Reina y yo nunca compartimos almuerzos, cables ni problemas de última hora en las retransmisiones, pero sí muchas sonrisas y saludos a un lado y otro de la pecera de la ciudad deportiva de Paterna, en aeropuertos o en el hall de numerosos de hoteles europeos donde ultimaba los detalles para que Josep Rovira contara la actualidad de su Valencia C.F. en los desplazamientos de Champions y Europa League, en VCF Radio. La última vez fue en la Plaza del Ayuntamiento de València, poco antes de Navidad. Paseaba con su mujer y unos amigos. Nos paramos y nos saludamos, nos sonreímos con el recuerdo reciente del rato que habíamos compartido semanas atrás en la presentación del libro de Kike Mateu, ‘Paciente Cero’.
Charlamos. “Haz tú las fotos y luego me las pasas”, o algo así debió decirme. Me habría encantado que me llamara “nena”, pero supongo que pronunciaría un “Cris” antes de posar sonriente detrás de la mascarilla junto a Kike y sujetando a su hijo, a Alejandro. Las fotos no se las mandé a él, se las hice llegar a través de Kike, quien me dio la noticia de su ingreso en la UCI, a quien le pedí entonces su teléfono. Mi padre estuvo ingresado también en Cuidados Intensivos durante doce días, casi en paralelo. Sin móvil, sin contacto. En ese tiempo, le mandaba mensajes como si me leyera. “Funcionó”. Confieso que hice lo mismo con Reina durante sus siete semanas de ingreso. De ánimo, de fuerza. Lo sentía como algo muy mío y confiaba en que corriera la misma suerte, en que saliera adelante. De igual modo, hay que ver lo que unen las sonrisas, he sentido su prematuro adiós. 54 años. Puto Covid.
No me quito de la cabeza a su madre, a Fina; a Alejandro, ese pequeño clon de Reina, el técnico de la radio de todos, el grandullón bonachón al que siempre era una alegría encontrarte aquí o allá. Desde el sábado escucho y leo cómo él nunca hizo distinción entre compañeros de un medio u otro. Cómo todo el mundo que tuvo contacto con él le echaremos de menos de una manera u otra. Aunque nadie como Estrella, su mujer, a la que sigo abrazada en la distancia desde el sábado y a la que espero que alivie, aunque sea durante un suspiro, todo este cariño conjunto de gran parte de la prensa valenciana con la que José Manuel Reina compartió anécdotas y generosidad durante sus más de treinta años de profesión como técnico de sonido. Alejandro quiere seguir sus pasos. Por demasiado poco tiempo, pero no dudo que ha aprendido del mejor.
Descansa en paz, Reina.
*Reina no hacía diferencias entre compañeros, y yo, tampoco: los recuerdos sobre él están ordenados por orden alfabético de los firmantes y no cito el medio. Gracias a todos los periodistas que habéis querido formar parte de esta memoria conjunta, incluidas dos leyendas valencianistas como Ricardo Arias y Fernando Gómez Colomer. El domingo se guardará por él un minuto de silencio en los prolegómenos del Valencia-Granada. Quien vea o escuche el partido que sepa un poco más de quién y cómo era José Manuel Reina, también fuera de su querida València, de su querido Mestalla.
ÁGUEDA BAYARRI:
“Conocí a Reina antes de conocerle. Como oyente de “La Taula Esportiva“, en todas las presentaciones era el técnico que estaba “als comandaments”. Es lo que tiene la radio, que sientes como parte a personas que no conoces pero están en tu día a día. Años después, yo era una recién llegada pero para él fui como si hubiera estado siempre, no distinguía entre compañeros. Estas últimas temporadas, sabía que no me lo ponían fácil y me daba ánimos cada día, siempre tenía las palabras correctas y me hacía reír. Era un bonachón.”
ÁLEX NAVARRO:
«Cuando todo el mundo coincide en hablar tan bien de alguien -ya le ocurría en vida- y en los mismos términos, eso no es por casualidad. Eso pasaba con Reina. En mi trato con él, me quedo con la afabilidad, la predisposición constante para ayudar, en lo personal y en lo profesional, y hacer como sin esfuerzo que todo fluyera de modo fácil, gracias a una innata capacidad de generar buen rollo que es imposible aparentar. Reina la tenía. Eso hace que tanta gente llore tanto esta pérdida. DEP.”
ALFONSO GIL:
«Afirmar que era amigo de José Manuel Reina sería presumir demasiado, pero decir que manteníamos una relación de máxima cordialidad se ajusta a la realidad. No recuerdo el momento exacto en el que nos conocimos, pero debió ser en Ràdio 9 en los tiempos de ‘La taula esportiva’. Lo veo al otro lado de la pecera a su ritmo y con su precisión profesional. Tengo mucho más fresca su imagen en el día a día de los partidos en Mestalla. Su cabina estaba justo detrás de mi pupitre. Nunca faltaba su saludo cuando yo llegaba. Luego, de vez en cuando, se me acercaba para regalarme un cometario socarrón y una sonrisa.»
AMADEO GARCÍA ZAHONERO:
“José Manuel era un tío extraordinario, era amigo de sus amigos, valencianista de pro, muy buena persona y muy buen profesional. Él era técnico de RNE, la antigua Radio Cadena, donde estábamos con Pep Miragall, con su buen amigo Roberto Muñoz, Alfred Costa, yo, y en aquel año 90-91 nos despidieron a un montón de gente. Él se marchó a Ràdio Nou, yo a Antena 3, y luego nuestros caminos de volvieron a juntar cuando yo llegué al Valencia en el 2017, siendo él técnico de la radio del Valencia. Un tío encantador, un profesional, muy buena persona, la verdad que es una lástima y una pena que se haya ido, no se merecía esto. Ha sido un palo para todos, porque ha sido un referente y un tío encantador, muy valencianista, muy fallero y querido por todo el mundo. DEP. Una lástima. Pasa algo parecido con el fotógrafo del Torrent. Gente muy joven que se va y que no se merece que su vida se corte cuando tienen 50 años.”
ANTONIO SANFELIU:
“Lo primero que quiero agradecer es la invitación de Cristina para intentar explicar es unas pocas líneas quién era José Manuel Reina.
Reineta, como yo le llamaba, era un ser muy especial para mí. Un hermano mayor que nunca tuve, con el cual compartí miles de confidencias y anécdotas. Cuando uno fallece de manera prematura e inesperada siempre hablamos de que se va una buena persona, pero Reina lo era de verdad. Jose vino a este mundo para ser feliz y hacernos, a sus amigos, una vida más fácil. No sé si desde el cielo leerás estas líneas, pero Reineta, jamás te voy a olvidar. Hablamos en enero cuando te pedí unas películas para mi hijo Nico y como siempre encontrabas una solución. Los hijos y los quehaceres diarios nos habían robado tiempo, pero por mucho que lleváramos semanas sin vernos cuando estábamos frente a frente lo primero que veía era tu sonrisa y tus vaciles. Nos tomábamos café de vez en cuando y a tu lado los problemas diarios se olvidaban. Eras un torrente de felicidad. Ayer hablé con tus amigos Rovira y Folgado y los tres llegamos a la misma conclusión: no es verdad que te hayas ido, no nos lo creemos, preferimos pensar que algún día te volveremos a ver.
