El Newcastle fue uno de los claros protagonistas durante el pasado curso del fútbol inglés. O francés, según se mire. El conjunto de St. James Park destacó y sumó numerosos flashes por tener en su vestuario un gran número de futbolistas franceses, creando casi de forma casual una colonia laboral de origen galo en Newcastle upon Tyne.
Sin embargo, en la actualidad, nada parece similar, ni siquiera tiene algún rasgo que se asemeje. La dinámica de las Urracas es negativa, a la par que preocupante. Tras seis jornadas disputadas de la presente edición de la Premier League, el Newcastle suma la pobre cifra de tres puntos en su casillero, y ninguno de ellos fruto de una victoria. De los dieciocho puntos disputados hasta el momento, sólo tres llegaron tras empatar. Es decir, no conocen la victoria en seis partidos jugados.
La preocupación va en aumento. Las sensaciones no pueden ser buenas. La afición muestra día sí y día también su malestar contra el entrenador inglés, dejando clara su postura y pidiendo su marcha del club en cada encuentro. Los planos técnico-grada-palco se suceden durante las realizaciones televisivas del torneo.
El Newcastle visitaba el Britannia Stadium en una salida complicada, con el futuro del entrenador de nuevo sobre la mesa, y a posteriori supuso un nuevo tropiezo que, ahora sí, puede ser definitivo. Pardew ni se inmutaba en la banda ante los cánticos y pancartas que intentaban presionarle. Él, a lo suyo. Y al final del partido (en uno de los estadios que tienen la grada visitante al lado del túnel de vestuarios) el entrenador saludó de forma directa, mirando sin disimulo a sus todavía seguidores, casi retando, de forma clara.
Pero todo tiene un punto de inflexión. Un punto a partir del cual todo adquiere otro estilo, otra dinámica, y eso pudo establecerse en la salida de Yohan Cabaye en el pasado mercado de invierno, con destino París. Su salida fue primordial para entender la situación actual, o al menos es uno de los argumentos que más peso cogen.
Las cifras son claras. De los últimos dieciséis partidos de Premier League sólo han ganado dos, de los cuáles once han sido derrotas. Es decir, de los últimos dieciséis encuentros ligueros (teniendo en cuenta también la pasada temporada) no han ganado catorce. Cifras rotundas, preocupantes y que, en su conjunto, otorgan de lógica la posición en la tabla clasificatoria del equipo inglés.
Uno de los principales dilemas que se presentan a corto plazo para el dueño Mike Ashley es el contrato de Alan Pardew, ya que renovó su vínculo contractual con el Newcastle hasta el año 2020, por 8 temporadas. Es decir, decidir su salida puede tener un coste importante para el club y es, sin duda, la gran causa por la cual persiste en su puesto de trabajo.
La situación comienza a ser seria, preocupante. La afición no está contenta, sus protestas cada vez van a más, y el rendimiento deportivo no despega esta temporada. Parece, se espera, que el futuro de Pardew en el banquillo del Newcastle tenga las horas contadas.
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