Italia aprovechó su ocasión para clasificarse a octavos de final de la Euro 2016 tras sólo dos partidos jugados, y lo logró en un encuentro muy táctico. Suecia no fue tan valiente como Bélgica en ataque y esto hizo (re)descubrir las carencias de los ‘azzurri’ para crear juego. Los balones a la espalda de la defensa no encontraban receptor, en esta ocasión la línea defensiva rival estaba bien organizada. Entonces llegaron los cambios de Conte y la balanza se acabó de desequilibrar en el segundo tiempo.
El cambio de Zaza por Pellè en el minuto 60 cambió el guión. Quizá con fortuna, necesaria en estos torneos, el delantero de la Juventus ganó un balón dificilísimo tras un saque lateral que resultó una asistencia de lujo para Eder. Un gol vital conseguido gracias a la lucha, representación icónica del ’Contismo’. El 7 bianconero encarna la figura del atacante que mejor encaja en el modelo, un soldado que lucha cada balón cómo si fuera el último. Por sus características ya ha sido de vital importancia para el quinto ‘Scudetto’ consecutivo de la ‘Vecchia Signora‘ saliendo desde el banquillo y contra los suecos volvió a hacerlo.
El ‘Contismo’ nace de las críticas. Esas que comenzaron cuándo llegaron los descartes de Bonaventura o Jorginho de la lista definitiva para Francia y que continúan por no contar con Insigne ni siquiera saliendo desde el banquillo. Antonio ha demostrado que en su idea no tienen espacio. Necesita reclutas entregados a la causa. Hombres como Giaccherini o Parolo, humildes, cumplidores y con la lección táctica muy bien aprendida. Lo primero es cerrar para evitar conceder ocasiones, a partir de esa instrucción se ganan los encuentros.
Una buena muestra es que la selección italiana sólo ha recibido 2 tiros a puerta en los dos primeros choques de la Euro. Si contamos los últimos cuatro amistosos, Buffon no recibe un gol desde hace 373 minutos. Una estadística lograda gracias a la experimentada ‘BBC’ (Barzagli, Bonucci, Chiellini), pero también a la presión ordenada y a mantener líneas juntas – mérito absoluto de De Rossi, Parolo y Giaccherini – que dejan al rival sin ideas. Suecia probó de esa medicina: Ibrahimovic maniatado intentó bajar al centro del campo para tener influencia, ni aún así lo consiguió.
Al igual que el ‘Cholismo’, este plan también trata ser fiel a una idea y mantenerla hasta el final. Si durante los primeros 45 minutos los jugadores fueron incapaz de generar ocasiones – la poca movilidad de la pareja Eder, Pellè no produjo nada – no hay que desesperarse. El rival calará su rendimiento en el segundo tiempo y ese será el momento de atacar, eso si, sin desordenarse. El 4-3-3 con Insigne o El Shaarawy queda para cuándo haya que remontar un gol en contra, la última bala en la recamara.
Un último requisito, para la aplicación de este sistema de juego es imprescindible una notable forma física. Contra Suecia, los ‘azzurri’ corrieron 113,6 km, un dato sólo superado por Ucrania en su primera fecha contra Alemania (115 km) y por la propia Italia contra Bélgica (119,7 km), récord del campeonato. Para aguantar el desgaste es necesario el trabajo físico, no sólo para presionar, también para poder salir con velocidad abriendo el campo, es la clave para acabar con el enemigo. Los movimientos de extensión-contracción de los once futbolistas deben ser constantes para no permanecer todo el partido encerrado. En posesión de balón, los volantes y extremos se abren ocupando todo el campo contrario, en fase defensiva las líneas permanecen juntas, sin ningún resquicio. Un orden militar.
Simplificar a la Italia de Conte es muy fácil: el habitual ‘Catenaccio‘. Pero Antonio tiene una idea mucho más elaborada que la de acumular hombres atrás y salir al contragolpe. El próximo entrenador del Chelsea ha estudiado en qué modo podría aprovechar la plantilla que tenía al máximo. Por el momento lo está consiguiendo gracias a un grupo unido. Lo cuál tiene especial mérito si se analiza el estado de la ‘nazionale’ tras el desastre de Brasil en 2015. Ahora las cosas han cambiado, la Italia de Francia 2016 da resultados. El ‘Contismo’ es una realidad.