Las mejores anécdotas vividas contigo me las guardo. Tú y yo sabemos cuáles son, pero como te dije, espérame en el cielo y volveremos a apostar al 8 o esperaremos ansiosos a que nos den Black jack. Tu nene jamás te olvidará. Te quiero, Reineta.”
CARLOS EGEA:
“Era un abrazo gigante que calma los miedos, las dudas. Era humanidad vestida con lo necesario para hacerte feliz. Era profesionalidad con ternura. Era bondad infinita. Era un hombre leal y legal. José Manuel Reina gracias por tanto. La luz del directo se encenderá siempre por ti.”
CAYETANO ROS:
Adiós ‘trujador’
“Reina era la ironía, la risa contagiosa y el ingenio de la calle. Creaba un ambiente distendido y desdramatizaba lo que había que desdramatizar. Ejercía de hermano mayor de casi todos. Y disfrutó de la vida como pocos. Su carcajada nos acompañará siempre.”
CÉSAR TOLDRÁ:
“Conocí a Reina en el programa de La Taula Esportiva de Ràdio 9 y coincidí con él en unos pocos viajes del Valencia por Europa. No mantuvimos una relación estrecha, ni asidua pero era un tipo que te atrapaba por su carácter y congeniamos pronto. Tenía un sentido del humor muy particular y que compartía con él. Cada vez que iba a Mestalla, nada más verlo, me sacaba una sonrisa porque de alguna forma intuía que iba a hacer algún comentario socarrón sobre alguna publicación mía de Facebook o de cualquier otra cosa. Otro nexo con él era Antonio Sanfeliu, con el que compartíamos una gran amistad y era un tema recurrente entre nosotros.
Recuerdo en una ocasión que tuve un problema con el portátil en Mestalla pocos minutos antes de empezar el partido, y él, que me vio pelear con mi ordenador, bajó de su cabina -sin yo haberle dicho nada- con un cable. «Quita», me dijo. Se sentó, se puso a manipular y a los 15 segundos giró la cabeza, sonrió y me dijo: «Ya está, burro». Me entró un ataque de risa. Se levantó sin decir más, me pegó un manotazo en la espalda y volvió a su cabina de radio, esa que cuando se pueda regresar a Mestalla hará que se me encoja el corazón cada vez que me gire hacia ella.”
CHEMA MANCHA:
“Si algo me enseñó Reina en esta profesión fue a ayudar. Muchas de las broncas matrimoniales que presencié en directo entre él y Rovira fueron porque José Manuel había elegido ayudar a alguien de otro medio antes de preparar lo suyo. Y así era él, con el corazón más grande que su chupa de cuero. Yo siempre podré decir que disfruté de Reina en los campos de media Europa, que se peleó por mí contra compañías telefónicas ucranianas y que me dejó cables el día que más lo necesité. La vida suena peor desde el sábado pasado.”
CHIMO MASMANO:
“Mucho se ha dicho sobre el bueno de Reina desde que conocimos la fatídica noticia el sábado. Mucha gente que ha coincidido en algo: lo buen tío que era y lo dispuesto que estaba siempre a ayudar. Y, tras conocerlo muchos años por esta bendita profesión que unía nuestros caminos, doy fe: todos y todas tienen razón. No será lo mismo ir a Mestalla o hacer un viaje con el Valencia y no verlo, con una sonrisa de buen rollo en la cara, en la sala de prensa del estadio, en el hotel del equipo o en un paseo. Y en Paterna a las 14:00 ya no le veré salir con la maleta hacia el coche tras el programa. De corazón: le echaré mucho de menos. Y una pregunta que le lanzo por si me puede leer: ¿con quién intercambiaré películas y series en los viajes? ¡Vaya vacío dejas, tío grande! Mira, hay una palabra que se utiliza muy poco (no sé si será por la escasez de ejemplos) pero contigo la podemos desempolvar: bonhomía. Si alguien se pregunta qué significa, podemos resumírselo en tres palabras: José Manuel Reina.
CONRADO VALLE:
“Reina fue el técnico de su inseparable Rovira y lo fue también de todos los compañeros de profesión. En su maleta siempre tenía un cable para dejarte, un cargador para salvarte o unas pilas cuando íbamos por los estadios aún con grabadoras. Era el ‘videoclub’ en los viajes, de jugadores y periodistas, y un magnífico guía por España y Europa.
Su voz, inconfundible, tan tierna como socarrona, la recordaré como la banda sonora de infinidad de crónicas de partidos del Valencia: «Nene, a ver cómo has titulado hoy… bueno, vale, los has hecho mejores, pero mañana me gastaré un eurito para leer lo demás, que de algo tendrás que vivir».”
CRISTINA LLORET:
“Para mí Reina era la alegría de la oficina. Solía venir los viernes y como le ayudaba con ciertas gestiones, a veces nos bajábamos a almorzar. Me encantaba que me contara las historias de su hijo. Eran tan divertido y bonachón. Único e irrepetible. Los últimos mensajes que nos enviamos me han emocionado mucho. Se alegró de verdad de mi nuevo rumbo profesional. Lo último que me escribió fue que cuando nos viéramos me abrazaría aunque no se pudiera mucho y que me quería. Fue nuestra despedida. Grande mi Reina. Inolvidable amigo. Últimamente se van los mejores y dejan un vacío imposible de llenar.”
DAMIÀ VIDAGANY:
“Reina era pasión por 3 cosas: por los buenos sentimientos, por la radio y por el Valencia. Había nacido para ser técnico del Valencia y ayudar a transportar la ilusión y el sentimiento de los goles a los valencianistas, el no tenía el don de narrar pero quería que se escuchara lo mejor posible la catarata de palabras que emocionaban a los oyentes. De su radio y de todas. Su vida era plena con una familia a la que adoraba y una profesión que, para él, era la mejor del mundo.”
DANI MEROÑO:
“¿Puedes echarme un cable, Reina?” Es la frase que más le repetía en Mestalla o en la radio. Y él, que era el mejor, no solo te lo solucionaba sino que también te enseñaba a hacerlo. Daba igual si eras un becario o tenías programa propio, siempre dejaba lo que estaba haciendo para arreglarte el marrón. Aunque para marrón el que tenemos ahora sin ti, no solo por lo que nos ayudabas, sino por lo que significaste como persona para todos los que te tuvimos cerca. Eras, eres y serás grande, no solo por tamaño, sino también por corazón. Porque no solo nos hiciste ser mejores en lo técnico, sino también a ser mejores en lo humano. Gracias infinitas.”
