El culebrón de 2017 ha llegado a su final. Los cuatro equipos implicados –McLaren, Honda, Renault y Toro Rosso– han llegado a un acuerdo múltiple para hacer un cambio en el suministro de motores. El resultado final es McLaren con motor Renault hasta 2020, Toro Rosso con Honda como base de prueba para Red Bull y Carlos Sainz a Renault en 2018.
McLaren Honda, que se planteó como el resurgimiento de la época dorada de la alianza anglo-nipona a finales de los ochenta, ha resultado ser uno de los mayores fracasos de la historia de la Fórmula 1. Tras tres años de pésimos resultados, han tenido que poner fin a su relación. La no mejora en los resultados y el hundimiento de McLaren en la parrilla han propiciado que montar motores Honda se convierta en una pesadilla para los británicos. Despertar de este mal sueño les va a salir caro a los de Woking, ya que tenían motores gratis y un plus de 100 millones que se esfuman. Pero viendo que no había mejora, han decidido cortar una relación que empezaba a ser tóxica.
Romper está unión no ha sido fácil, y ha supuesto una reacción en cadena en el mundo de la Fórmula 1. Ante la negativa de Mercedes y Ferrari de suministrarle sus motores, en McLaren se encontraron con que su única vía negociable de cambio era Renault. Digo negociable porque si Honda abandonaba la Fórmula 1, y al suministrar las otras tres marcas a tres equipos cada una, si no se llegaba a un acuerdo el motor de McLaren en 2018 se habría decidido por sorteo. Como los planes de Honda son de seguir en la categoría, los de Woking han tenido que negociar para encontrar un nuevo motor.
Los franceses accedieron a motorizarlos, pero no a cualquier precio. No querían suministrar a ocho monoplazas de la parrilla, por lo que uno de los tres equipos que actualmente lleva motor Renault tenía que renunciar a él. Obviamente, los franceses iban a seguir montando su unidad de potencia en su monoplaza, por lo que Red Bull o Toro Rosso debían cambiar de motor. Aquí es donde los austriacos vieron una gran oportunidad.
La marca de bebidas energéticas tiene la ventaja de tener un equipo filial en la categoría, hecho que les viene genial para desarrollar a sus jóvenes promesas. Pero han visto una nueva oportunidad de avance en Toro Rosso. Su filial no tiene las prisas de McLaren por ganar, por lo que pueden ir evolucionando de una manera más tranquila el motor, para dar el salto en 2019 al primer equipo. El contrato de los austriacos con Renault termina en 2018, y los franceses no quieren ampliarlo, por lo que lo más seguro es que lleven Honda en su monoplaza dentro de dos temporadas. Toro Rosso va a servir de base de pruebas, mientras siguen adquiriendo datos de Renault. Para 2019, esperan que los japoneses sean competitivos.
Renault, sabedor de que en Red Bull salen ganando en esta operación, les pide una indemnización por romper su contrato de suministro. Honda les proporcionará motores gratuitamente, al igual que hacían con McLaren. Los franceses quieren un pago por la ruptura de este contrato, pero prefieren un piloto en lugar de billetes: Carlos Sainz. Los austriacos no quieren desprenderse de uno de los mejores talentos de su cantera, por lo que se lo cederán un año a Renault.
Y tras toda esta encrucijada, tenemos a McLaren con motores Renault. Son muchos los flecos que ha habido que cortar hasta conseguirlo, pero al segundo equipo más laureado de la historia de la Fórmula 1 no le va a salir barato. Pierden los 100 millones de Honda y su gratuidad, y pasarán a pagar una cantidad alrededor de los 12 millones a Renault de manera anual por llevar sus motores. La diferencia económica es enorme, pero en McLaren tenían que dar un cambio si no querían hundirse en la categoría.
Es muy probable que montando motores Renault no consigan su objetivo de ganar el campeonato, ya que la superioridad de Mercedes y Ferrari es más que evidente, pero el cambio era necesario. La relación con Honda no podía durar más.
Recapitulando, tenemos a McLaren-Renault, Toro Rosso-Honda y Sainz a Renault. Este cambio, debe propiciar la renovación de Alonso, hecho que debería anunciarse en el Gran Premio de Malasia. Aunque parezca mentira, se ha podido llegar a un acuerdo entre cuatro equipos distintos. En 2018 veremos qué resultados propicia esta baraja de cambios.
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