La Atalanta se ha despedido de la Champions League. Una diferencia de un punto en la tabla de la fase liga dejó a la ‘Dea’ en posición de playoff. Aquella noche de finales de enero, los de Gasperini empataron ante el FC Barcelona y los villanos de Emery, que lograron vencer ante el Celtic, se agenciaron el billete directo de los octavos. Nadie podía augurar entonces que su paso por la competición continental tendría un final a la vuelta de la esquina.
El Brujas, que concluyó la fase liga en la vigesimocuarta posición obteniendo la última plaza para disputar los playoffs, no era la Cenicienta. Más bien un grupo de brujas que se reunieron en una atmósfera oscura para desatar el plan. Pocos millones sobre el césped, mucha ilusión. Contrataque mortal y masterclass defensiva.
Tras la victoria en el Jan Breydel Stadion, tocaba asaltar Bérgamo. Les bastaron los primeros 45 minutos para volver a escribir la historia; aquella que hace unos años les clasificaba entre los dieciséis mejores equipos de Europa. Por aquel entonces, el Benfica acabó con su cuento de hadas.
El conjunto de Nicky Hayen impuso su efectividad con transiciones que fueron veneno para los italianos, a quiénes pareció que les había mirado un tuerto y se vieron superados. Chesmine Talbi volvió a ser decisivo y vacunó dos veces a los nerazzurri. Ferran Jutglà regaló otra exhibición en el tapete, asistiendo para abrir la lata y marcando el tercer y definitivo tanto del conjunto belga antes del descanso. Letal, un auténtico aquelarre.
En el fútbol la fecha de caducidad es siempre corta. No hay un discurso que se mantenga en el tiempo sin ser alterado. Ademola Lookman, el héroe de la final de la pasada Europa League, saltó al terreno de juego para cambiar el rumbo de los bergamascos y, aunque redujo las distancias, no pudo materializar un penalti que podría haber sido un punto de inflexión. El jugador nigeriano ha publicado un comunicado tras la dura crítica que recibió.
El destino de ese lanzamiento lo definió Simon Mignolet, el portero que vio como sus minutos se fueron disipando en la portería del Liverpool y firmó por el club de una ciudad de cuento. El capitán, a sus 37 años, tuvo una magnífica actuación bajo palos para vivir otra noche inolvidable. Como también la tuvo el eterno Hans Vanaken, centrocampista diferencial, omnipresente en el rectángulo y el argumento más romántico del equipo belga a través de una relación que ya dura una década.
Lo del Brujas no ha sido suerte ni un conjuro. Es el trabajo plasmado en jugadores de la academia, reivindicación, segundas oportunidades y un técnico que le habla a su madre fallecida antes de los partidos. Una merecida clasificación a octavos para volver a tener la oportunidad de reescribir su mejor capítulo en el viejo continente.