Con 24 años, a Roberto Carballés
(Tenerife, 1993) le ha llegado el mejor momento (por ahora) de su carrera
deportiva. Primer título ATP (Quito), mejor clasificación histórica (76) y el
español más joven de los 13 primeros clasificados.
La primera corona en el circuito
ATP World Tour para el tinerfeño es sólo la cúspide, ahora visible, de un
cambio que se produjo el pasado verano. Con Carballés rondando el top140 de la
ATP y siendo la 10ª raqueta española en la clasificación, Roberto se mudó a la
academia de Juan Carlos Ferrero en Valencia.
Nuevo centro de entrenamiento y
nuevo equipo. Llegó a Valencia con dos títulos Challenger y nueve Futures. El
asalto al top100 otro de los objetivos. Mejor dicho, el asentamiento. Ya en 2016,
en agosto, Carballés sumó sus dos primeras semanas entre los 100 primeros,
alcanzando el número 95. En octubre de 2017 volvió a meterse en la primera
centena de tenistas (99) aunque fuera por apenas siete días.
Su llegada a Valencia vino
acompañada de varias semanas intensas. Jugó tres finales en cuatro Challengers
consecutivos en Italia. Cortina D’Ampezzo, Biella, Cordeons, Manerbio. Sólo
falló en el segundo donde cayó en segunda ronda. Dos títulos, tres finales y 15
victorias en 17 partidos.
Desde que se despidiera de la
primera ronda previa de Wimbledon, Carballés no volvió a pisar el circuito ATP
World Tour en toda la temporada. Pasó de ser el 136 ATP a rozar el top100 a
final de temporada (106).
Sin embargo, el primer mes de
2018 no fue positivo. Tres torneos, tres derrotas y ninguna victoria. Ni en
Pune en la primera semana, ni en la previa del Open de Australia. Sin ganar un
set. Así se presentó Carballés en Quito, el torneo que abre este 2018 la
temporada te tierra batida sudamericana. Una gira que continúa en Buenos Aires
y parará en Río de Janeiro y Sao Paulo las próximas semanas.
Volviendo a la capital
ecuatoriana, Carballés tuvo que pasar por la previa y acceder al cuadro final a
costa del local Gonzalo Escobar. Ya entre los 28 elegidos, en la segunda ronda
sorprendió al cuarto favorito, exnúmero 33 y finalista de 2017 el italiano
Lorenzi. En las semifinales dejó en la cuneta al verdugo del primer favorito,
Pablo Carreño, el eslovaco Andrej Martin.
Primera final ATP World Tour.
Posibilidad de ampliar el palmarés y sumar su título más importante. Porque
cuatro Challengers y nueve Futures son un buen bagaje, pero un título ATP World
Tour mejora todo lo anterior. Es el principio de todo lo que puede venir. Y más
aún en una final donde todo el favoritismo era de Albert Ramos. Un Albert que
llegaba a Quito de jugar la primera ronda de Copa Davis y dar el punto
definitivo a España frente a Gran Bretaña. Un Ramos que en 2017 fue finalista
de Masters 1000 (Montecarlo) y que en seis finales sólo ha podido conseguir un
título (Bastad 2016).
El premio añadido a una semana
extraordinaria en Ecuador es un gran salto en la clasificación ATP. Del 107 en
que llegó a Quito a salir el número 76, su mejor posición de siempre. Tercera
ocasión que se cuela entre los 100 mejores. El español más joven (24 años) de
los 13 mejores clasificados. El primer tenista de menor edad es Jauma Munar, en
el número 180.
Pese a quedar eliminado en Buenos Aires, se espera poder seguir disfrutando de su buen estado de forma.
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