El pasado domingo al mediodía comenzó una nueva temporada para los de Wenger y los de Bilic, el primer derbi londinense de la 2015/16. El Emirates Stadium fue el escenario de un bonito partido en el que el West Ham dio la sorpresa y venció al Arsenal por 2 goles a 0. Desde el 7 de abril de 2007 el conjunto hammer no conseguía derrotar a los gunners; precisamente también fue en casa del Arsenal, con gol de Bobby Zamora.
El primer gol llegó justo antes del descanso, gol siempre conocido como “psicológico”. Partió de las botas de Payet, un lanzamiento de falta preciso para Kouyaté, que de cabeza abrió la lata del partido. Días después se sigue hablando de la salida en falso del guardameta del Arsenal Petr Cech. El segundo tanto del encuentro llegó en el 57’, obra del argentino Mauro Zárate. Un golpeo desde fuera del área pegado al palo corto, difícil para Cech, que nuevamente fue criticado. Estos dos goles, y su consecuente victoria, permitieron a los aficionados del West Ham respirar tras la eliminación de la fase de clasificación para la Europa League y festejar el resultado en un Emirates que sonaba a Boleyn Ground con el más que conocido “I’m forever blowing bubbles” de la hinchada hammer.
Por parte del West Ham se podrían destacar muchos nombres. Ogbonna estuvo impecable en defensa, Cresswell con sus subidas por bandas ayudó mucho al equipo, el encomiable trabajo del senegalés Kouyaté, el gran aporte de un jovencísimo Oxford en el medio del campo y realmente todo el equipo, pero si hay un nombre que destacar del partido del domingo ese es el del francés Dimitri Payet.
El fichaje de Payet ha sido, sin duda, el que más ha ilusionado a los aficionados del West Ham. Un jugador que llegaba desde Francia con cifras de absoluto crack, con goles y asistencias de bellísima factura. El West Ham necesitaba un jugador como él, un jugador que con unos pocos detalles de calidad condicionara el partido. En definitiva, un jugador con clase y determinante. Y sí, él es Payet, el jugador que hacía falta al West Ham y que ya viste la claret & blue para el disfrute de toda la hinchada de Boleyn Ground.
Su partido contra el Arsenal fue de sobresaliente. Supo realizar a la perfección la tarea que le encomendó el croata Slaven Bilic: ayudar en la presión para dificultar la salida de balón del Arsenal desde atrás y organizar de una manera precisa los contragolpes del equipo. Dicho y hecho. Payet demostró tener una calidad innata para retener el balón en su dominio y no perderlo hasta dárselo al compañero que esté mejor posicionado para recibirlo. Además, Payet fue capaz de dejar algunos detalles de calidad para deshacerse de sus rivales.
No hay duda de que Dimitri Payet debe de ser la clave de este nuevo West Ham de Bilic. Un West Ham que parece ser que comienza a jugar un fútbol más atractivo y, por ahora, con buen resultado. Es pronto para decirlo, pero con el juego que propone Bilic, en el que Payet es la piedra angular y se le da mucha importancia a una defensa compacta y bien organizada, no sería una sorpresa que el West Ham hiciera un gran año y cumpliese, esta vez sí, su objetivo de terminar la temporada en la mitad alta de la tabla.