DARÍO MUELA:
“En cualquier profesión, es raro que el mejor sea el más humano, el más querido, el más verdadero. Él era todo eso y, además, el mejor en lo suyo. Nunca veía problemas, sino soluciones. Tantos años en esto no le habían restado ni un ápice de entusiasmo por su trabajo. Compartí con él un periodo corto en la radio (de la que sabía más que nadie) pero bastaban diez minutos para entender que estabas ante una persona extraordinaria. Su carisma era infinito y era imposible no quererle. Se nos ha marchado, sin duda, una de las grandes figuras de la radio valenciana.”
DAVID TORRES:
“José Manuel era como el padre manitas para una generación de periodistas que aún disfrutamos de la posibilidad de viajar con el Valencia CF por Europa. Todo lo que tenía de grandote lo tenía de gran compañero y persona. Siempre tenía el enchufe, el alargador, la solución a tus problemas profesionales y domésticos. Nunca hacía distinciones entre los nuevos y los veteranos. Reineta, que era como siempre le llamaba yo, estaba siempre dispuesto para acogerte en su manto técnico, en su cabina cuando las inclemencias del tiempo a los de la prensa nos condenaba a los pupitres a la intemperie.”
DIEGO PICÓ:
“Se me hace difícil hablar de alguien que ha muerto. Y peor, me da terror que alguien al leer lo que tengo que decir de Reina piense aquello de “buenas palabras para el que ya no está”. Pero si paro un segundo a pensar tengo que decir que me da igual. “Enciende la bombilla, nene” que me diría él en cualquier avión, en cualquier grada, en cualquier restaurante. Porque ese era nuestro campo de batalla. Seguro que todos hemos coincidido en las bondades del grandullón de Ràdio 9. Pero poco se ha dicho que era el mejor técnico de exteriores de Valencia. Tan fiable, tan exacto, tan pulcro (con esas manazas), tan rápido, tan resolutivo… Su apellido era el primer grito que se escuchaba cuando surgía un problema. Y daba igual el color del micro. “Reinaaaaa” retumbaba. Creo que muchos le dijimos que era un ángel en vida. Si te lo quedaste dentro te equivocaste. Las cosas buenas hay que decirlas en vida. A los muertos les suda la polla que hablemos bien de ellos. Yo se lo dije y cada día que pasa lo digo con más frecuencia. Y cada día que pasa llamo más a la gente que aprecio. Y cada día que pasa abrazo más (y eso que ahora es jodido abrazar).”
EDUARDO ESTEVE:
“Para mí Reina simbolizaba la bondad, la generosidad de un tipo al que vamos a echar mucho de menos. No recuerdo cuándo le conocí pero sería hace casi veinte años en alguno de los innumerables viajes que compartí con él. Su “atiéndeme, nene” resuena en mi cabeza desde el sábado. Cuántas veces nos ha ayudado en tantos campos. Después de Navidades nos encontramos cerca de mi casa y estuvimos un rato charlando de cómo habíamos estado en Milán en el famoso partido y no nos había pasado nada. Ahora no me puedo creer que se haya marchado. La gente buena debería vivir eternamente y Reina era uno de ellos. “Solo van al Cielo aquellos que hacen que la vida de los demás sea un pequeño cielo en la tierra”. Él lo hizo con muchos de nosotros así que ahora, estoy seguro, tiene un sitio privilegiado allá arriba.”
FERMÍN RODRÍGUEZ:
“Le conocía de oídas porque en aquella Ràdio 9 hermana todos hablaban de él. Pasaron los años y empecé a ir a su falla a la noche de las paellas. Afable, seriote y muy valencianista. Pero hace casi tres años empecé a viajar con la radio autonómica con el VCF y entendí su leyenda. Surgía un problema, aún no habías puesto cara de susto y ya estaba ahí él. Generoso, discreto, carismático… Espero que su hijo Alejandro se parezca a él. Tendrá mucho cariño a su alrededor.”
FERNANDO ÁLVAREZ:
“Fue el 9 de enero, en la víspera del partido Valladolid-Valencia. Me había conectado al zoom de la rueda de prensa de Javi Gracia y cuando accedimos, apareció Reina en pantalla quien, cómo no, estaba resolviendo alguna cuestión técnica de última hora. Hacía más de un año que no lo veía y lo saludamos -recuerdo que estaban conectados otros veteranos como Valldecabres (Provincias) y Villarejo (Cope)- con el recurrente «yeee Reinaaaa» al que nos respondió con su media sonrisa eterna y algún comentario oportuno sobre los efectos de las fiestas de Navidad recién terminadas.
Compartí con José Manuel muchos viajes con el Valencia. En comidas y cenas, su presencia en la mesa aliviaba la tensión derivada de la competencia entre periodistas porque no es que se llevara bien con todos -que también- sino que su virtud era que todos le querían. En la época en la que la mayor parte de las emisoras -menos Ràdio 9- viajaban sin técnico, Reina se convertía en el solucionador de problemas de cualquiera que levantara la mano y le faltara una clavija, un cable o, directamente no le hubieran puesto la línea a tiempo.
Pero cuando el sonido ya llegaba como un cañón y el balón echaba a rodar, Reina se colocaba los auriculares y sufría con el Valencia como un aficionado más. Daba igual que estuvieras en Stamford Bridge o en Balaídos. A una ocasión fallada por un delantero blanquinegro le seguía un golpe seco que hacía retumbar la tribuna abarrotada del estadio con más solera. Girabas la cabeza y veías a Reina lamentarse en ‘play-back’ para que no se colara el sonido en la retransmisión del narrador. Su imagen posando orgulloso con la Copa del Rey de 2019 resume muy bien lo que sentía. El golpe ahora nos lo hemos llevado nosotros. Y vamos a tardar mucho tiempo en recuperarnos.”
FERNANDO GÓMEZ COLOMER:
“No hay nada que pueda definir mejor a José Manuel Reina que llamarlo así, simplemente José Manuel, sin más, sin precederlo con un don o un señor. Una persona que rebosaba humildad, bondad y alegría. Siempre de buen humor, con carácter fuerte, eso sí, pero envuelto la mayoría veces de un tono irónico acogedor.
Un increíble ser humano. Cuántas veces juntos en las cabinas de Mestalla, comprobando el respeto y admiración que recibía de todos y cada uno de los que a su alrededor trabajaban, y la generosidad que él desprendía.
Una dolorosa e inesperada pérdida.
