4 de marzo de 2001, día en el que comenzó la aventura en Fórmula 1 del piloto español más laureado de la historia. Un joven Fernando Alonso, con tan solo 19 años y 218 días, se montaba en un Minardi PS01, convirtiéndose en el tercer debut más precoz de la categoría -actualmente el sexto-. Para llegar a este día, vivió su niñez al volante de un kart. Como el propio español ha contado en multitud de ocasiones, con tan solo tres años se subió al kart que su padre había construido para su hermana mayor, la cual no mostró gran interés. Sin saberlo, dio vía libre a la carrera deportiva de su hermano, el cual llenaría su casa de trofeos con el paso de los años.
Siendo tan solo un niño, competir no era más que un simple juego para el asturiano, un deporte con el que divertirse. Pero al poco tiempo su padre vio que en él había algo más que una afición por pilotar. A los cinco años, el pequeño Fernando exhibía en la pista una picardía impropia para su edad. En las carreras, iba mostrando un minúsculo brote de talento, que terminó convirtiéndose en un árbol robusto con el paso de los años.
En 1988 llegó su primera gran hazaña: ganó las ocho carreras del campeonato infantil de Asturias. A pesar de que al año siguiente Alonso ganó el campeonato de Asturias y Galicia, su carrera estuvo a punto de verse frustrada. Su familia no podía hacer frente a los gastos que suponían seguir avanzado en las distintas categorías que conformaban el automovilismo juvenil. Entonces, apareció Genis Marcó, importador de karts. Fue en una prueba de cadetes en el campeonato de Cataluña, a la que Genis se había acercado para ver al niño del que se hablaban maravillas. Tras vencer en la carrera de forma abrumado, el catalán lo fichó para su equipo. Esto significó que Fernando Alonso pudiera competir de una manera profesional en los campeonatos.
Marcó le suministraba a Fernando los monoplazas y este ganaba las carreras. A su lado, aprendió a elegir el chasis adecuado, conservar en los entrenos para tener el kart en perfecto estado para la carrera, saber configurar los reglajes, … A pesar de su temprana edad, se estaba convirtiendo en todo un piloto profesional.
En 1993 y 1994 se proclamó campeón de España de karts, hecho que le hizo dar el salto al mundial de karts becado por la Real Federación Española de Automovilismo. Con tan solo 14 años, trabajaba como mecánico para niños de siete y ocho años ganando unas 100 000 pesetas mensuales, las cuales daba a su familia para ayudar a sufragar todos sus gastos. Finalizó tercero en el campeonato del mundo de 1995.
Fernando Alonso seguía sumando victorias y campeonatos a su palmarés, como los de España e Italia en 1997. Dos años después de ganar estos campeonatos, Adrián Campos le dio la oportunidad de participar en la Fórmula Nissan, sustituyendo a Marc Gené. En esta categoría, logró nueve poles y seis victorias, las cuales le permitieron ser campeón del Euro Open Movistar.
Tras ganar multitud de trofeos en categorías juveniles, llegó el momento soñado: el 13 de diciembre de 1999 debutó al volante de un Fórmula 1. Lo hizo en un tests de Minardi en Jerez. Ese día maravilló a todos los ingenieros presentes en el circuito. Cesare Fiorio, director deportivo de Minardi, declaró que estaban haciendo el tests para probar a seis o siete pilotos, de los cuales Fernando fue el que más destacó. Así lo comentó: “Alonso fue el más veloz con mucha diferencia, como un segundo y medio. Se veía que tenía de todo: cabeza, concentración, inteligencia, … Dotes que, unidos al talento, construyen un campeón”.
Ferrari se interesó por él, llegando a tener un acuerdo verbal, pero finalmente fue Renault quien se llevó el gato al agua. Flavio Briatore lo fichó para su equipo, cediéndolo un año a Minardi. Tras 15 años de competición, el español era piloto oficial de Fórmula 1. Sin poder realizar tests de pretemporada, Fernando Alonso llegó a Australia para disputar su primer Gran Premio. En un circuito que no conocía, y con un monoplaza que no había podido probar, el español logró ser decimonoveno para la parrilla de salida de la carrera.
El día siguiente significó el comienzo de una era para el automovilismo español. Fernando Alonso debutaba en una carrera de Fórmula 1, cruzando la meta en decimosegunda posición. Completar 56 vueltas al circuito de Melbourne significaron el inicio del asturiano en la categoría reina del automovilismo, el inicio de la trayectoria de un campeón del mundo de Fórmula 1, el principio del camino hacia ser bicampeón del mundo de Fórmula 1.
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