Diferentes onces, un mismo equipo. España ha demostrado, en sus últimos compromisos, que a pesar de sumar bajas sensibles en todas sus líneas con piezas indiscutibles que argumentan sus recientes éxitos, es capaz de salir al terreno de juego cambiando algunos fragmentos pero con el mismo discurso. El conjunto de Luis de La Fuente ha sacado los partidos de Nations League ante los imprevistos de la enfermería y lo ha hecho mostrando todas las cosas que ha aprendido; siendo un equipo reconocible, dinámico y un juego atractivo.
Ante Serbia solo necesitó cinco minutos para abrir la lata. Lo hizo Laporte, tras un centro de Pedro Porro. España destapó el tarro de las esencias, bailó bajo la lluvia y puso en aprietos a los serbios. Le faltó materializar de cara a puerta y se marchó al descanso con la ventaja establecida en el primer tramo del partido.
Tras pasar por los vestuarios, el argumento siguió siendo el mismo. El combinado español siguió mostrándose superior y sin fortuna para batir la portería de Rajkovic. Álvaro Morata falló un penalti enviando el balón por encima del larguero, pero el capitán enmendó sus errores y le otorgó a España más desahogo en el marcador con un bonito gol en el 65’. Baena remató la faena en el 77’ con un golazo para que España se paseara por el césped con tranquilidad y certificar el triunfo (3-0) que les otorga la plaza para las eliminatorias.
A falta de dos jornadas, España ya está en cuartos y se sitúa, con diez puntos, como líder de grupo. Falta por ver si en sus dos encuentros pendientes logra concluir en primera posición. Será en noviembre. Primero se enfrentará a Dinamarca, con quien se disputa la primera plaza, y más tarde lo hará ante Suiza que, a diferencia de su gran papel en la Eurocopa, se ubica última de grupo con tan solo un punto en sus cuentas.
