A estas alturas ya sabrás que Francia y Argentina están en las semifinales del Mundial. Mientras Kylian Mbappé y Lionel Messi fagocitan titulares, fotografías y halagos, existen dos futbolistas -hablan poco y juegan mucho- a los que no se puede obviar para entender la presencia de ambos combinados nacionales en estas instancias.
𝘼𝙣𝙩𝙤𝙞𝙣𝙚 𝙂𝙧𝙞𝙚𝙯𝙢𝙖𝙣𝙣 es alfa y omega de esta Francia triunfal de Deschamps. Lo fue en Rusia y lo vuelve a ser en Qatar. Su clarividencia con balón es quirúrgica, su compromiso defensivo es emocionante y su inteligencia táctica sencillamente encomiable. Puede que Mbappé acabe el Mundial con 7 u 8 goles, pero que nadie olvide que es Antoine el que ‘le da de comer’ a la tortuga y al sempiterno Giroud. Maltratado en Barcelona y observado con recelo en su vuelta a Madrid, es en Francia donde el ex txuri urdin destapa el tarro de las esencias.
Lo de 𝙀𝙣𝙯𝙤 𝙅𝙚𝙧𝙚𝙢𝙞́𝙖𝙨 𝙁𝙚𝙧𝙣𝙖́𝙣𝙙𝙚𝙯 es otro rollo. Este chico no estuvo en Rusia, de hecho en 2018 aún le quedaban dos años para debutar con River Plate. Llegó a la cita mundialista como una pieza secundaria. Su llamado parecía más un reconocimiento a su buen desempeño con el Benfica que una opción real para Scaloni. Tras el descalabro ante Arabia Saudí, Argentina entró en sesión intensiva con el terapeuta. Muchos glosarán que fue Messi el que sacó a la selección del diván. Sí y no. Messi es ‘El Rey Sol’ de La Albiceleste, pero la pieza que ha permitido hacer click a este elenco argentino es Enzo. Su madurez con y sin balón es fascinante. Su aplomo ante la presión es lo mejor que le ha ocurrido al fútbol argentino en tiempo. Tiene TODO para ser el ‘5’ de Argentina durante 12 años. Es una piedra preciosa sobre la que apoyarse y construir.
En semifinales los focos volverán a apuntar a Mbappé y Messi, es lo fácil y la cabra siempre tira al monte, pero seguramente las opciones de franceses y argentinos pasen por el desempeño de Antoine y Enzo. Ancla, motor y compás de dos equipos con lustre que quieren citarse este domingo para tomar una copa. La Copa.
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