Los datos suelen ser engañosos. Hacen una radiografía estática de situaciones complejas. Desechan el subjetivismo. El Real Madrid ha encajado menos goles que el año pasado a estas alturas (18 este año frente a los 24 del anterior), pero Kiko Casilla está bajo sospecha. La afición ya le mira con recelo. La aritmética no atiende a estos contrasentidos, pero en el fútbol, además de ser eficaz, debes aparentarlo.
El partido contra el Málaga sumó nuevas dudas a las actuaciones de Kiko Casilla. Cometió un error grave en uno de los goles y en otro, anulado, pareció desorientado. Tiene buenas maneras de portero, le hemos visto fogonazos de intervenciones meritorias y no rehuye el juego con los pies, pero la defensa del Real Madrid no percibe garantías a sus espaldas. No parece que Casilla sea quien solucione el mal endémico que vive la portería del Madrid desde que a Iker Casillas le abandonara el ángel.
Es evidente que los problemas del Real Madrid no se resumen en Kiko Casilla. Las malas sensaciones que transmite el portero son un complemento al bajo rendimiento colectivo del equipo. El centro del campo está asfixiado y la defensa, dubitativa. Los errores se repiten cada vez con mayor frecuencia. Es por eso que el Real Madrid, en otras ocasiones, ha depositado en su portero la sanación a sus males coyunturales. Ahora la portería tampoco es un lugar seguro.
Por eso en el Real Madrid esperan como agua de mayo la llegada de Keylor Navas. Previsiblemente reaparecerá frente al Fuenlabrada en la vuelta de Copa. El tico también ha estado cuestionado, incluso se llegó a pedir su suplencia en beneficio de Casilla, pero las tornas han cambiado. Navas ha hecho partidos flojos, pero transmite buenas sensaciones. Se muestra activo y parece que siempre hace todo lo posible por atajar el balón. A los ojos de la afición blanca, el costarricense es más agradable, aporta mayores garantías. A pesar de sus defectos, muchas veces notables.
Ni Kiko Casilla ni Keylor Navas, sin embargo, convencen del todo a la parroquia blanca. Se han visto obligados a ver una disputa por la titularidad entre dos buenos porteros, pero no entre dos guardamentas excepcionales. El mercado de invierno está ahí, Zidane no descarta incorporaciones y la portería está en la mirilla. Kepa Arrizabalaga, portero del Athletic, y David de Gea, del Manchester United, esperan una llamada. Cualquiera de los dos contaría, a buen seguro, con el beneplácito de la hinchada madridista. Hasta entonces, la vuelta de Navas se eleva como la mejor noticia de los últimos meses. Quizás haya mejores porteros que el tico pero, a día de hoy, nadie le hace sombra en el Real Madrid. A Casilla se le acabó el crédito.
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