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EURO 2024

Descarados

Es un crío de 16 años, pero jamás padeció terrores nocturnos. No le abrumó disputar una semifinal. Tampoco que Kolo Muani le otorgara la ventaja del marcador a Francia. Porque con los libros en la mochila, la sonrisa metálica y un desvergonzado vocabulario con el balón, Lamine Yamal abrió la puerta de su talento y marcó un gol que significó mucho más que poner el partido en tablas. Fijar el 1-1 en el resultado no era una posibilidad de empezar de nuevo, sino toda una declaración de intenciones. Por eso, España solo necesitó 4 minutos para quitarle la máscara y el disfraz al rival. Dani Olmo le arrancó la capa con un regate exquisito y mostró que el monstruo que pretendía asustarles solo era un mortal.

Remontada de selección grande, de las que saben controlar los peores momentos sin que ningún rasguño les quiebre la ilusión de seguir jugando. Su osadía terminó con ese muro que pretendía cimentar Francia desde Rabiot, Tchouaméni y Kanté. Los chavales de España son como esos niños de las películas que van a toda pastilla con sus bicis hasta esa casa que parece abandonada, misteriosa y que genera gran respeto. A pesar de ello, terminan saltando la valla para explorar que hay tras ella. Siempre nos dicen que la curiosidad mató al gato, pero nunca supimos cómo murió y si lo que descubrió le mereció la pena. Quizá conoció a alguien increíble, se pegó un festín con una lata de atún y se divirtió como nunca antes lo había hecho. Que nos quiten lo bailao.

Los niños que se sienten seguros saben que papá está ahí. Rodri nunca sale de escena, su vigilancia y control es como la tinta de un rotulador permanente. No se va ni aunque lo pases cien veces por la lavadora. También el abuelo, en la puerta del colegio. Navas sigue asistiendo a las finales, jugando con los niños hasta que las piernas digan basta. España no está dispuesta a morir, venga quien venga. Porque ha tomado el camino complejo, el de mayores cuestas, el más largo. Y nunca ha preguntado si falta mucho. No vamos a sentirnos culpables por ser descarados afirmando que España, muy probablemente y venga quien venga, va a ganar su cuarta Eurocopa para, además, lograr un registro que nadie ha alcanzado. Si los niños se atreven, ¿quién narices somos nosotros para imponer la prudencia?

Editora en SpheraSports. Especialista en Scouting y análisis de juego por MBPSchool. Sport Social Media. Eventos Deportivos

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