Una de las maniobras más oscuras, y ya es decir, de la directiva del Atlético de Madrid fue la que pudo llevar a Fernando Torres a ser jugador del Valencia CF, tras la vuelta del ‘Niño’ Torres a Madrid contamos la historia de un Fernando que pudo convertirse en leyenda valencianista en la mejor época de títulos de la historia ‘ché’.
Tras la intervención judicial a la que fue sometido el Atlético de Madrid que dio con los huesos del club rojiblanco en la segunda división y el fracaso en la primera campaña en la categoría de plata hizo que al Atlético de Madrid le faltara liquidez a la hora de afrontar los pagos de los plazos de fichajes anteriores. Las televisiones pagaban menos al no estar en Primera División y los ingresos se redujeron tras el fallido ‘añito en el infierno’.
Las dificultades económicas del club de los ‘Giles y Cerezos’ eran evidentes y llamativas, las entidades bancarias se negaban a prestar dinero a una entidad sin los activos suficientes como garantes para recuperar sus inversiones. Aquí surgieron las figuras de Manuel Llorente (ex – presidente y ex – directivo del Valencia CF) y Miguel Ángel Gil Marín (consejero delegado del Atlético de Madrid) que mantenían una buena amistad debido a negocios del pasado y a que el Atlético de Madrid no era competencia directa en la mejor época que se recuerda del conjunto valenciano.
En el 2001 se realizó la operación que introdujo a Fernando Torres como vulgar mercancía camino de Valencia, Miguel Ángel Gil Marín tejió un plan a cambio de un préstamo de su amigo Manuel Llorente por un montante cercano a los 450 millones de pesetas por los cuáles el Atlético de Madrid tendría que responder en caso de no pagarlos con la cesión de los derechos federativos de la joya de la cantera rojiblanca, Fernando Torres.
Miguel Ángel Gil Marín resolvió en plazo y forma mediante dos pagarés la suma prestada por la entidad del Valencia CF y el futuro de Fernando Torres quedó marcado por el rojiblanco hasta su marcha al Liverpool FC en 2007.
Según declaraciones de Gil Marín en ‘El País’ el 16 de mayo de 2001: “El asunto (préstamo) ha permitido resolver al club un inmediato problema de liquidez. A los 15 días de vender al jugador (Fernando Torres) se le ha recomprado al recuperar sus derechos federativos con la devolución del importe del préstamo, tal y como se estipulaba en el compromiso”. Como no podía ser de otra manera se negó a responder al destino de ese dinero prestado por el Valencia CF diciendo ‘seguro que no es para invertirlo en bolsa’.
Los representantes de Fernando Torres horrorizados con la idea de cambiar de destino en pleno desarrollo futbolístico, recordemos que Fernando tenía 17 años recién cumplidos, se aseguraron una indemnización multimillonaria por la cual el Atlético de Madrid tendría que pagar 2.600 millones de pesetas a Fernando Torres si tuviera que abandonar el equipo destino Valencia.
El camino de Fernando Torres, recuerda y mucho, al de Óliver Torres, nueva joya canterana por la que Enrique Cerezo y sus directivos han vendido a un fondo de inversión el pase del extremeño por unos 6M€ por el 25% de un futuro traspaso, y es que ser canterano en el Atlético de Madrid es sinónimo de ser mercancía de venta gracias a una directiva de dudosa moral.
Fuentes: El País, Diario ABC, Cadena SER (El Larguero).