DEP José Manuel”
FRAN GUAITA:
“Llegué a Ràdio Nou con veinte años y fue el primero en acogerme y enseñarme todo lo que debía saber sobre el medio. No le importó que fuera el último en aparecer por allí. Congeniamos enseguida y pasábamos horas y horas hablando del Valencia, de fútbol internacional, de videojuegos, de películas -él siempre conseguía los últimos estrenos en DVD- y, sobre todo, de cuál debía ser mi papel en la emisora y en la redacción.
Teníamos un Lorno cerquita de los estudios y merendábamos juntos casi todas las tardes. Recuerdo que empecé a coleccionar las acreditaciones de todos los partidos o actos a los que acudía. Me tocaba cubrir encuentros del Ros Casares o el Balonmano Valencia, eventos de atletismo, de vela… Y un día le pedí que me trajera alguna acreditación de los partidos del Valencia que él supervisaba técnicamente. Desde aquel momento me las trajo todas durante meses. Tenía un corazón gigante y siempre me cuidó, dentro y fuera de la emisora. Vamos a echarle MUCHO en falta.”
GUSTAVO CLEMENTE:
“Hay que ser muy grande para regalar un par de sonrisas a un principiante en la zona de prensa de Mestalla. Era la forma que tenía Reina de transmitir alegría y seguridad a los demás. Siempre me impresionaron las referencias de compañeros a los que ayudaba desinteresadamente. Durante las últimas semanas, he asistido al inmenso dolor que generaba su situación en alguno de mis colegas de la tertulia de radio. Dice su mujer que cantaba muy bien el ‘Can’t help falling in love’ porque tenía más voz que Elvis. No tuve el placer de comprobarlo. Lo que puedo asegurar es que Reina fue una sombra blanca, brillante, detrás de cada periodista, como aquel Elvis vestido de blanco, cuando era el Rey del pop. Echando un cable en el sentido literal y no tan literal de la expresión a quien lo necesitara. Aquellas sonrisas que me regaló en mis inicios permanecerán siempre en mi memoria.”
HÉCTOR GÓMEZ:
“Sabía hacía semanas que Reina estaba muy fastidiado y de hecho me contó un buen amigo suyo que lo tenía muy complicado para salir adelante. Sinceramente no terminé de creérmelo porque este puto virus no te avisa pero te mata y está siendo así con muchísima gente noble y joven. Reina ha sido el técnico de todos, realmente él siempre tuvo el concepto de técnico de las radios valencianas y nos ayudó a todos sin excepción, dentro de un mundo de egos y envidias. Ahora con su marcha todavía valoro más que fuera como era, que no le importara dejarle un micrófono a una radio competidora o lo que hizo conmigo, dejarme una conexión de reserva que él tenía en el último viaje a Stamford Bridge. Reina sabía que yo no tenía como conectarme, cosas de las radios pequeñas, y prefirió arriesgarse a quedarse sin emitir él por línea para que yo sí pudiera hacer el partido. Él no lo sabe, pero me permitió soñar aquella noche y además levantar el ánimo de un tipo que atravesaba uno de sus peores momentos personales. Así son los ángeles, hacen favores sin saberlo. Que te vaya bonito, amigo. Faltan muchos como tú aquí abajo.”
HUGO BALLESTER:
“Se ha marchado un tipo maravilloso. De esas personas que siempre conviene tener cerca. A nivel profesional, para preocuparse por ti, anticipándose a tu problema. Él iba un paso por delante: una tarjeta de teléfono en el extranjero, una conexión en un estadio, el sonido de la sala de prensa. Me gustaba ubicarle al llegar, pasar por su lado y pellizcarle la oreja. Y a él le gustaba hacerte saber que estaba ahí. Paseaba por los pupitres en la previa, asomaba por la cabina con disimulo. Con su presencia te estaba diciendo: “Dime qué necesitas, no te preocupes, yo te ayudo”. La excusa era un saludo; el vacile, su manera de poner su cargo a tu disposición. Era de ‘sí’ fácil. Tan solo quería que, a cambio, te rieras un rato con él. Y para eso también era un genio. He callejeado con él por Europa, buscando un regalo para el ‘chiquillo’, su querido Alejandro. Y tengo grabado en la mente su manera de expresarse: “Atiéndeme, nene”, “escúchame una cosa”, “qué te apuestas”. Siempre quería tener razón. Socarrón, bondadoso y con un corazón que no le cabía en el pecho. Valencianista, amigo y fallero. Me mandó un mensaje en abril, preocupándose por los míos en plena pandemia. Así era él. Asomando, con disimulo, para recordarte que ahí estaba Reina, al servicio de su gente. Siempre estaré en deuda con él. Le voy a echar de menos. Seguro que el cielo, ya suena mucho mejor…”
INMA LIDÓN:
“Reina pertenecía a una forma de vivir el periodismo deportivo que casi está en extinción. Ese que compartía viajes con los equipos, que trazaba lazos con compañeros en comidas y cenas, que te ayudaba a sortear un problema ya fueses un veterano o un recién llegado. Reina abría los brazos y había espacio para todos. Encarnó el papel de servicio público que representaba Ràdio 9, prestando asistencia a todo aquel que lo necesitara, profesional y personal. De él me quedo con su voz, grave y socarrona, resonando en el recuerdo. De sus sonrisas, de sus peleas con Rovi en la cabina de VCF Radio en Mestalla, que te sobresaltaban en medio del cierre de la crónica, de lo que ‘sufríamos’ tragándonos el humo de los cigarritos de Ricardo Arias en los partidos. Allí colgó una pequeña placa con la imagen corporativa de aquella Ràdio 9 en la que fue tan feliz. Pero hay dos imágenes que me pesan en el recuerdo: sus lágrimas cuando el Valencia ganó la segunda Liga en Sevilla, en 2002, y su cara de emoción el día que esperaba a Estrella a los pies del altar. Aquel enorme Reina se empequeñecía ante ella y, después, ante Alejandro.”
IVÁN HERRÁIZ:
“Siempre he mirado a Reina con ojos de admiración. A mis 23 años he tenido la inmensa suerte de aprender de uno de los mejores técnicos de la radio española. Reina era la radio. Te sentabas a almorzar con él y hacías diariamente un repaso a la época gloriosa del mejor Valencia de la historia. Esa que un servidor siguió como fiel oyente a través de la emisora que él mismo se encargaba de hacer sonar. Por edad, Reina siempre decía que podía ser mi padre. Y así era. Al menos en la radio ejercía como tal. Rovira y Reina. Trabajar con ellos me hacía acordarme de mi infancia. La radio que con siete años me atrapó y no me ha vuelto a soltar. El día antes de que tuviera que confinarse por contacto con un positivo, yo almorcé a solas con él. Tenía miedo al virus. Como tenía miedo a fallarte, a no ser profesional. No le gustaba que le dijeras que era el mejor. El miedo lo tenemos nosotros ahora, el miedo a no saber vivir sin ti.”
