La victoria que logró Gremio 1-0 en casa frente a Lanús en la final de ida de la Copa Libertadores, le da una mínima ventaja para definir el título de la competición la semana que viene en Argentina. El gol del ganador fue marcado por Cícero a los ’82, un premio para el equipo local, que buscó abrir el marcador con más ganas que ideas a los largo de los 90 minutos.
En el partido, disputado en un colmado estadio “Arena Gremio”, el local se impuso en un encuentro equilibrado, ante un rival que no se amedrentó ni con la historia del equipo brasileño en la Copa Libertadores ni con el marco de jugar su primera final del torneo.
Cícero, el héroe de la noche de Gremio, declaró después del encuentro que nada está definido a pesar de haber salido en ventaja. “Sabemos que Lanús es muy fuerte en casa, pero también sabemos que nosotros somos muy coperos”, declaró tras el partido.
Gremio intentó monopolizar el balón cuando comenzó el encuentro, pero la visita equilibró las acciones. De a poco, Lanús equilibró las acciones y evitaba recurrir al pelotazo para José Sand –goleador de torneo con 8 conquistas- y Lautaro Acosta, sus mejores hombres en ataque.
En cambio, Gremio no lograba llegar de forma clara al arco defendido por Esteban Andrada. Ni Luan, su mejor hombre de ataque, ni Lucas Barrios lograban generar peligro en el área de la visita. Tampoco el joven volante Arthur se imponía en la mitad de cancha.
Así, Lanús mereció ir al descanso arriba en el marcador. A los ’33, el volante visitante Román Martínez probó desde la derecha del área local, pero su disparo fue desviado por el arquero Marcelo Grohe. Y el arquero local hizo un milagro a los ’39, al sacar casi sobre la línea un cabezazo de pique de Diego Braghieri.
En la segunda mitad, Gremio adelantó su marca y Lanús ya no tuvo ni resto físico, ni respuesta futbolística para equilibrar el encuentro. El gol de Gremio estaba al caer y llegó a los ’82, gracias a los aciertos en los cambios hechos por el entrenador local, Renato Gaúcho.
Cícero, quien había entrado en lugar de Jailson, empujó al fondo del arco en la entrada del área chica una pelota que había bajado de cabeza Jael, reemplazante de Lucas Barrio. Gremio se ponía 1-0.
Después del gol, el partido se hizo tenso, con muchas discusiones entre los jugadores. El partido terminó con los jugadores de Gremio reclamándole un penal al árbitro chileno Julio Bascuñan sobre Jael. Cuando finalizó la primera parte, también rodearon al juez para pedirle falta dentro del área sobre Ramiro. “Hasta Steve Wonder veía ese penal, pero el árbitro no lo vio. Fue penal cuando terminaba el partido y ni sería necesario usar el árbitro de video para cobrarlo”, dijo el técnico de Gremio, Renato Gáucho.
Gremio, campeón de la Libertadores 1983 y 1995, busca con el título de la competición volver al lugar de grande del continente como en las décadas de 1980 y 1990.
También busca derrotar por primera vez a un oponente argentino en la definición del torneo: el equipo “gaúcho” perdió la final de 1984 ante Independiente de Avellaneda y la de 2007 frente a Boca Juniors. La revancha se juega el próximo miércoles en el estadio de Lanús, en la periferia sur de la ciudad de Buenos Aires. En la final de la Libertadores, el gol de visitante no es criterio de desempate.
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