Lo que hemos vivido este miércoles es increíble. España ha goleado 7-0 a Costa Rica en su debut en el Mundial. Es la primera vez que la selección española marca siete tantos en la fase final de un Mundial o Eurocopa. Esto ya es historia. Un primer paso en esta andadura que dura un mes y que todos esperábamos con ansia. Esta España promete, ilusiona. Esta España puede hacer que todos soñemos con la segunda estrella.
Se quedan cortas las palabras para describir a este equipo y su juego, pero hay dos que resumen y definen a esta selección. Estas dos palabras son “arte” y “magia”. Porque lo que hemos vivido hoy debería estar plasmado en un museo, porque los artistas se van a tener que inspirar en los nuestros cuando quieran proyectar sus ideas y porque nuestros jugadores están tocados por una varita mágica.
El primer tiempo es de escándalo. Luis Enrique planteó una alineación que ha funcionado a las mil maravillas. Rodri abandonó su rol de pivote defensivo y repitió en el centro de la zaga con Laporte, un centro del campo envidiado por cualquier selección y finalmente, una delantera que ha estado pletórica.
Dani Olmo abrió la lata y anotó el gol número 100 de la Selección en los Mundiales. Diez minutos más tarde, Marco Asensio marcó el segundo tras una magnífica asistencia de Jordi Alba y Ferran Torres puso el tercero en el marcador desde el punto de penalti. Con estos tres goles, España se convierte en la primera selección en anotar tres tantos en la primera media hora de su primer partido en una Copa del Mundo desde que lo hizo la Unión Soviética en 1986.
Esta primera mitad ha dejado un dato histórico, pues España ha sido la primera selección en completar 549 pases en un primer tiempo de un partido de la historia de la Copa del Mundo. Y sí, puede considerarse un dato más, pero define a la perfección el juego de “La Roja”. Luis Enrique lo dijo y lo ha demostrado: quiere intensidad en sus jugadores y que estos controlen el esférico en todo momento.
Ya cuando pensábamos que la alegría no podía ser mayor, el fútbol nos ha vuelto a sorprender. Y es que en la segunda mitad, España ha marcado cuatro goles más. Sí, sí, cuatro más. El cuarto gol llevaba la firma del delantero del FC Barcelona, Ferran Torres, que poco después de ver portería por segunda vez, ha sido sustituido por Morata. Pedri también ha abandonado el terreno de juego para dar entrada a Carlos Soler. Estos dos cambios iban a significar dos goles más, pero primero hay que hablar de Gavi.
El jugador de Los Palacios ha dado un recital sobre el terreno de juego. Con 18 años y 110 días, Pablo Martín Páez Gavira se ha convertido en el tercer jugador más joven en marcar un gol en la historia de los Mundiales, y qué manera de hacerlo. Se ha inventado un disparo con el exterior desde prácticamente fuera del área que ha terminado entrando por el palo derecho de la portería. Señoras y señores, este chico es muy bueno. Hay que cuidarlo bien. Sin duda, ha sido el mejor del encuentro.
Hay que destacar también la entrada al verde de Alejandro Balde y de Nico Williams. Parece una tontería, pero Luis Enrique ha apostado por cuatro jugadores menores de 21 años. No sucedía esto en un Mundial desde el de Corea y Japón en 2002.
Carlos Soler y Álvaro Morata han sido los encargados de cerrar el marcador, dejando en el luminoso un contundente 7 a 0 que nos hace soñar, que nos ilusiona y que borra cualquier tipo de duda que había sobre esta selección. España tiene calidad y futuro. Tenemos licencia para soñar.
Imagen de cabecera: Selección Española