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Sevilla

Las 5 claves del buen comienzo del Sevilla

Es indudable que el Sevilla está haciendo un arranque de temporada magnífico. Al término de la quinta jornada de Liga, los de Sampaoli se han colocado en segunda posición con 11 puntos, solo por detrás del Real Madrid. Para ello, ha tenido que vencer al Espanyol (6-4), Las Palmas (2-1) y Betis (1-0) en el Ramón Sánchez-Pizjuán y puntuar en estadios complicados como El Madrigal (0-0) e Ipurúa (1-1).

Además, en la primera jornada de la fase de grupos de la Champions League consiguió un valioso empate en el Juventus Stadium ante el conjunto de Allegri, uno de los favoritos de esta edición. Olvidando un poco las penas que pasó el conjunto hispalense en las Supercopa de Europa y España, el inicio de la temporada está siendo verdaderamente bueno. Es por eso por lo que analizamos las cinco claves del gran comienzo de los de Nervión.

Organización defensiva

Una de las razones que le costó algún que otro disgusto al Sevilla la temporada pasada. Con la vuelta de Pareja, que se llevó varios meses lesionado, la zaga rojiblanca ha mejorado notablemente. A pesar de varias lesiones y, por consiguiente, rotaciones en la línea defensiva, los pupilos del técnico argentino han demostrado una gran fiabilidad. Escudero está pasando por su momento más dulce desde que llegó a la capital andaluza, y Mariano sigue mejorando con creces desde que aterrizó en Sevilla procedente de Burdeos. Por su parte, Mercado ha demostrado fortaleza y seguridad defensiva, aunque aún tiene varios aspectos por pulir.

El ímpetu de Sampaoli

Más allá del juego extremadamente ofensivo que se destaca cada vez que se habla del nuevo Sevilla de Sampaoli, uno de los factores más importantes que se han implantado en la plantilla del Sevilla es el ímpetu. Ese carácter que el ex entrenador de la selección chilena ha sabido transmitir a la perfección a sus jugadores. Gracias a esta mentalidad se ha podido ver a un N’Zonzi algo más aguerrido, un Vitolo aún más luchador y unos jugadores que pocas veces dan un balón por perdido.

Seguro bajo palos

En el punto de mira por la mayoría de la afición. Criticado por unos y alabado por otros. El guardameta de Montequinto lleva todo lo que va de temporada jugando con una presión añadida. Pero es en estos momentos cuando sale a relucir la personalidad y profesionalidad de los jugadores, y Sergio Rico ha demostrado tener mucha de ambas. En lo que va de temporada, el sevillano ha sido el mejor en dos partidos. En El Madrigal (12 tiros, 5 a puerta, 0 goles encajados), cuando el Sevilla se olvidó de tirar a puerta al Villarreal; y en el Juventus Stadium (16 tiros, 4 a puerta, 0 goles encajados), cuando los bianconeri sometieron a los de Sampaoli durante todo el partido.

Talento nato

Como todo equipo ganador, el Sevilla tiene (mucho) talento. Una plantilla con tantos jugadores con clase tiene la obligación de crear ocasiones, goles y ganar partidos esté el jugador que esté en la cancha. La llegada de jugadores como Franco Vázquez, Correa, Kiyotake, Ganso (este aún por despuntar), etc. ha sido clave. Otro mercado más parece que Monchi ha dado con la tecla. La apuesta por tantos jugadores de creación habituales en la zona de tres cuartos de campo ha provocado que Sampaoli siga siendo fiel a su estilo de juego tan ofensivo. Y es ahí, en las jugadas de ataque, cuando aparece el talento nato del Sevilla.

Eficacia de cara a puerta

Exceptuando los partidos ya comentados ante el Villarreal y la Juventus, en los cuales la producción ofensiva del Sevilla brilló por su ausencia, el Sevilla ha marcado en todos los partidos, incluso en aquellos que no lo ha merecido tanto. Encuentros como el disputado en Ipurúa el pasado fin de semana lo evidencian. Un partido en el que el Eibar fue mejor y llegó más durante la mayoría del partido, el Sevilla supo aprovechar las ocasiones que tuvo al contragolpe (cuando estaba encerrado) y en jugadas de elaboración (cuando estaba algo más desahogado). Otro claro ejemplo es el partido ante Las Palmas en el Sánchez-Pizjuán, en el que no se mereció la victoria pero, gracias al empuje de los últimos minutos, consiguió remontar un 0-1. Y, por último, cómo no, el derbi sevillano. Un encuentro en el que, a pesar de que fuera algo superior al Betis, le costó crear peligro a Adán. Una vez más, los rojiblancos aprovecharon las pocas oportunidades de gol que tuvieron para llevarse un partido igualado.

Sevilla, 1996. Periodismo deportivo como vocación. Amante del fútbol matutino y de los entrenadores arriesgados.

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