Jumilla, un municipio del Altiplano murciano de unos 25.000 habitantes, ha vivido cuatro años de gloria deportiva con el primer ascenso del Jumilla FS en 2013 a la Primera División de la LNFS. En su primer año, contra todo pronóstico, el equipo dirigido por Juan Francisco Gea, un jumillano que dirige al club de su tierra desde hace 19 temporadas, alcanzó los cuartos de final de la Copa de España y entró en los playoff por el título. Las dos temporadas siguientes tuvieron que sufrir para salvarse. Y en ésta, su cuarta campaña entre la élite, es cuando está viviendo el terror del descenso más cerca que nunca.
En la jornada ocho consiguió su primer punto, merced a un empate ante Gran Canaria FS. No sería hasta la jornada decimotercera, última de 2016, cuando consiguió su primera victoria. Para ello tuvo que derrotar por un ajustado 1-2 a un Levante UD FS que poco después cambiaría de entrenador. Dos nuevos empates en las jornadas 21 y 23 daban a los murcianos un total de seis puntos sobre 69 posibles, un registro que hace imposible pensar en la salvación. Y entonces, en la jornada 24ª, Jumilla consiguió –sufriendo, como no podía ser de otra manera– dar la primera alegría “completa” a su afición: una victoria como local. El partido se resolvió en el último segundo de partido, cuando el brasileño Everton anotó el definitivo 5-4 para júbilo de los casi mil espectadores que gritaban “Sí se puede”.
La pregunta es, ¿alcanza con esto para pensar en el milagro de la salvación?
Esta misma temporada hemos vivido remontadas históricas: la Superbowl que ganaron los New England Patriots del mago Tom Brady en la prórroga tras una remontada de 25 puntos, el 6-1 que le endosó el FC Barcelona al PSG recientemente en Champions League… En cuanto a una liga regular, destaca la remontada de la temporada 2014-15 del Leicester City, cuando los foxes tuvieron que ganar siete de los nueve últimos encuentros (venían de cosechar apenas 4 en las 29 jornadas anteriores) para salvar la categoría. Eso fue extraordinario de por sí, pero lo que hace épico el relato es cuando recordamos lo que sucedió al año siguiente, historia del fútbol moderno. Aquella Premier nunca habría sucedido de no haber sido por aquel rush final.
Jumilla, una temporada cargada de contratiempos
En Jumilla, con uno de los presupuestos más modestos de la competición, el equipo ha ido superando todo tipo de adversidades durante la temporada: la ausencia de un patrocinador principal hizo que se fichasen jugadores semi desconocidos sin bagaje en Primera División. Gea explotó a mitad de temporada, tras una derrota ante Aspil Vidal. Acusó directamente al club y a sus jugadores: “Para hacer lo que debo – en referencia a las medidas disciplinarias que pretendía tomar – se me ha quitado respaldo por parte del club […] Me siento atado de pies y manos. Estoy en el límite del hastío y llegando casi a la deserción”.
Finalmente la situación se recondujo, y la llegada de Bodegas Juan Gil como patrocinador, unido a la salida de hasta seis jugadores y cuatro incorporaciones en el mercado invernal, ha hecho que Jumilla siga siendo el último clasificado con un mal bagaje de goles en contra (una media de más de seis por partido), pero con sensaciones diametralmente opuestas.
¿Está a tiempo de salvarse? El milagro lo marca Pescados Rubén Burela a nueve puntos de distancia, con dieciocho por disputarse. Parece altamente improbable. En Jumilla se agarran a un calendario donde todos sus rivales tienen que enfrentarse entre ellos, incluyendo el duelo entre Burela y Levante, penúltimo y antepenúltimo, en la última jornada. Improbable, sí, pero si algo está claro es que en Jumilla no se rinden, y el cántico “Jumilla es de Primera” seguirá resonando en el Pabellón Carlos García mientras quede una mínima esperanza.
Imágenes | jumillafs.es