JAVI LÁZARO:
“Reina era un técnico que estaba a la última pero que no le gustaban los cambios. Nadie podrá negar que era y será el ángel de la guarda de la FM del fútbol en la ciudad de Valencia. No hay justicia cuando alguien tan bueno se marcha. El día que volvamos a salir por los estadios del mundo será otra vez 13 de marzo… y a ninguno nos gustarán los cambios.”
JAVI MATA:
“La vida del periodista deportivo se reparte entre: la radio, los bares, las ciudades deportivas, los viajes y los campos. En todos ellos, en los que pasas tantas horas, conoces a esa gente que te acompañará de por vida sin ser familia. Reina era ese primo grandote del pueblo que lo arreglaba todo con una sonrisa y alguna que otra colleja.”
JORDI GOSÁLVEZ:
“El haber viajado junto al Valencia durante 6 años me concedió la oportunidad de conocer a Reina. Una persona con la que conecté enseguida, bruto, extrovertido, irónico a más no poder pero lleno de bondad. Recuerdo los traslados en autobús a los estadios, como si fuera una concentración antes de la batalla y siempre, él como miembro del Equipo A (mis queridos Rovira, Cotino y María Eugenia lo completaban) y servidor tomábamos la voz cantante en ese autobús a base de pullas, risas, imitaciones del resto de compañeros, a grito pelao como un acto de distensión antes del trabajo. Reina era esa persona que aún siendo de ese Equipo A era el pegamento con el resto. Siempre con un “sí” siempre con un “recado” pero siempre con una sonrisa picarona, siempre cargado de cables, siempre dispuesto a echar una mano. Profesional como pocos, humano como aún menos. Él hacía posible romper el silencio en la radio, hoy la radio guarda silencio por su ausencia eterna.”
JOSÉ MANUEL SEGARRA:
“Para mí Reina era el técnico de todos. Viajaba para su medio, pero nos ayudaba a los demás que solíamos ir dejados de la mano de Dios. Dispuesto a echarte un cable (nunca mejor dicho) en cualquier momento. Recuerdo que me salvó en un partido del Valencia CF en Salzburgo, donde dejó todo lo suyo para arreglarme lo mío. Era (¡cómo cuesta hablar en pasado!) un muy buen tipo. Nadie podrá usar un calificativo negativo para hablar de él. Sonrisa socarrona permanente, su “nene” en la boca y el valencianismo por bandera. ¡Cuánto le vamos a echar de menos!”
JOSEVI SÁNCHEZ:
“Conocí a Reina en 2018, coincidiendo con el nacimiento de À Punt y mi incorporación a la cobertura de los partidos del Valencia. Lejos de tratarme como a un novato, me hizo sentir desde el principio como un compañero de toda la vida. Siempre alegre, siempre amable y, literalmente, siempre dispuesto a echar un cable.
Nunca olvidaré las semifinales de la Europa League de 2019, y no precisamente por la defensa de 6 de Marcelino… Londres, Emirates Stadium. A 30 minutos del inicio del Arsenal-Valencia nuestra mesa de sonido colapsó y dejó de emitir. “Tranquilo, nene, que esto te lo soluciono yo”. Y al instante apareció Reina, como un ángel de la guarda, con su mesa auxiliar para prestárnosla y que pudiéramos transmitir el encuentro. “Nene, lo que necesites, pídeselo a Reina”. Así era y así lo recordaré.”
JUAN CARLOS VALLDECABRES:
Grandullón, socarrón hasta la médula, generoso en las tertulias y ocurrente. Compartimos muchísimos partidos con el Valencia CF y eso significa horas de avión, autobús, experiencias en los estadios, hoteles y jugosas sobremesas en las que el fútbol pasaba a un segundo plano y era el momento de contar cosas tan sencillas como qué ocurrencias diarias tenía su pequeño. Es la otra cara de la profesión. El fútbol de hoy en día se ha estigmatizado tanto que ha perdido la esencia de aquellos que, como Reina (siempre le llamé por el apellido pese a la extrema confianza), rompían los estrictos moldes que desafortunadamente nos persiguen a todos. El fútbol es sólo fútbol. No perdamos la perspectiva. Él siempre lo tuvo claro.
JUANJO MONTANER:
“Debí conocer a Reina en el 2000, en mi primer viaje para narrar al Valencia CF en Leeds. Yo era de una radio pequeña y allí las cosas se estropeaban con más facilidad. ¿Un día en concreto? No sabría cuál elegir. Reina y su “samaritana” me salvaron cientos de retransmisiones. Tenerlo cerca en un estadio era llevar un ángel de la guarda a tu lado. Reina era el técnico de todos y sus “atiéndeme, nene”, la mayor tranquilidad posible cuando te explotaba la cabeza pensando que ese día te quedabas sin narrar, porque alguna solución te daría. El José Manuel persona era todo corazón. Era ayudar sin esperar nada a cambio. Era una persona maravillosa que hacía el mundo mejor.”
JULIO TÁRREGA:
‘Nuestro nexo’
“En un mundo de trincheras, a veces demasiado crispado, José Manuel Reina ejerció siempre como el entrañable nexo de unión del periodismo valenciano. Nunca entendió de bandos, sólo de bandas de frecuencia. Y jamás escatimó su ayuda o sus conocimientos a todo aquel que lo necesitara. Con esa distancia y socarronería que da la experiencia y el control de tu oficio. Tuve la suerte de compartir aventuras con Reina en medio mundo, primero en la Radio Televisión Pública valenciana y luego en el Valencia CF. Más allá de ser uno de los mejores técnicos de España, es la persona que quieres a tu lado cuando todo arde alrededor. Sigo sin hacerme a la idea de que no está. Gracias infinitas.”
KIKE MATEU:
“No encuentro mejor manera que hablar de Jose que con aquello que escribí en mi primer libro y que mantendrá eternamente su memoria negro sobre blanco. Aunque yo nunca le olvidaré.
«Como necesitaba un chute de alegría, empecé por José Manuel Reina. Técnico de sonido media vida de la radio autonómica valenciana, ahora llevaba los trastos en la radio oficial del Valencia C.F. Él siempre en la élite; al fin y al cabo, es el mejor en su trabajo. Y encima es un tipo gigante. Te sale más a cuenta robar un banco que invitarle a comer, pero, por lo demás, es una persona excepcional. Lleva casi treinta años siendo el salvador del culo de todos los demás. ¿Que te falta un cable? Reina. ¿Que te falla el equipo? Reina. ¿Que te tuerces un pie? Te lo cura también. Lo que haga falta. Pero su humanidad se esconde tras un socarrón implacable, con una peligrosísima ironía que vive en cada frase que suelta. A mí me apasiona su carácter, porque soy un poco como él. Pero este entrañable canalla juega la Champions y yo soy un juvenil.»
