un equipo que merece estar en la cabeza de este humilde artículo es el Benfica. Los portugueses afrontaban uno de los grupos más complicados de su historia, pero han sido capaces de superar a PSG y Juventus para terminar en la primera posición. La fiesta en Israel, tras golear al Maccabi Haifa, fue brutal. Roger Schmidt, que le habíamos perdido la pista por su paso por China, merece el aplauso colectivo por el trabajo que está realizando con el cuadro lisboeta. El Sporting CP, por cierto, evitó el pleno de los portugueses.
Y si nuestros vecinos pueden darse con un canto en los dientes, en España solo nos llevamos las manos a la cabeza. La representación de LaLiga ha sido nefasta: solo se clasificó el Real Madrid, el Atlético de Madrid terminó cuarto en un grupo amable y Sevilla y FC Barcelona tendrán que empezar a adaptarse a las tardes de Europa League. No voy a caer en el pesado debate de qué liga es mejor o peor, pero es evidente que los ingleses sí que han hecho sus deberes: todos, exceptuando el Liverpool de Jurgen Klopp, están en octavos de final como cabezas de serie.
Los dos mejores cuadros de esta fase, por otro lado, tuvieron retos complejos. El FC Bayern, con seis triunfos en los seis envites disputados, volvió a mostrar a todo el continente el poderío que poseen cuando pasean por Europa. Las decepciones del curso pasado, por caer ante el Villarreal y la pérdida de Lewandowski, no han pesado. Veremos cuando haya que jugárselo todo a una carta.
Es cierto que el Napoli no ha alcanzado la perfección de los bávaros, pero qué equipo. El martes, en Anfield, perdieron su primer duelo del año. La plantilla de Luciano Spalletti ha iluminado a una ciudad de mecha corta, que no necesita demasiado para emocionarse. Pero es que este equipo es muy especial. Khvicha Kvaratskhelia -qué nombre, qué jugador- ha sido la sensación con sus regates, goles y asistencias. De Georgia para el mundo entero.
Hemos disfrutado de una fase de grupos maravillosa. A saber lo que tendremos en un par de años, cuando los deseos de los de la Superliga se cumplan. Que un conjunto como el Brujas esté entre los 16 mejores es ya todo un éxito. Lo siento por los aristócratas.
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