REDACCIÓN – Esta vez en San Siro no se vio la habitual versión arrolladora del 'cholismo' en el Atlético de Madrid. Aun así, lo cual denota la dimensión de este equipo, la actuación individual de dos de sus jugadores estrella permitió a los colchoneros vencer en un feudo de nivel para poner muy a su favor la eliminatoria de Champions League, ante un Milan que jugó su mejor partido de la temporada.
Clarence Seedorf sorprendió y acertó con su planteamiento. Libertad absoluta para Kaka' en ataque, con Adel Taarabt, el más activo elemento ofensivo del Milan desde su llegada hace unas semanas, siempre tirado a banda derecha. En defensa, 'libertad' para Andrea Poli, que se hinchó a correr por todo el campo, presionando y ahogando, incrustándose después en el doble pivote junto a De Jong, dejando a Essien inclinado a banda izquierda. Esto desajustó completamente al Atlético de Madrid y permitió gozar al Milan de buenas oportunidades, como el chut de Kaka' al larguero o el cabezazo de Andrea Poli.
He aquí una de las claves del partido. Thibaut Courtois, que continúa confirmándose como uno de los porteros del momento y del futuro, sacó una mano imposible para desviar el testarazo del mediocampista italiano al palo. Un guardameta que gana partidos y eliminatorias. La otra clave para el Atlético fue, en el lado contrario del campo, el delantero centro Diego Costa, que no paró de luchar y fajarse con la hoy más centrada que de costumbre defensa rossonera, a su estilo. Peleando cada balón por alto, usando las manos, protegiendo con su cuerpo y fuerza el esférico, que solo podían arrebetarle derribándolo tras golpearle un par de veces. Como golpeó durante todo el partido el Atlético, muy duro en algunos tramos del juego.
Precisamente tras una fuerte entrada del colchonero Insúa, el lateral diestro De Sciglio tuvo que dejar el campo lesionado, siendo sustituido Abate, que cuajó un flojo partido fallando en la marca en numerosas ocasiones y permitiendo respirar al Atlético. También salió lesionado Mario Balotelli, tras otros discreto encuentro como referencia, tras una falta cometida por Diego Costa que dañó la clavícula del italiano.
Así, hasta el último cuarto de hora de partido el Milan jamás perdió la cara al encuentro, si bien a su dominio en la medular y claridad en tres cuartos le faltó la definición. El Atlético lo aprovechó para sobrevivir y dar la estocada definitiva a su presa en los instantes finales. El Milan bajó lógicamente el tono físico, el Atlético dio un paso adelante que sería definitivo. Córner botado desde la derecha, Abate cabecea con mala fortuna hacia atrás en el primer palo, Adil Rami pierde la marca en su único error del encuentro y Diego Costa anota de cabeza su gol número 27 de la temproada, el quinto en Champions League.
Dos individualidades que destrozan en mil pedazos el gran partido de los Seedorf que, por otra parte, encuentran en estos noventa minutos una base para evolucionar, también pensando en el partido de vuelta. El Atlético se comporta como equipo grande, haciendo más con menos, demostrándose un año más un equipo muy difícil de batir en eliminatoria directa. Pero en Milán, en un equipo con semejante tradición europea y con la motivación que no encuentran en el campeonato doméstico pero se multiplica en Champions League, todavía confían en dar la sorpresa en el Calderón.
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