LOURDES MARTÍ:
“¿Pero tampoco jamón?” “No” Y así, una vez tras otra preguntabas tipos de carne, o comida, o como quieras llamarle, que si no lo comía, que por qué no, que a santo de qué no comía animales. Y te explicaba, y vuelta a empezar. Era un bucle sin fin. ES, porque cuando vaya a Paterna, o a la sala de prensa de Mestalla, volveremos a tener la misma conversación y me dirás de nuevo que no sé lo que me pierdo. Y vuelta a empezar.
Ah, se me olvidaba: Cuando quieras, te dejo las llaves de mi coche y lo pruebas.”
LUIS FURIÓ:
“Conocí a José Manuel hace bastantes años, y no voy a decir cuántos porque a ciertas edades dar fechas suena a impertinencia. Pero desde aquel momento tuvimos muy buena sintonía. Coincidimos en Ràdio Nou, en las añoradas tertulias de la Taula Esportiva, y luego en numerosos desplazamientos para informar de lo que hacía su Valencia. Sin ser íntimos, me consideré y él me consideró un amigo más que un compañero. Y eso es una satisfacción.
Compartimos viajes, mesa y mantel, tertulias pre y post partido, risas, algún que otro cubata, e incluso un verano coincidimos de vacaciones en El Perellonet, en el mismo bloque de apartamentos.
Sólo quiero añadir lo que le hubiera dicho antes de su viaje: “Jose, mientras perdura el recuerdo uno no se va del todo. Y tu recuerdo está ahí. Un abrazote, allá donde estés.”
Luisfu”
MANOLO MONTALT:
“Resumir lo que era Reina es imposible, vamos a partir de esa base. Yo lo tuve quince años de compañero en Ràdio Nou y era una garantía de pasártelo bien y de que todo funcionara bien, eso la primera. Y la segunda, casi lo disfruté tanto o más fuera de Ràdio Nou que en Ràdio Nou porque Jose, en cuanto se giraba para atrás en la tribuna, sobre todo en los partidos europeos en lo que él viajaba, y veía que ponías malas caras, no hacía falta ni que le llamaras, subía él y te preguntaba.
¿Anécdota? Por ejemplo: el sitio donde os pusieron a vosotros en las semifinales de Europa League contra el Arsenal era el que en un principio iba destinado a las radios. Como Jose siempre subía en la rueda de prensa previa, en las 24 horas antes, y miraba dónde estábamos todos, se dio cuenta de que ahí no podíamos trabajar y al final acabó hablando con la gente del Arsenal para que nos trasladaran a los pupitres que estaban detrás, en los que además había conexión de luz y de internet para los que retransmitimos por 4G, y consiguió que cambiaran el sitio de todas las radios. Que esa retransmisión saliera bien se la debemos todas las radios a Jose, sobre todo las que tenemos menos medios. Pero es sólo una más de las miles que hacía en cada viaje.”
NACHO COTINO:
“Jose tenía el don de convertir el entorno laboral en un cálido ambiente familiar. Un hermano mayor que arreglaba con su inolvidable abrazo de oso cualquier fricción que pudiera surgir en el quehacer diario… más allá de su eficacia profesional para solventar cualquier problema técnico que se podía presentar en un estadio -eficacia que brindaba a cualquier otro compañero si lo necesitaba-, llevaba muchos años de radio a su espalda como para entender y hacernos entender que, ante cualquier contingencia que podía comprometer el ‘sagrado directo’, entre la calma y el impulso… era mejor elegir la calma y la sonrisa. Listo como el hambre y observador paciente, estaba dotado de una sabiduría de andar por casa que regalaba con infinita generosidad a quien se le acercase para hacerle la vida más fácil. Jose fue, por encima de todo… un hombre bueno.”
NACHO SAPENA:
“Siempre con una sonrisa, siempre dispuesto a trabajar, siempre dando cobertura a los compañeros con un «nene, lo que necesites» a la oreja tras el abrazo inicial cuando nos veíamos. Reina, Reineta, grandullón, todos somos irreemplazables al partir, pero tú eras necesario e indiscutible. Cómo te echamos de menos. Todos.”
PACO GARCÍA POLIT:
“Sobre Reina la experiencia que tengo es la misma que tiene prácticamente la que tiene todo el mundo en los partidos, retransmisiones. Siempre que faltaba algún cable, siempre que había algún problema, un micro que no funcionaba, una clavija estropeada, siempre que había cualquier tipo de lío, Reina era el salvavidas. Yo recuerdo cuando empezaba a hacer inalámbricos, año 2007-2008, encontrártelo en el campo más lejano de Valencia, Pamplona, Bilbao, Coruña, cualquier sitio, y era el ángel de la guarda, y no sólo de Ràdio Nou, sino prácticamente de todos. Y siempre su trato fue excelente. Cuando pasaron los años y empecé a ir a ‘La taula’ pues igual, me lo encontraba y “com estàs, xiquet?” Pura bondad, un crack.”
PACO LLORET:
‘Un corazón muy grande’
“La humanidad por encima de todo. La complicidad de su mirada, la sinceridad de un gesto que le delataba. Con esas credenciales, José Manuel Reina se presentaba y, por supuesto, te ganaba. No necesitaba más. Él era así, sin trampa ni cartón, alejado de poses y de chismorreos. Auténtico. En mi etapa de dos años en Ràdio Nou lo pude conocer y compartir una experiencia memorable: la conquista de la Copa del Rey en 2008. El Valencia, su equipo del alma, se proclamó campeón a orillas del Manzanares. Más de seis horas inolvidables de radio en directo. Pasó el tiempo, José Manuel no cambió, acreditó sus virtudes, su preocupación por los demás y su apoyo en los malos momentos desde la distancia. Se nos queda un vacío inmenso.”
PACO NADAL:
“Durante mis años de profesión, que son unos cuantos, he tenido la ocasión de trabajar con muchos compañeros, con todos he tenido muy buena relación pero si tengo que decidirme por uno está claro que ese es José Manuel Reina. ¿Por qué? Por una sencilla razón. A diferencia de otros, entre los que me puedo incluir, jamás le vi enfadado con nada y con nadie. Siempre destacaba por encima de todo el compañerismo. Para él muy importante. Daba lo mismo si era de su emisora o de otra. Si se presentaba cualquier problema, si Reina estaba cerca, lo resolvía rápidamente. Un gran profesional, un gran compañero y lo mejor, una gran persona.”
PEDRO MORATA:
“Para mí Reina era más persona que técnico. Esa cara amable, siempre dispuesto a ayudarte. Discreto, humilde y trabajador incansable. Sabía estar en su sitio y se ponía en el sitio de quien tenía un problema. Buena gente en el más amplio sentido de la palabra. Me hubiese gustado trabajar con él.”
