Tras la enorme decepción de la selección el pasado martes -un día festivo que se convirtió en un drama shakesperiano- el Mundial se tomó unos días de descanso. Hemos tenido noticias importantes pese a ello: cabe recordar que Portugal le metió 6 a Suiza y que Luis Enrique ya no es entrenador de España. Tras sus buenas actuaciones en los torneos oficiales previos, el asturiano ha decepcionado en la competición más esperada. Lo más preocupante es que cayó igual que en 2018: moviendo el balón sin ningún desmarque de ruptura. Con todos los futbolistas esperando romper el envite con pases al pie. Y así, con un rival que vive defendiendo, es imposible.
El seleccionador sabía que gran parte de sus decisiones iban a provocar debate. Dejando al lado la discusión de los nombres, es un crimen llevar solo un delantero centro. La mayoría de entrenadores siempre buscan un ariete cercano a los dos metros para completar sus filas: Fernando Llorente con Vicente del Bosque o Martín Palermo con Maradona son ejemplos claros que, a bote pronto, me vienen a la cabeza sin pensar. Ahora que las listas son de 26 tienes espacio de sobra para acoplar ese perfil. Era lo que necesitaba el equipo porque las pocas ocasiones llegaron con envíos desde las bandas. Sin embargo, solo Morata -desde el banquillo- está escogido para embocar esas oportunidades. Es un grave error que podía tener castigo.
A rey muerto, rey puesto. Luis de la Fuente ocupará el trono. Es evidente que querrá continuar con el juego de posición que acostumbra a jugar la selección. A partir de ahí, todo es una incógnita. Esta tarde se definirá la primera semifinal. Croacia tiene un reto majestuoso: se le presenta delante la Brasil más potente de los últimos años. La plantilla de Tite amalgama muchísima calidad y los buenos, al contrario de sus predecesores, no se quedan en el banquillo. Por momentos, ha parecido que juegan con un 2-3-5 muy ofensivo. Pese a que los brasileños son muy favoritos no se puede descartar a Modric.
Esta noche también habrá un partido escandaloso: Argentina y Países Bajos vuelven a protagonizar un clásico. Ambas selecciones llegan con la ilusión por las nubes. Leo Messi sigue con su pelea por levantar el único trofeo que le queda y los neerlandeses no se contentan con solo volver por estas lides. Cabe recordar que ni comparecieron al Mundial de 2018. Los tulipanes, con el gran Louis van Gaal a la cabeza, han vuelto. Y esta vez son muy «positifos».
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