Dar el salto hacia un equipo grande siempre es una tarea ardua para cualquier jugador. Las expectativas, los objetivos y las metas son mayores. Lo que era bueno, o destacable, en un club de menor categoría, es lo regular, lo esperado en un club de elite, por lo que la exigencia será mucho mayor para el protagonista en cuestión.
Marouane Fellaini, llegó a Old Trafford como el gran fichaje de David Moyes, tras su gran temporada 2012-2013 con el Everton. El centrocampista belga se sentía listo para saltar hacia un club importante y qué mejor plataforma que el Manchester United, y además con el técnico que le hizo crecer futbolísticamente en el fútbol inglés.
Las cosas no salieron tan bien para Marouane desde el comienzo. Una serie de actuaciones muy por debajo de lo esperado, sumadas a varias lesiones, mermaron el rendimiento del jugador. Su fichaje fue catalogado como un rotundo fracaso en su primer año como Red Devil, tanto por periodistas como por gran parte de la afición.
Con la salida de Moyes en Mayo de 2014, el futuro de Fellaini era una gran incógnita. La designación de Louis van Gaal como el reemplazo del escocés sólo hizo aumentar las dudas sobre la continuidad del belga. La opción de fichar por el Napoli estuvo sobre la mesa del jugador y del propio club, sin embargo no se concretó y el jugador continuó siendo jugador del Manchester United para la presente temporada 2014-2015.
El belga inició la campaña con una lesión que le mantuvo fuera por un importante número de partidos. Tras su recuperación, el jugador se esforzó notablemente para recuperar su mejor versión e inmediatamente sorprendió a van Gaal. El trabajo de Marouane tendría premio en poco tiempo. El 20 de Octubre de 2014, el Manchester United visitaba al West Bromwich Albion. Tras un primer tiempo muy pobre, el equipo de van Gaal caía 1-0. El técnico neerlandés no perdería el tiempo y rápidamente, en el inicio de la segunda mitad, hizo ingresar a Fellaini por el español Juan Mata. Esta sustitución tendría efecto inmediato, puesto que el belga anotaría el empate y, en los pocos minutos que tuvo, pudo demostrar que era una alternativa para su técnico.
Desde esa noche, van Gaal notó que Fellaini se podía convertir en su salvavidas en situaciones adversas. No sería la primera vez. Goles ante Queen Park Rangers, Preston North End y recientemente ante Tottenham le han dado ese estatus de jugador determinante para van Gaal. El belga se ha convertido en la herramienta práctica y útil para cuando las cosas no salen bien. Con su fortaleza física y su gran habilidad para controlar pases largos con el pecho tiene algo distinto a cualquier jugador de la plantilla del United. Quizás técnicamente por debajo de figuras como Di María, Carrick, Mata, Herrera o Blind, pero igual de práctico e influyente como cualquier destello de los anteriormente mencionados. Marouane en la temporada anterior nunca pudo encontrar la portería rival, sin embargo en la presente ya son 5 goles en todas las competiciones y una gran cantidad de actuaciones a gran altura.
La capacidad de superar una situación complicada dice mucho del carácter de una persona. Fellaini es un claro ejemplo de esto sin lugar a dudas. Con su trabajo, sacrificio y actitud ha logrado estar a un rendimiento acorde a lo que se espera de un jugador que viste la camiseta del club de Manchester. El belga pasó de ser el ancla del Manchester United de David Moyes a convertirse en el salvavidas del Manchester United de Louis van Gaal.