REDACCIÓN – Old Trafford no vive sus mejores momentos. La parroquia local vivió la pasada temporada una auténtica pesadilla que tuvo como resultado una clasificación de carácter nefasto, dejando al Manchester United fuera de torneo continental. Y durante la presente, en apenas siete jornadas, ya han vidido altibajos de todos los colores.
Ante un terreno en el que las cenizas todavía parecían candentes, donde el humo tras la hoguera todavía dotaban al ambiente un misterioso toque, desde el club inglés decidieron llevar a cabo un atareado desembolso económico que provocó la llegada a Manchester de algunos de los mejores jugadores del mundo. Un proyecto ambicioso, a base de talonario, que de la mano de otro recién llegado, como es el técnico neerlandés Louis van Gaal, deberían cumplir unas altas expectativas. El dinero invertido debía ser respondido con grandes resultados.
El inicio no fue el esperado. Los resultados no empezaron a llegar tal y como se esperaba, y las dudas pronto han ido estableciéndose, de forma más preocupante, en el entorno y seno del equipo. Sin embargo, no todo parecen malas noticias, o al menos buscan encontrar un haz de luz entre el humo.
Old Trafford cuenta con una de las plantillas más potentes del fútbol europeo actual, pese a que su ámbito se haya visto reducido sólo a lo doméstico, puesto que los Red Devils no disputarán campeonato europeo después de muchos años. Pese a ello, un inicio irregular, donde los resultados negativos han primado por delante de los positivos, y la incertidumbre ha estado presente en casi todas las jornadas.
Ángel Di María se convertía en nuevo jugador del Manchester United en una de las operaciones más mediáticas del verano, dejando atrás una gloriosa etapa en el Real Madrid que tuvo su momento álgido logrando la ansiada décima copa de Europa para el club.
El argentino llegaba a la mediática Premier League, donde su caché mediático se pondría a los pies del espectáculo, donde debería hacer frente a una campaña de adaptación casi sin margen de confianza. Se trataba de una operación estratosférica, tanto a nivel deportivo como económico, y debía rendir tal y como se esperaba. Sin embargo, los primeros partidos de los de van Gaal no se desarrollaron como se esperaba, y la necesidad de rendir para el albiceleste adquirió un toque más acentuado.
Sin embargo, Di María está rindiendo, está jugando como se esperaba, cumpliendo expectativas, y dejando claro que su potencial le convierten, también en Inglaterra, en uno de los peligros mayores de los de Old Trafford.
El argentino no ha disputado todas las jornadas ligueras, puesto que llegó con el torneo ya iniciado. De las siete jornadas disputadas Di María ha participado en cinco de ellas, incluyendo el desastre del Manchester United en el King Power Stadium contra el Leicester, donde dejaron perder dos ventajas para acabar sucumbiendo por 5-3. Pero las cifras del jugador son buenas, positivas, y sus sensaciones sobre el césped no son menores.
Di María es determinante con el balón en los pies. La técnica que guarda en su pierna zurda cuenta con un alto porcentaje de quilates y no ha tardado en mostrarlo en nuevo campeonato. El argentino ha disputado hasta la fecha cinco partidos con su nuevo equipo en los cuáles ha marcado ya tres goles (dos de ellos abriendo marcador) y ha asistido en otras tres ocasiones. Hasta la fecha, el Manchester United ha logrado un total de trece goles a favor, de los cuáles el albiceleste ha participado en seis de ellos. Es decir, casi en la mitad de ellos.
Un rendimiento a la altura de una operación deportiva como la que se produjo con su llegada, y que ya le han convertido en uno de los pilares de este nuevo Manchester United que hace frente al parón por selecciones desde la cuarta posición de la tabla clasificatoria, y a ocho puntos del líder Chelsea, en sólo siete jornadas.
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