PILAR NADAL:
“Yo conocí a Reina hace muchos años, todavía ni era periodista ni trabajaba con él, el que lo hacía era mi padre y por eso tuve la enorme suerte de conocerle. Nos veíamos en Ràdio 9 cuando acompañaba a mi padre al trabajo y en Mestalla, donde yo acudía como socia del Valencia CF y él iba a trabajar a la cabina de Ràdio 9 con Rovi, Folgado y compañía. Unos años después, nos convertimos en compañeros. Durante los años que trabajamos juntos siempre me cuidó mucho, era su Nadaleta o Pilarín. Además, trabajar con él era un seguro de vida, sabías que todo iba a salir bien. En mis primeros directos con él me animaba y me daba mucha confianza. Vivimos campañas electorales, eventos sociales y deportivos. Reina era el mejor en todo, profesional y personalmente. Se hacía querer y estar con él y trabajar a su lado era una pasada. Siempre con una sonrisa y con mucha guasa. Él y yo siempre sufríamos con el Valencia CF y hablábamos mucho de Alejandro, su hijo, yo soy muy chiquera y él compartía conmigo los momentos más bonitos de la crianza de su pequeño. Nunca pensé que ocurriría esto pero la vida, una vez más, nos ha demostrado su parte más cruel. José Manuel Reina permanecerá siempre en mi memoria y en mi corazón. ¡Amunt Reina!”
RAFA VILLAREJO:
“Detrás de su aspecto grandullón y rudo habitaba un tipo excepcional, afable, cercano. Detrás de su conversación brusca, socarrona, se extendían palabras de cariño. En realidad, cuando te soltaba el «¿qué pasa, nene?», con ese tono bronco, te estaba queriendo decir, «¿necesitas algo?». Porque su vocación era de ayuda. He leído estos días a muchos compañeros que hablaban de su instinto natural de unión. Es cierto, Reina no quería enfrentamientos entre compañeros de profesión, mediaba, abogaba por ello.
Anécdotas mil, de mil viajes juntos. Me quedo con dos. La que me enternece y me abruma es pensar lo claro que era su primer objetivo en cada viaje: encontrar un Click de Famobil para la colección interminable de su hijo Alejandro. Ya fuera en Krasnodar o en Graz. Por remoto que fuera el lugar, ese era su objetivo a perseguir.
La otra fue el fatídico 11M en Madrid. Nos pilló en Ankara, ante el impronunciable Gençlerbirligi. Allí los medios turcos buscaron reacciones al atentado en el hotel del Valencia CF. Me guardo la foto que le hice rodeado de los medios turcos. Entrevistaron a Reina en el centro de un opulento hall cinco estrellas donde se alojaba el equipo. Reina era un tío cinco estrellas.
El 25 de enero me escribió un whassapp desde el hospital para decirme que le habían ingresado la noche anterior y que no le pidiera el audio de la rueda de prensa de Gracia porque intuía que iba para largo. ¡Desde la UCI estaba pensando en ayudarme!
Deja huella. Hasta siempre, AMIGO.”
RICARDO ARIAS:
“Hablar de Reina… Era un tío con una grandeza increíble. Había que conocerlo porque detrás de ese aspecto aparentemente áspero y serio y gruñón era un tipo que transmitía una humanidad y una claridad en todo lo que hacía diariamente que te tenía que contagiar. Él tenía cuatro grandes pasiones en esta vida, que eran su mujer, su hijo, el trabajo (su trabajo, que estaba muy por encima de muchas cosas y de casi todas las personas) y el Valencia. Esas cuatro pasiones eran fundamentales en su vida, no sabía vivir sin ellas. Cuando estaba en la radio hablaba de su mujer y su hijo y cuando estaba con ellos no dejaba de pensar ni en la radio ni en el Valencia. Le tenías que querer porque era todo humanidad. El abrazo en el que nos fundimos cuando marcamos los dos goles en la final de Sevilla, porque estábamos Rovira, él y yo, los tres juntos, no lo olvidaré nunca. El ver esos ojos vidriosos, llorando, sin apenas decir nada, me dijeron qué tipo de persona era Jose y cómo quería al Valencia. Con esa imagen me quedaré siempre y con ese abrazo que me dio, que casi me estrujó.
Nos ha dejado un vacío que va a ser muy difícil de llenar. Ahora lo que tenemos que hacer es cuidar mucho de su familia, porque no merece caer en el olvido y merece todo lo que le ha dado él al Valencia y a todo el pueblo de Valencia y a toda su profesión. Tenemos que devolvérselo de la mejor manera, que es cuidar de sus dos grandes pasiones, de su mujer y su hijo.”
SALVA CAMPOS:
¡Muchas noches Queen! Ese era siempre el saludo, aunque fuesen las cuatro de la tarde y estuvieses montando líneas en la cabina contigua a la nuestra. Y por supuesto, tus ojos se medio cerraban, al mismo tiempo que se dibujaba en tu cara esa enorme sonrisa, repleta de afecto.
La misma que cuando montábamos algún «bolo» para que «La Taula Esportiva» de Ràdio Nou saliese de los estudios, buscaba tras alguna imitación ante el público. Ese gesto en ti, indicaba, que con la «parida de turno» había logrado mi propósito.
Una vez finalizado el tiempo de «L’altra taula» lo corroborabas: ¡Perdona que te diga pero estás tronao!
No me canso de repetir, qué pocas personas lograrán unirnos a todos como tú lo hiciste. Eras el nexo de unión de la profesión y el mejor homenaje será que sigamos tu ejemplo.
¡Hasta siempre Queen!”
SALVA FOLGADO:
“Reina era uno de mis mejores amigos. Era familia. No sé qué decir porque no quiero fallarle en estas líneas. Su marcha me deja un vacío tremendo. Tenía un gran sentido del humor y una lógica especial que aplicaba a cualquier conversación. Siempre te hacía reír y pensar, porque sus razonamientos te caían encima, de repente, como un mazo. Mi mente rebobina y me trae recuerdos con Reina de mil momentos felices o amargos, y sonrío como lo solía hacer él. Luego me invade la amargura porque ya no lo volveré a ver y, entonces, hago fuerza para no olvidarlo jamás. El mundo suena peor desde que se fue; el cielo, en cambio suena mejor. Yo estoy más vacío pero sus recuerdos empiezan a llenarme. No lo olvidaré. Lo quería mucho.”
