Si hay una selección de futsal que ha crecido en los últimos años, sin duda es la Argentina de Diego Giustozzi. El cuadro Albiceleste, bajo el mando del bonaerense, ha dado un salto de calidad definitivo: seis finales en seis torneos disputados, con tres títulos, incluyendo el premio gordo: el Mundial de Colombia 2016, el primero que no ganaban ni España ni Brasil en toda la historia del torneo.
Los Nico Sarmiento (mejor portero del torneo), Fernando Wilhelm (capitán y MVP del campeonato), Taborda, Cuzzolino, etcétera, se han revalorizado gracias a su selección. Y ahora, un nuevo valor se agrega a estos, un bonaerense como Giustozzi, un pívot de 21 años que engrosa su palmarés día a día y que presenta una proyección que hace preguntarse a los que le han visto jugar dónde está su límite. Es el nacimiento de una estrella, Matías Rosa, jugador de Pescara que acaba de vivir su particular semana grande.
¿Quién es Mati Rosa?
Matías debutó en 2013 con América del Sur. Tras apenas un año y medio en el club de su tierra, cruzó el charco en enero de 2015, con apenas dieciocho años recién cumplidos, a Italia, donde fichó por el Montesilvano de la Serie A2, con el que conseguiría el ascenso en esos seis meses, subiendo al equipo del sexto puesto al segundo que garantizaba los playoff, y ganando los cuatro partidos de semifinales y final (a series del mejor de tres).
En su primera temporada en Serie A anotó 17 goles. Esto atrajo la atención de los clubes más importantes de Italia. Fichó el pasado verano por Pescara, campeón en la 2014-15, que quiere recuperar el trono perdido ante Asti. El argentino, en franca progresión, anotó 12 tantos en sus primeros 10 partidos, demostrando que lo suyo no era casualidad.
En la actualidad ocupa el quinto puesto con 17 goles en la tabla de máximos goleadores, solo por detrás de grandes nombres como Honorio o Manoel Crema, y por delante de históricos como Gabriel Lima, Mancuso o Bertoni.
La semana grande de Rosa
Pero si hay una semana en la que Mati Rosa se ha hecho “mayor”, ha sido la última de marzo, sin duda. El capitán de la sub20 albiceleste (con la que fue medalla de bronce en el Sudamericano de Brasil’14) recibió el viernes 24 de marzo una noticia esperada, dado su rendimiento y participación en los entrenamientos previos al Mundial de Colombia 2016: su convocatoria con la selección absoluta.
En cuanto a juego, tenía por delante un reto histórico. Seis días, siete partidos y dos torneos por disputar: la Coppa de Italia U21 y absoluta. Y en mente algo que nadie había conseguido en el país transalpino: conquistar ambos títulos en una misma edición.
No sólo no tuvo problemas en “bajar” un peldaño y apoyar al equipo U21 para conquistar, junto con Pietrangelo, Pulvirenti y Azzoni – miembros también de la primera plantilla – la Coppa ante Asti, sino que Mati Rosa demostró estar muy por encima del nivel de los chicos de su generación. Mati fue uno de los jugadores más destacados, con cinco goles en tres partidos, incluido un doblete en la final.
No contento con eso, el pívot argentino jugó también un papel fundamental en la dura consecución del título para Pescara, en la que partía como favorito por jugar en casa, pese a partir por el lado más complicado del cuadro.
En cuartos de final anotó el único gol de su equipo, un 1-1 con el que tuvieron que llegar a penaltis ante Imola. En la semifinal aparecía de nuevo el bonaerense para rescatar a su equipo cuando peor lo estaba pasando. El partido se complicó para el cuadro de Fulvio Colini. Perdiendo 1-0 en la segunda mitad, el ‘14’ anotó uno de los dos goles para la remontada.
El reto de ganar ambos títulos estaba más cerca. Y en la final, de nuevo un papel estelar: gol y asistencia en el empate a cuatro. En la tanda de penaltis aparecía de nuevo Pietrangelo, su compañero en ambos equipos, para detener uno de los lanzamientos y dar así el título soñado a los pescaresi.
Mati Rosa, un chico de Buenos Aires que voló a Italia en edad juvenil, que consiguió el ascenso del histórico Montesilvano en solo seis meses, que fichó por un top de Italia y que le está disputando el título de máximo goleador con los más grandes. Un chico que aspira a todo, que no se conforma con un título pudiendo ganar dos y que además coincide con un momento histórico de su selección.
Ha nacido un crack.
Foto principal: Olé