REDACCIÓN – Corren tiempos de bonanza en el condado del Merseyside. Una ciudad culturalmente conocida por ser el seno de una de las bandas de música más conocidas de la historia, como son The Beatles, vive buenos tiempos en materia de fútbol.
Liverpool vivirá una temporada en la que el aroma a fútbol europeo se vivirá en las dos vertientes de la ciudad. El Liverpool volverá a la UEFA Champions League tras quedar segundo en la pasada Premier League, mientras que el Everton cerró una brillante campaña que le brindaba el premio de disputar la próxima edición de la Europa League. Dos equipos, dos grandes torneos a nivel continental, y una ciudad que ya está preparada para vivir una emocionante y preciosa temporada de fútbol.
Goodison Park se convirtió en un auténtico fortín en el que cayeron equipos de la talla del Chelsea o Manchester United, aportando su granito de arena para que los Toffees soñaran despiertos disputando torneo europeo. Y así fue. Finalmente, tras perder la batalla individual contra el Arsenal por la Liga de Campeones, los de Roberto Martínez se vieron relegados a los puestos de Europa League, en una temporada ilusionante para una afición que quiere destacarse junto a sus vecinos, históricamente más repletos de éxitos.
Sin embargo, el brillo del éxito escondía un mar de dudas. Y no el mar de Irlanda, precisamente. Una plantilla exitosa, que había demostrado ser fruto de la explosión de jóvenes valores capaces de practicar y aceptar de buen agrado los nuevos métodos del técnico catalán Roberto Martínez, en su primera temporada en la ciudad.
Un equipo que había captado la atención del fútbol británico y europeo, que había colocado sobre el seno de Goodison Park un foco cálido de elogios, pero al mismo tiempo señalando a las presas más poderosas económicamente donde se encontraban las peras dulces de los árboles frutales. Una plantilla capitaneada por el inglés Leighton Baines, que junto a Jagielka o Howard, se ensalzaban como figuras pesadas dentro de un vestuario donde aparecían jóvenes perlas como Ross Barkley, Coleman, Bryan Oviedo, Mirallas o Gerard Deulofeu.
Una mezcla perfecta que había demostrado ser capaces de conseguir resultados óptimos, pero con ciertos apuntes, ciertas condicionales que presentaban un horizonte no del todo claro. El futuro de jugadores como Baines (sonando más fuerte que nunca para equipos como Manchester United), Ross Barkley (consagrada como una de las perlas de la Premier League), Mirallas o Coleman (mejor lateral del torneo la pasada campaña), más otros como Lukaku, Gareth Barry o Deulofeu (cedidos) que debían volver a sus respectivos clubes, parecía estar lejos de Goodison.
Un reto mayúsculo para 'Bob' Martínez, que una vez más ha demostrado saber reaccionar ante cualquier situación adversa. El verano ya ha cogido forma, y en la zona azul de Liverpool tienen grandes motivos para celebraciones. Pasan las semanas, el mercado de fichajes sigue engordando, y lo que parecía un verano negro, plagado de dudas, se ha convertido en un terreno de lo más hospitalario y positivo.
La gran noticia de la pretemporada se oficializó cuando el Everton anunciaba la vuelta de Romelu Lukaku, quien fue pieza vital la pasada temporada en forma de cesión, previo pago de 28 millones de libras que cerraban su vuelta de forma permanente. Un fichaje considerado de primerísimo nivel de un futbolista codiciado por muchísimos clubes.
Era la gran notícia, pero no la única, ni la primera. Roberto Martínez tiene motivos para sonreir por el trabajo bien hecho. Al delantero belga se le deben sumar noticias como las renovaciones de jugadores clave como Ross Barkley, Coleman o Barry, que asegura mantener piezas vitales en determinadas zonas del campo. Pero no queda ahí. Estandartes del club, muy codiciados en el mercado, como Baines, Mirallas o el guardameta mundialista Tim Howard, seguirán en el club. Y a todo ell, por si fuera poco, la recuperación del lateral Bryan Oviedo (quién fue clave en el inicio de temporada) adquiere tonos positivos, y su vuelta está cerca. El único 'pero' se encuentra en la figura de Gerard Deulofeu (quien no fue titular indiscutible, pero con actuaciones importantes), quien estaba cedido la pasada campaña y ha vuelto a las filas del Barcelona.
Todo juntado en un bonito cofre de color azul genera ilusión, transmite un positivismo y una tranquilidad de los que muchos dudaban hace apenas dos meses. Motivos para soñar en Goodison Park. El proyecto continúa, y mejor que nunca.
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