VICENT CHILET:
“La primera sensación que me viene a la cabeza al recordar a José Manuel Reina es la cordialidad de una persona noble y leal, capaz de integrarte sin distinciones como uno más, con su don de gentes, en la experiencia de los viajes con el Valencia CF, que suele ser traumática para iniciados. Y lograba hacer de esa experiencia una rutina familiar y acogedora. Ya fuera en los aeropuertos, en el microbús de camino o regreso de los estadios o para echar una mano en las urgencias técnicas de trabajo de otros compañeros. Me asalta una sonrisa al recordar la sobremesa de las cenas, en las que desplegaba su asombrosa capacidad para contar anécdotas de viajes, para bromear con su hermano Rovi o detallarte con todo lujo de detalles las apuestas de córners a favor en ligas raras. Este oficio y este deporte, que no suele ser muy agradecido y en el que entregamos libremente tantas horas y tantas renuncias, necesita de gente como José, un especialista en afectos. No hay ni una sola foto en la que no salga sonriendo. No se me ocurre un mejor legado posible.”
VICENT MARCO:
“Es difícil imaginar no compartir nunca más mesa con Reina, tanto una de sonido, como la de un bar delante de un buen bocadillo “de lo que tú quieras”, porque se fiaba del criterio de los camareros a ciegas. Entre los técnicos de radio antiguos, aquellos que arreglaban cables y se manejaban en un mundo analógico, seguramente existía un código de caballerosidad, de ayudarse los unos a los otros cuando fallaba algún cable. Pocos respetan ya los códigos, y él era un caballero en el trabajo. Reina no veía rivales, como sí los ven muchas veces los que ponen voz a las noticias, él sólo veía compañeros. Para todos tenía una sonrisa, a todos era capaz de darles solución y por eso tenía el respeto y cariño de tantísima gente dispar. Yo, que pude compartir con él 8 años de radio pública, y 3 en la radio del Valencia CF, estoy roto de pensar que sus eternas cuentas para jubilarse y disfrutar de su hijo, su mujer, su falla, torraes en la playa y su Valencia desde la barrera, no llegarán. Vivió mucho, hizo que este mundo sonara mejor, y ayudó a mucha gente porque su corazón era enorme, y latía en frecuencia modulada por la generosidad.”
VICENTE ORDAZ:
“Reina era grande, en todos los sentidos. Buen tipo, buena gente, pero sobre todo generoso. Compartí con él más de un centenar de viajes, algunos a estadios vetustos, Chernomorets, Bucarest, Moscú, principios del 2000, en algunos casos con líneas microfónicas, otros tiempos, el Valencia de los títulos, de las Champions, de Reina. Cuidó de todos, siempre llevaba dos maletas, la de Ràdio 9 y una segunda por si nos pasaba algo a cualquier compañero de otra radio, de verdad, era así. Sabías que tu línea no fallaría, porque Reina estaba ahí. Eso era dentro del estadio, a la hora del partido, del trabajo. Fuera del estadio aún era mejor. Divertido, entrañable, bueno, amigo de todos, enemigo de nadie. 15 años viajé con él, nunca tuvo una mala cara. Siempre se hizo querer. Reina era así, el único tipo en el avión del Valencia que caía bien a todo el mundo. El cielo suena mejor desde el sábado, y seguro que ahí arriba, ya es el tío más querido. Reina, es así…”
VICENT SEMPERE:
“Reina para mí es un almuerzo en el Bar Alhambra. Hemos compartido muchas horas frente a un pincho de tortilla con la compañía de Luis Urrutia. Reina para mí era el organizador de cenas en los viajes del Valencia CF, el repartidor de CD’s y DVD’s en los aeropuertos. Varias temporadas viajando por Europa, muchas veces compartiendo fila en el avión, con el aroma de su cazadora negra de piel y su sonrisa socarrona. Le voy a echar mucho de menos. DEP, amigo.”
VÍCTOR BAREA:
“Solo en una ocasión se retrasó en su trabajo en más de 20 años al pie del cañón, tengo el dudoso honor de haber sido el causante de tal acontecimiento. Una larga noche de celebración en Valladolid tras la clasificación para Champions del Valencia tuvo la culpa, afortunadamente solventamos la situación con un cambio de billete de tren para que quedara en una simple anécdota de las muchas que nos han acompañado durante los últimos tres años. Echaré de menos tus whatsapps a primera hora para concretar el lugar de nuestro desayuno o tus gritos por línea interna en los que nunca faltaba un “nene”. Gracias a la vida por ponerte en mi camino y por tratarme como a un hermano pequeño. El cielo ahora suena mejor, desde allí protege a sus dos grandes debilidades: Estrella y Alejandro. Me debes un almuerzo, “grandullón”.”
VÍCTOR LLUCH:
““Atiéndeme, nene”. Con estas dos palabras comenzaba casi todas sus conversaciones. Como un sello de su gran calidad. Hablar de Reina es hablar de un salvavidas, de un paracaídas, de una red de seguridad que sabías que estaba ahí por si tenías algún problema. Siempre tenía una solución. Siempre tenía un cable, un micro o un enchufe de más. O dos. O diez. Los que hiciesen falta. Porque con él nadie se quedaba tirado. Era el técnico de todos. Era nuestro ángel de la guarda en todos los partidos del Valencia fuera de casa. Si Reina estaba en el estadio sabías que nada podía salir mal. Ibas apurado hacía su zona y con su sonrisa socarrona ya sabía que algo te iba mal y que lo iba a solucionar. Un gran tipo. De los que sonreía y sonreías cada vez que te lo cruzabas. Le vamos a echar mucho de menos.”
YOLANDA DAMIÀ
“Transmitía felicidad, inundaba cualquier espacio, era imposible no sonreír con su presencia porque su humor era permanente, incluso en los momentos críticos. Su bondad y generosidad lo convertía en especial porque su corazón era más grande incluso que su altura. Amaba su profesión y amaba a sus amigos porque para él la amistad era amor, como el que profesaba a Estrella y a su pequeño Álex.
Reina no dejará nunca de ser radio, ser amigo, ser compañero, ser entrañable, porque, a pesar de su ausencia física, son tantos los recuerdos de anécdotas compartidas con tantos y tantos compañeros que jamás quedará en el olvido su voz, su humor y su existencia para los privilegiados que hemos compartido vivencias con quien SIEMPRE será nuestro REINETA.”
No te lo pierdas
-
FC Barcelona
22 Nov 2024200 veces Alexia
El Barça visitó al St Pölten en su último compromiso europeo. Las de Pere...
Por Redacción -
Fútbol Internacional
20 Nov 2024Argentina reafirmó su liderato
Tras su último pinchazo ante Paraguay, Argentina se impuso por la mínima ante Perú...
Por Redacción -
Tenis
20 Nov 2024Gracias, Rafa
Todos rehusaban ese adiós, pero el paso del tiempo es algo inevitable y con...
Por Redacción -
Selección
19 Nov 2024El cierre perfecto
España ha concluido su andadura de 2024 con una nueva victoria en la última...
Por Redacción