Liderazgo, inteligencia táctica sin balón, capacidad para mantener compacto a un equipo de muchas transiciones, dotes técnicas para el pase de alta fiabilidad. Un centrocampista capaz de asumir cierto peso en los inicios de la maniobra, pero también de pisar área. Un perfil que no se ahorra una ayuda lateral, que es un gran lector de las debilidades de su equipo cuando le toca ejecutar el retorno defensivo y que, al mismo tiempo, tiene muy interiorizada, por su formación en la Atalanta, características como la anticipación, el robo o la presión tras pérdida.
Ese es, grosso modo, el compendio de virtudes más destacadas de Franck Kessié como futbolista. Una serie de atributos que van mucho más allá del compartimento estanco de músculo y físico que suele acarrear de forma equívoca y absurda el color negro de la piel de un centrocampista a nivel mediático y entre gran parte del público aficionado. Pero el todavía jugador del Milan y futuro futbolista del FC Barcelona desde el próximo verano es mucho más que un centrocampista fuerte o recuperador, es un equilibrador para toda la estructura táctica de un equipo. Y lo es cuando él o sus compañeros tienen el balón y también cuando no.
Es cierto que este curso su mejor versión ha estado apagada, por no decir que no ha terminado nunca de comparecer. Kessié disputó los Juegos y la Copa África con Costa de Marfil, sufrió una lesión al inicio del curso y no ha logrado quitarse de encima el runrún sobre su no renovación durante toda la temporada. Una renovación con el Milan que él mismo se encargó de declarar que estaría hecha después del verano, porque su voluntad y su prioridad era la de seguir vistiendo de rossonero, y que ha terminado por ser un nuevo caso de futbolista que abandona el club lombardo como agente libre tras los de Donnarumma y Çalhanoglu. Sin embargo, su versión posconfinamiento fue primorosa, cubriendo en todo momento una ingente cantidad de metros y dando siempre la solución correcta en cada situación de juego.
Kessié es muchas cosas en un solo centrocampista, pero hay que insistir en su función compensatoria para el sistema, porque es seguramente su mejor virtud actual, una vez ha dejado a un lado la capacidad llegador por la que destacó sobre todo lo demás en Bérgamo. De hecho, fue su gestión espacial, su colocación y su capacidad para lateralizar su posición en campo propio lo primero que permitió a Theo Hernández comenzar a ser el cohete por la banda izquierda que ha sido desde que Stefano Pioli llegó al banquillo del club rossonero, ejerciendo como eventual lateral y liberando al francés de los uno contra uno defensivos y otorgándole así una gran libertad para ser profundo por fuera y por dentro, con y sin pelota.
Kessié es, por lo tanto, un futbolista que sabe jugar por y para los demás y asumir su papel. Se pasa concentrado y atento a cuanto sucede los 90 minutos. Y a pesar de ese cambio pasajero al perfil izquierdo del doble pivote que propuso Pioli para ejercer de red de seguridad de todo ese costado y dar un mayor margen en la mediapunta a Çalhanoglu en su momento, el africano se siente ligeramente más cómodo cuando juega al otro lado del doble mediocentro.
Por aquí, precisamente, puede llegar el primer límite para su encaje en clave Barça. En la Serie A, desde su irrupción, Kessié ha jugado siempre en una medular conformada por dos piezas, ya sea con tres centrales y carrileros o con una línea de cuatro defensores más clásica por detrás. No es un futbolista para jugar de espaldas y tener que girar, él necesita ver el fútbol de cara para sumar con balón. Tampoco es un gran conductor de transiciones, es más bien un llegador y un facilitador para el sistema, y por ahí debe entenderse su llegada al Camp Nou.
En este sentido, en un contexto de tanto dominio posicional como el del conjunto culé, en el que la prioridad es siempre la posesión ágil y los circuitos asociativos no es descartable que Xavi pueda utilizarlo también como sustituto de Sergio Busquets en el mediocentro, ya que el marfileño tiene también ese instinto para presionar la pérdida y para filtrar pase vertical inmediatamente después del robo, y es además un futbolista muy seguro y fiable con el balón. Sus números hablan por sí solos: un pase clave por partido y un 89.5% de acierto con el pase, con un promedio de participación en la actual Serie A de más de 43 pases por encuentro.
Sin embargo, lo más lógico sería pensar que Kessié tendrá que actuar como interior la mayor parte de las ocasiones. Acostumbrado como está a lateralizar mucho su posición para permitir al lateral contiguo alzar continuamente su posición, puede que su adaptación no sea un problema, al menos en un sentido estrictamente posicional. Esta característica suya permitiría, por ejemplo, a Dani Alves gozar de una libertad aún mayor para soltarse hacia arriba, pisar zonas interiores en tres cuartos de campo y aportar soluciones creativas en esas zonas con la seguridad de tener la espalda y toda la banda bien cubierta por un tipo experto en esas lides, riguroso en su trabajo sin balón y adalid como pocos de la solidaridad a nivel táctico.
Además, podría compaginar perfectamente esas tareas con la de ejercer de apoyo principal de Busquets para cerrar el carril central, conformando un cuadrado de seguridad junto a los centrales que permita al Barça situar una gran cantidad de efectivos en el último tercio del campo y contar al mismo tiempo con dos “coches escoba” expertos en presionar la pérdida y convertirla, con un pase vertical aparentemente sencillo, en un nuevo ataque aún más peligroso. El costamarfileño es asimismo un detector notable a la hora de cortar envíos y lo conjuga con una capacidad notoria para insertarse hacia el área, lo que permitirá al Barça encontrar la amplitud en esa altura de sus ataques y a partir de ahí aumentar la fluidez, los desmarques, los efectivos en zonas de remate, las situaciones de uno contra uno, el peligro…
Por otra parte, Kessié es también un excelente lanzador de penaltis (24 tantos de 28 lanzamientos desde los once metros en las últimas seis temporadas, o lo que es lo mismo, un 86% de efectividad que lo sitúa como todo un experto en este apartado particular) y un futbolista muy regular en su rendimiento y sus prestaciones y sin apenas propensión a las lesiones (37, 34, 35 y 37 partidos disputados en las últimas cuatro temporadas completas).
Un perfil así, que abarca tantos metros y tantas facetas con y sin balón, es de un valor táctico tremendo y mucho más que un mero destructor. Un todoterreno, si queremos. Bien asimilado, bien insertado en los esquemas de Xavi, Kessié es una pieza con un potencial muy interesante, incluso aunque no vaya a convertirse en un titular 100% indiscutible. Y si lo es en el Barça, donde la vida para los centrocampistas es ligeramente diferente a la de cualquier otro contexto, quiere decir que lo sería prácticamente para cualquier equipo. Lo más positivo de su caso, tal y como ya ha demostrado en el Milan, es que su predisposición para ser un jugador que reme en todo momento a favor de la idea y de los encajes del sistema es total y absoluta.
Imagen de cabecera: @acmilan
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